domingo, julio 03, 2016

La extracción de sangre a condenados a muerte en Cuba, una práctica aterradora.

Hace algún tiempo escribí una breve nota donde me hacia la pregunta sobre la posibilidad de que esta práctica se aplicara a los presos, sobre todo políticos, en la Cuba de los años 60’s. Me referiré de nuevo a esto, no sin antes señalar cual ha sido el principal motivo de regresar a este tema que conlleva una fuerte denuncia y una búsqueda de información tal vez muy a destiempo.
En el mes en curso se publicaba en la red  un artículo con el título de: Tráfico de Estado: el negocio de exportación de sangre, de la directora ejecutiva del proyecto Archivo Cuba, María Werlau; este fue ampliamente compartido en muchos sitios web de temas cubanos. Aun cuando el artículo analiza el tema de las exportaciones de sangre y hemoderivados, aparece  de nuevo una referencia a la extracción de sangre a los condenados a muerte en Cuba; dice el párrafo en cuestión:
Las campañas masivas para pedir donaciones de sangre voluntarias y altruistas comenzaron poco después de la llegada al poder de Fidel Castro, en enero de 1959. Pero pronto se implantó una estrategia mucho más siniestra. En la década del 60 se extraía la sangre a los presos políticos que iban a ser fusilados. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció esta práctica en un cáustico informe, publicado en abril de 1967. Archivo Cuba ha documentado por lo menos 11 casos y ha obtenido numerosos relatos procedentes de toda la Isla sobre esta práctica, que estuvo en vigor durante varios años.[1]
Una dedicación tan cruel e inhumana merece consideración y estudio, independiente del tiempo trascurrido. Sin embargo unas declaraciones atribuidas al sátrapa, Fidel Castro, tan temprano como en el año del 1961 daban cuenta de que esta dedicación tan horrenda fue política del naciente estado totalitario. En un discurso atribuido al entonces dictador en ciernes, este declara lo siguiente:
“No crean los contrarrevolucionarios que por el hecho de morir infamemente frente al paredón, no serán útiles a la Revolución cubana. La sangre de estos traidores se está extrayendo antes de la ejecución para salvar las vidas de muchos milicianos dispuestos a morir por la Patria". (Discurso de Fidel Castro el 6 de febrero del 1961)
Esta declaración aparece en un texto escrito por un conocido articulista que señala, entre otras cosas, que en realidad hay indicios de un delito, un crimen de lesa humanidad confesado públicamente por el jefe de Estado y gobierno de facto.[2]
Declaraciones tan comprometedoras dichas en un discurso merecen ser consideradas; ¿fue cierto que el dictador se expresó así? En la relación oficial del régimen de los discursos del dictador en jefe, no aparece señalado discurso en esta fecha. Consultado el sitio LANIC, con su base de datos de los discursos de Fidel Castro, tampoco aparece algún discurso en esa fecha. No dudo de la autenticidad de la cita, solo que el discurso como tal no aparece.
En una nota que publicamos sobre el tema [3] se hace referencia a un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la labor desarrollada durante el decimosexto periodo de sesiones 4 de abril al 3 de mayo de 1967. En el mismo se hace mención, en el tema cubano, a las denuncias sobre maltratos y vejaciones a los presos políticos; el informe señala:
Con posterioridad a la publicación de esos informes, continuaron recibiéndose numerosas comunicaciones en las que se denunciaban, en forma extensa y pormenorizada, fusilamientos, maltratos y torturas a las presos políticos y condenas a los mismos a penas graves luego de juicios sin garantías procesales, extracción de sangre a condenados a muerte y otras violaciones de los derechos humanos fundamentales, alegadamente cometidas por las autoridades del Gobierno de Cuba.[4]
En un artículo publicado en WSJ, se hace referencia al informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, señalando lo siguiente:
27 de mayo, [1966], 166 cubanos--civiles y militares - fueron ejecutados y sometidos a procedimientos médicos de extracción de sangre de un promedio de siete pintas por persona. Esta sangre se vende a Vietnam comunista a una tasa de $50 por pinta  con el doble propósito de obtención de divisas y contribuir a la agresión comunista del Vietcong. Una pinta de sangre equivale a medio litro. Extraer esta cantidad de sangre de una persona condenada a muerte produce anemia cerebral y un estado de parálisis y pérdida del conocimiento. Una vez extraída la sangre, la persona es tomada por dos milicianos en una camilla hasta el lugar donde realiza la ejecución. —Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 07 de abril de 1967 [5]
En el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, si bien hace mención a ésta condenable violación, no aporta información adicional sobre el origen y autoría de la denuncia en la fecha en que la Comisión analizó éste hecho y no hay otras referencias al origen de la información que atribuye la obtención de sangre a detenidos en Cuba, próximos a ser ejecutados. Tal vez una exhaustiva investigación de la Base de Datos Interamericana de Derechos Humanos permita obtener más datos sobre estos deplorables métodos que se emplearon contra los presos y condenados a muerte en Cuba en los años 60’s.
Lo cierto es que aunque falta información, porque los represores y asesinos bien esconden sus tropelías y la historia testimonial en Cuba está marcada por la desidia y el miedo; el paciente trabajo de Archivo Cuba ha documentado 11 casos de presos que se les extrajo la sangre antes de ser ejecutados [6] . Los nombres de estas víctimas, como honra, merecen ser mencionados aquí:
Howard Anderson, Antonio Covela, Raúl Díaz Naranjo, Robert Fuller, Pedro Gutiérrez Campos, Oscar Hernández, Juan Pérez Cabrera, Florencio Recino, José Rodríguez Ocampo, Ángel Ruíz Ramos y  Elizardo Santana Bonilla.
Esta práctica cruel y deleznable tuvo en su momento no pocos partícipes y cómplices. Tal dedicación implica a médicos y técnicos de bancos de sangre que no solo hacían las extracciones sino  que manipulaban, conservaban y trasportaban la sangre extraída. Pero sí de violaciones al derecho y dedicación a la tortura se trata; no hay  en Cuba, ni habrá, una historia oral que ponga al descubierto a los culpables.
Sin embargo hay una sola referencia a esto último, si de buscar responsables directos se trata.
Algunas notas o comentarios a un artículo que aparece en un Blog de temas cubanos, se cita al Dr. González Reyes (AKAel Chino” González Reyes) médico con residencia en la calle Máximo Gómez esto en la ciudad  Pinar del Rio, Cuba; quien en los años de las década del 60 “era el encargado de sacarle la sangre a los presos políticos condenados a muerte”. Se decía que era el  que firmaba los certificados de defunción de los fusilados; algunas personas comentaban que en esos años  él iba a las celdas y se burlaba de los detenidos”. Por estos servicios se le otorgó una residencia y una finca en la provincia de Pinar del Rio. Uno de sus alumnos , porque el verdugo fue profesor de Cirugía, dice: “fue mi profesor de Cirugía y de quien escuche en primera persona algunas de las más crueles y sanguinarias historias contra nuestros patriotas, tenía una megalomanía sin igual y una capacidad para mentir que rayo siempre en el ridículo, sus mentiras pasaban de boca en boca de sus alumnos como las más absurdas historias; tengo entendido murió en la Republica Dominicana de la misma manera en que vivió.....feliz y sin pagar el precio de sus crímenes” . Padre de dos hijas estas emigraron a Argentina. Murió a finales de los 80’s o principio de los 90’s. [7]
Los presos que en los años de la década del 60 en Cuba fueron víctimas de extracciones de sangre en contra de su voluntad, camino al paredón de fusilamiento, pueden ser considerados como prisioneros políticos o de conciencia: muchos sino todos, prisioneros de guerra que participaban en la luchas iniciales que se desarrollaban en una guerra irregular contra la dictadura que se iba entronizando. La mal llamada Revolución cubana se establecía, muy temprano, pisoteando el derecho y haciendo caso omiso de  la justicia…, sobre un montón de cadáveres.
En la dedicación por establecer una dictadura totalitaria el régimen de La Habana desde muy temprano ha violado y aun viola los derechos  fundamentales de la persona humana, tales como el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las personas, así como el derecho de igualdad ante la ley, el derecho de protección contra la detención arbitraria, el derecho a proceso regular y el derecho de justicia.
A los presos políticos condenados a muerte en Cuba y que supone fueron al paredón de fusilamiento exangües después de extraérsele cantidades considerables de su sangre; se les violó el derecho a la vida aplicándoles, sentencias judiciales en las cuales se les condenaba a  la pena capital por fusilamiento; luego de juicios  celebrados sin garantías procesales ni medios eficaces para la defensa de los acusados. Ya condenados, los presos políticos eran  sometidos a tratamientos crueles, infamantes e inusitados; como fue la extracción de la  sangre a numerosos presos políticos condenados a muerte, sin contar con la autorización de estos.
No tiene sentido asumir que la práctica de la justicia puede hacerse presente en este u otros casos de crímenes de lesa humanidad. Se trata de una acción criminal de aberrante naturaleza que aun considerando el tiempo que ha trascurrido nos ofende  y agravia. Cuando de buscar responsables se trata…, aceptemos; que el Comandante en Jefe, Fidel Castro, aprobaba esta  injuriosa consagración en sus propias palabras cuando se condenaba a los “contrarrevolucionarios’ que iban a morir de manera infame fusilados, pero eso sí, serian útiles a la Revolución porque siendo traidores su sangre serviría para los milicianos, que si apoyan y combaten al lado de la Revolución cuando estos últimos fueran heridos. Semejante canallada no merece ni mencionarse en el contexto del derecho penal.
Olvidémonos de la Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, esto no es aplicable en Cuba. Nunca los prisioneros en Cuba, sobre todo los presos políticos y menos aún aquellos que en los años 60’s eran detenidos y condenamos; les asistía los derechos y normas que se señalan… a saber:
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Los derechos humanos derivan de la dignidad inherente a la persona humana. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. No hay excepciones.
Se entenderá por tortura todo acto por el cual se inflige intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales…., se definirán como malos tratos otros actos que constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y que no lleguen a ser tortura.
Ninguna persona detenida o presa será sometida, ni siquiera con su consentimiento, a experimentos médicos o científicos que puedan ser perjudiciales para su salud. [8]
Ha pasado mucho tiempo cuando estos jóvenes y tal vez otros muchos prisioneros políticos cubanos fueron objetos de vilezas tan aberrantes, cuando a la espera de ser fusilados después de juicios amañados eran desangrados como última crueldad.
¿Derechos, justicia?, no importunen; en Cuba hace más de medio siglo que: …, el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. (Isaías 59:14).
Tal vez los cubanos continuemos a la espera de que nos asista el derecho y que la justicia pueda presentarse, hasta tanto y muy a pesar,  hoy abundan los cómplices de un régimen al que se le multiplican los amigos. El pueblo, sufrido pero esperanzado, sigue esperando.
* Dr. Eloy A. González (Buenavista, VC. Cuba, 1949). Médico Especialista en Oncología. Profesor Instructor de Farmacología de la UH. Consultor de GLG. Blogger. Exiliado y radicado en Fort Worth, TX. Contribuye con artículos de opinión sobre Cuba en distintos sitios Web sobre Salud y DDHH, entre otros. Colabora con el Semanario Panorama de Fort Worth, TX, de forma regular y sus contribuciones abarcan temas variados. E-mail: eloy_gnzlz@yahoo.com. Web: http://medicinacubana.blogspot.com
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[1] Werlau, M. (2016, June 4). Tráfico de Estado: El negocio de exportación de sangre. Retrieved June 21, 2016, from http://www.diariodecuba.com/cuba/1464876361_22806.html María Werlau es directora ejecutiva del proyecto Archivo Cuba.
[2] Almeida, J. J. (2013, August 5). La sangre de exportación. Retrieved June 21, 2016, from http://www.martinoticias.com/a/26059.html
[3] ¿Extracción de sangre a condenados a muerte en Cuba? (2006, January 12). Retrieved June 21, 2016, from http://medicinacubana.blogspot.com/2006/01/extraccin-de-sangre-condenados-muerte.html Health, Medicine and Medical Education in Cuba.
[4] COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, INFORME SOBRE LA LABOR DESARROLLADA DURANTE EL DECIMOSEXTO PERIODO DE SESIONES 24 de abril al 3 de mayo de 1967. (1967, July 11). Retrieved June 21, 2016, from https://www.wcl.american.edu/pub/humright/digest/inter-american/espanol/sessiones/16ses.html B 35
[5] O'Grady, M. A. (2005, December 30). Counting Castro's Victims. Retrieved June 21, 2016, from http://www.wsj.com/articles/SB113590852154334404
[6] Cuba: Forced blood extraction from political prisoners before execution Report of July 2015. (2015, July). Retrieved June 22, 2016, from http://www.cubaarchive.org/files/Blood_Extraction.pdf Free Society Project, Inc.
[7] Cuba: La Exportación de Sangre Cubana: Un Negocio Escandaloso, de la dictadura totalitaria de los Castro. (2014, August 21). Retrieved June 22, 2016, from http://baracuteycubano.blogspot.com/2014/08/cuba-la-exportacion-de-sangre-cubana-un.html Comentarios a una selección de artículos relacionados.
[8] Suiza, ONU, Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. (2005). LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS PRISIONES (pp. 1-29). Ginebra, Suiza: Palais des Nations. Retrieved June 23, 2016, from http://www.ohchr.org/Documents/Publications/training11Add3sp.pdf Serie de capacitación profesional N.o 11Ad. 3

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