jueves, mayo 31, 2007

COSMOGONÍA. LA IMPROVISACIÓN CUBANA

Sinue Escolarte. *
Cosmogonía: Relato mítico relativo a los orígenes del mundo. Improvisación: Hacer algo de pronto; obra o composición sin estudio ni preparación. La Revolución Cubana ha sido eso: una gran y m.
La Revolución Cubana es sin dudas uno de los hechos trascendentales de la historia moderna. Un proceso que es difícil de entender por su complejidad. La presente obra pretende dar una panorámica de los hechos e interpretaciones que han llevado al pueblo cubano a esta realidad.
Poder mostrar quiénes somos, cómo somos, dónde estamos y hacia dónde vamos, es, ha sido y será siempre, algo difícil de lograr. Cosmogonía. La improvisación cubana presenta dos historias paralelas, relacionadas de cierta forma en su esencia. Una recrea los acontecimientos de un proceso revolucionario desde una óptica completamente singular bajo la mirada aguda de un médico nacido dentro del sistema. La otra, repasa el origen y desarrollo del mundo y el hombre. Poesía, historia, críticas certeras, reflexiones y sensibilidades mezcladas, son los ingredientes de esta obra que lo atrapará desde la primera palabra. El lector recorrerá los caminos de la revolución cubana desde sus inicios hasta la actualidad y a su vez con casi total analogía recorrerá las situaciones que tuvo el propio Dios desde los inicios de su más completa creación: la Tierra y su mayor protagonista: el hombre.

*Médico y escritor cubano, nacido en la Ciudad de la Habana en 1947. Ha dedicado su vida a su profesión y a su familia. Actualmente reside en Cuba. Ha publicado poemas y artículos literarios en sitios digitales. Terminó recientemente su primer libro en prosa, que expone la realidad de su país junto con las razones que -desde su punto de vista- han llevado a los cubanos a una situación tan difícil de entender.

lunes, mayo 28, 2007

¿Presos, o Conejillos de Indias? .

Por: Carlos Wotzkow.
"Even painless research is fascism, supremacism, because the act of confinement is traumatizing in itself." Ingrid Newkirk - Founder, PETA.Washington Magazine, August, 1986
¿Cuántas veces hemos visitado un zoológico en nuestra infancia, o para enriquecer el conocimiento de nuestros hijos? Opositores y promotores de esa modalidad de exhibición del mundo animal tienen ideas encontradas, sobre todo, cuando se habla de criaturas muy similares a nosotros, los seres humanos. Los opositores argumentan que mantener en cautiverio (y a perpetuidad) a criaturas que sólo se diferencian de nosotros en un 1,7 % del genoma es una violación de sus derechos y una carga ética intolerable. Los promotores explican que, gracias a los zoológicos, el ser humano se ha sensibilizado lo suficiente con las especies allí exhibidas y ha favorecido con sus donaciones la conservación de las mismas en el medio natural.
El asunto se pone más escabroso cuando utilizamos primates (sobre todo los llamados chimpancés) en experimentos científicos. Sin duda, una necesidad cruel y penosa de mantenerles en cautividad. Pero, ¿les parece ético experimentar biomédicamente con seres (y recuérdese que se les llama escorias sólo para justificar una postura tan amoral como inhumana) en los que hemos desarrollado una patología artificial; a los que hemos convertido en criaturas incapaces para resolver sus propios problemas, comunicar incorrectamente, y tener una vida social inapropiada? ¿Sabía usted que eso es exactamente lo que ocurre en las cárceles cubanas, donde cientos de miles de cubanos sufren el mismo (si no peor) tratamiento que nuestros primos evolutivos?
Pues sí, tal parece que el régimen de Fidel Castro no hace distinciones entre animales y seres humanos a la hora de avanzar en su industria biomédica. Una reciente comunicación recibida desde Cuba acaba de activar esa sospecha. El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el Laboratorio Nacional de Referencia de Hepatitis Viral del Instituto Pedro Kourí (IPK) y el Centro de Inmunoensayo (CIE), quienes desde el 2004 buscaban desesperadamente firmas farmacéuticas extranjeras que les ayudaran a validar sus productos por la vía de ensayos clínicos, están aparentemente "solucionando" sus carencias de pruebas en seres humanos. Pero atención, que no insinúo que los todos los científicos estén al corriente de lo que aquí voy a denunciar, sino que esto es, al parecer, una política de estado.
Según esta fuente que trabaja en el IPK, el gobierno ha mantenido o creado en ciertas prisiones, y en ciertas áreas de los centros penitenciarios, condiciones sanitarias de extrema precariedad. Cada día es más evidente que ese deterioro ha sido intencional y monitoreado. Incluso, que ha sido diseñado el movimiento de reclusos portadores de enfermedades infeccionas a celdas habitadas por opositores políticos. ¿Qué significa esto? Pues que el régimen de Fidel Castro está infectando (sin ningún obstáculo, o control internacional) de forma conciente a los presos más molestos de su dictadura, y luego los está utilizando para probar en ellos (sin su consentimiento) varios productos biomédicos que demandan un aval clínico antes de comercializarlos internacionalmente.
Como de momento no es fácil demostrar lo anterior, pues no es posible que ninguna organización independiente entre en Cuba y entreviste libremente a los profesionales del sector médico, o a los enfermos, esta denuncia demanda una investigación inaplazable. Al parecer se están utilizando como Conejillos de Indias a seres humanos despojados de sus derechos y sin que tan siquiera ellos sepan cómo los están utilizando. El estado está solicitando productos en fase de prueba directamente de los laboratorios donde estos están en fase experimental, y está regresando información sobre los resultados de su aplicación sin que los científicos tengan acceso a las historias clínicas de los pacientes tratados. Cuántos académicos estarán involucrados en esta forma de "hacer ciencia" es algo que tal vez nunca logremos aclarar.
Entre las enfermedades de mayor interés comercial para el régimen y su industria biomédica se encuentran el SIDA (VIH), la Hepatitis C (VHC), y la Tuberculosis (TB). Estas son las tres patologías por las que Cuba ha apostado más en los últimos 15 años, y cuyos productos terapéuticos quisiera comercializar de inmediato. Entre las medidas tomadas para propiciar el contagio se suceden, aparentemente, extraños movimientos dentro del régimen penitenciario: (1) hacinamiento temporal de presos políticos y enfermos, (2) aislamiento en celdas sépticas que facilitan el desarrollo de enfermedades, (3) tratamiento tardío de las patologías detectadas y (4) una atención médica deficiente que pudiera permitir el desarrollo de patologías secundarias (como el cáncer del sistema inmunológico) y que en la mayoría de los casos no se le comunica al paciente.
Sería muy bueno que organizaciones del exilio como Payo Libre, o El Directorio, o Archivo Cuba, prepararan a sus activistas para colectar información sobre este tema. Es decir, que los familiares de los presos cubanos les informasen en detalle sobre cualquier tratamiento sofisticado y relacionado a las dolencias del Hígado, los pulmones y las defensas inmunológicas. Que aquellos pacientes declarados enfermos de la Hepatitis A, o B (e independientemente de la fiabilidad diagnóstico ofrecido), no duden jamás que pudieran tener, en realidad, la variante C. Reportar a sus familiares dolores, malestares, o inflamaciones en ganglios linfáticos (del cuello, esternón, axilas, o ingle), dolores en el bazo y en el hígado. Que en el exilio haga una búsqueda bibliográfica profunda de las denuncias realizadas hasta el día de hoy y las consulten con una autoridad médica.
En el caso de la tuberculosis, sería imprescindible contar con recuentos que permitan desvelar el modus operadi del régimen. Es decir, para entender cómo es que prisioneros comunes, han estado cohabitando con opositores políticos como Néstor Vicente García Valdés, Alfredo Manuel Pulido López, o Normando Hernández González, todos contagiados con el Mycobacterium tuberculosis. Describir las celdas y las cárceles donde la tuberculosis es detectada, así como la rotación de los presos contaminados por ellas, el confinamiento, o los comentarios sospechosos de las autoridades carcelarias. La sospecha de un contagio intencional es altísima, explica esta fuente, porque aquellos casos tratados correctamente, aún portando la bacteria, no serían capaces de propagar la enfermedad.
Las instituciones biomédicas cubanas necesitan demostrar la efectividad de sus nuevos productos en seres humanos, pero aparentemente, es el estado cubano el que ha tomado las riendas del asunto a fin de poder comercializarlos rápidamente. Experimentar con seres humanos sin su consentimiento sobrepasa la inmoralidad del cautiverio y es sólo comparable a la crueldad nazi en sus campos de concentración. Por ello, los presos y los familiares debieran informar al exilio de cualquier técnica inmunológica avanzada aplicada a sus muestras. Todos los reclusos debieran exigir a las autoridades carcelarias que les apliquen las vacunas disponibles en el mercado internacional, o reportar al exilio los nombres de aquellas personas que se nieguen a satisfacer esas demandas.
Ya sabemos que Amnesty Internacional y algunos gobiernos aliados al régimen de Fidel Castro (como el desgobierno español de Rodríguez Zapatero) nos dirán, sin ningún afecto o solidaridad, que los cubanos (considerados poco menos que los animales) no son sus prioridades hasta tanto los árabes (considerados las víctimas del mundo) bien alimentados de Guantánamo no sean puestos en libertad. Poco faltará para tener que suplicarle al mundo que se ocupen de los cubanos con el mismo código ético que los fascistas* de PETA defienden a los animales. Y es indignante, porque la atención humanitaria no es la misma cuando la protesta llega de la madre de un terrorista islámico, a cuando esta viene de la familia de un opositor político del régimen comunista de Fidel Castro.
Carlos Wotzkow
Bienne, Mayo 25, 2006
Y digo fascistas, por la filosofía que caracteriza a su fundadora: "Six million Jews died in concentration camps, but six billion broiler chickens will die this year in slaughter houses."
Ingrid Newkirk (PETA) Washington Post, Nov 13, 1983.

lunes, mayo 21, 2007

La alfabetización informacional en la educación médica superior en Cuba.


Por : Rodríguez Camiño, Reinaldo and Pineda Fernández, Clarivel and Sarrión Navarro, Alicia .
Se reconoce que las personas deben poseer habilidades básicas que le permitan buscar y recuperar la información que necesitan, así como evaluar y utilizar con efectividad esa información. Esto es particularmente importante en el campo de la salud donde los conocimientos crecen actualmente a escala geométrica. Desde hace años, se emplea la expresión alfabetización informacional para agrupar un conjunto de acciones que han redimensionado las relaciones usuario-entidad de información. Se reflexiona sobre la alfabetización informacional y sus antecedentes en el Sistema Nacional de Información de Ciencias Médicas de Cuba, así como su representación en los currículos docentes con perfil biomédico en el país. Se concluye que es muy importante incorporar contenidos relacionados con el uso de la información científica y técnica en salud, tanto en el currículum de pregrado en las carreras biomédicas en general, como en la enseñanza de postgrado en todos los centros de educación médica superior del país.

It is acknowledged that the people should possess basic abilities that permit them to seek and to recover the information they need, as well as to evaluate and to utilize effectively that information. This is particularly important in the health field where know-how grows presently to a geometric scale. Since many years ago, the expression literacy teaching is employed to group an assembly of actions that have given the information user-company relations a new dimension. Some reflections on the informational literacy teaching and its antecedents in the National Medical Sciences Information System of Cuba, as well as its representation in the educational curricula with biomedical profile in the country are also made. It is concluded that it is very important to incorporate contents related to the use of the scientific information and technique in health, in the pre- graduate curriculum in the biomedical careers in general, as well as in the graduate teaching in all the of medical higher education centres in the country.

jueves, mayo 17, 2007

The Myth of Cuban Health Care.

Fred Thompson Report.
You might have read the stories about filmmaker Michael Moore taking ailing workers from Ground Zero in Manhattan to Cuba for free medical treatments. According to reports, he filmed the trip for a new movie that bashes America for not having government-provided health care.
Now, I have no expectation that Moore is going to tell the truth about Cuba or health care. I defend his right to do what he does, but Moore's talent for clever falsehoods has been too well documented. Simply calling his movies documentaries rather than works of fiction, I think, may be the biggest fiction of all.
While this PR stunt has obviously been successful -- here I am talking about it -- Moore's a piker compared to Fidel Castro and his regime. Moore just parrots the story they created -- one of the most successful public relations coups in history. This is the story of free, high quality Cuban health care.
The truth is that Cuban medical care has never recovered from Castro's takeover -- when the country’s health care ranked among the world's best. He won the support of the Cuban people by promising to replace Batista’s dictatorship with free elections, and to end corruption. Once in power, though, he made himself dictator and instituted Soviet-style Communism. Cubans not only failed to regain their democratic rights, their economy plunged into centrally planned poverty.
As many as half of Cuba's doctors fled almost immediately -- and defections continue to this day. Castro won't allow observers in to monitor his nation's true state, but defectors tell us that many Cubans live with permanent malnutrition and long waits for even basic medical services. Many treatments we take for granted aren't available at all -- except to the Communist elite or foreigners with dollars.
For them, Castro keeps "show" clinics equipped with the best medicines and technologies available. It was almost certainly one of these that Moore went to, if the stories in the NY Post and The Daily News are true.
Nothing about this story inspires doubt, though. Elements in Hollywood have been infatuated with the Cuban commander for years. It always leaves me shaking my head when I read about some big-time actor or director going to Cuba and gushing all over Castro. And, regular as rain, they bring up the health care myth when they come home.
What is it that leads people to value theoretically "free" health care, even when it's lousy or nonexistent, over a free society that actually delivers health care? You might have to deal with creditors after you go to the emergency ward in America, but no one is denied medical care here. I guarantee even the poorest Americans are getting far better medical services than many Cubans.
According to Forbes magazine, by the way, Castro is now personally worth approximately $900 million. So when he desperately needed medical treatment recently, he could afford to fly a Spanish surgeon, with equipment, on a chartered jet to Cuba. What does that say about free Cuban health care?
The other thing that irks me about Moore and his cohort in Hollywood is their complete lack of sympathy for fellow artists persecuted for opposing the Castro regime. Pro-democracy activists are routinely threatened and imprisoned, but Castro remains a hero to many here. According to human rights organizations, these prisoners of conscience are often beaten and denied medical treatment, sanitation or even adequate nutrition.
If Moore wants a subject for a real documentary, I would suggest looking into the life of Cuban painter and award-winning documentarian Nicolás Guillén Landrián. He was denied the right to practice his art for using the Beatles' song, "The Fool on the Hill," as background music behind footage of Castro climbing a mountain. Later, he was given plenty of free Cuban health care when he was confined for years in a "mental institution" and given devastating, repeated electroshock "treatments."
There are many other artists and activists who have enjoyed similar treatment. I suspect we'll see movies with sympathetic portrayals of terrorists held in Guantanamo before we ever hear about the torture of true Cuban heroes. Even Andy Garcia's brilliant fictionalized movie about the real Cuban experience, "The Lost City," was given the Hollywood silent treatment. My bet, though, is that we'll hear lots about how Michael Moore showed that Cuba's socialized medicine is better than ours.
So go ahead and start working on the Oscar speech, Michael.