Anécdotas del desastre de la atención médica en Cuba.
Hacinamiento, falta de higiene verdaderamente medieval con escasez de agua, carencia de desinfectantes y falta de personal de limpieza, la "atención" a los pacientes por estudiantes en vez de por enfermeros y médicos graduados, necesidad de llevar al hospital los objetos más elementales como un balde para guardar agua y pomos con agua para beber, siguen siendo la norma en el sistema hospitalario cubano.
La incomodidad, el peligro de infección, el temor a las consecuencias de tan malas condiciones, la indiferencia del personal de salud - agotado por el exceso de trabajo, mal retribuido y torpe - crean una atmósfera que a recuerda a los pacientes los hospitales de campaña vistos en películas de guerra.
La esposa de un vecino dio a luz un hijo, en el habanero Hospital materno-infantil, antiguo Hijas de Galicia, en el barrio de Luyanó. Refiere que las embarazadas padecen de estreñimiento porque los servicios sanitarios carecen de puertas, de asientos y que la suciedad es extrema en ellos, y en todo el hospital.
En Cuba jamás fue costumbre hacer las necesidades en público y las embarazadas que necesitan ir a los infectos sanitarios de baños donde otras mujeres - y a veces hombres- entran y salen, pasan por el trabajo de cubrir con sábanas los huecos de las puertas. Se cohíben, aguantan, se estriñen.
Una paciente llevó un asiento plástico para el inodoro, otras embarazadas se lo pedían prestado y una muy gruesa lo rompió con su peso; esos asientos los vende el gobierno en las tiendas dolarizadas, a precios de lujo, y desde diciembre no los hay en venta.
Es el mismo Hospital en el que el Dr. Oscar Elías Biscet denunció la política abortista y la asfixia por los médicos de los fetos nacidos vivos; uno de los hospitales donde el Dr. Darsi Ferrer filmó con cámara oculta el hacinamiento y la suciedad cochambrosa.
Allí hace dos años murieron de infección un número no determinado de recién nacidos y madres y a alguna la salvaron de morir de septicemia esterilizándola tras la pérdida de su bebé. Entonces el escándalo obligó al Estado a reparar el piso del problema, pero dejó los demás pisos en la misma ruina y falta de higiene.
Como declaró entonces el Dr. Ferrer:"Al no sanear los demás pisos se mantiene latente el peligro de infección de las parturientas, repararon uno, pero todo el hospital carece de condiciones por su pésima situación sanitaria y es una bomba de tiempo. Allí y en los demás hospitales pospone por años el Gobierno la inversión para el mantenimiento; y la administración y el personal violan constantemente las normas de higiene establecidas y ello va cultivando una atmósfera en que los pacientes se infectan de enfermedades que no tenían. Es frecuente que contraigan estafilococos en los quirófanos y a veces los médicos entran a ellos sin ropa esterilizada."
Por denunciar estas realidades, el Dr. Oscar Elías Biscet y El Dr. Darsi Ferrer sufren como presos de conciencia en otros antros donde destruyen la salud física y mental de quienes encierran: las prisiones del Régimen, el Dr. Biscet condenado en una parodia de juicio, el Dr. Ferrer sin juicio, ambos por pretextos.
Los hospitales empeoraron desde que ellos alertaron a la opinión sobre sus males. Y en cuanto al desastre de los hospitales materno - infantiles, hay que recordar que es política estatal atender esmeradamente a las embarazadas por la propaganda política basada en el índice estadístico de nacidos vivos.
Peor ocurre donde niegan más recursos porque no hay propaganda política, particularmente con los ancianos y los enfermos psiquiátricos custodiados por presos y ocultos a la mirada del público.
En el mismo barrio de Luyanó, en el Hospital Miguel Enríquez - edificio ruinoso que Fidel Castro inauguró a mediados de los años 80 como ampliación de la antigua Quinta La Benéfica - a las 8 de la noche del 5 de marzo atendían el Cuerpo de Guardia tres jovencitas estudiantes, solas, sin la supervisión de profesor alguno.
Una paciente con síntomas y antecedentes de enfermedad de las vías respiratorias solicitó una placa de rayos X, pero la jovencita le explicó que aunque al reconocerla le detectaba "algún ruidito" pulmonar, no podía mandarle la placa porque la cantidad de estas era limitada y reservada únicamente para los casos graves.
Estudiantes a cargo de cuerpos de guardia es práctica generalizada en Cuba, donde ya parece innecesario graduarse para ejercer la Medicina y los errores cometidos por los estudiantes y aun por graduados con sobrecarga de trabajo son necesariamente habituales con su costo de vidas o salud.
También es norma que la administración entregue a cada turno una cantidad limitada e insuficiente de materiales, como placas de rayos X, mascarillas para aerosol, jeringuillas y agujas esterilizadas, sueros, etc.
Cuando en febrero del 2009 llevé a mi madre con grave infección pulmonar al Cuerpo de Guardia del Hospital- Policlínico Santos Suárez, en Cocos esquina a Rabí, la médico de guardia detectó el mal con el estetoscopio y la mandó a rayos X para confirmarlo, allí una adolescente con el ombligo al aire brindaba ese servicio a una multitud y la placa le quedó velada.
Casi todos los pacientes regresaban a reclamar que su placa de rayos X había quedado mal. Ante ese inconveniente, la doctora de guardia trató de convencerme de que la placa era innecesaria, así como la remisión a otro Hospital, y de que mi madre no tenía nada, sino desnutrición, le ordenó dos sueros salinos a la carrera y quería hacerme creer que le había mejorado el semblante.
Se marchó la doctora, y otra, humana, retiró el segundo suero, repitió la placa y remitió a mi madre para su ingreso al Clínico Quirúrgico de Diez de Octubre - antigua La Dependiente - infierno en que falleció a los pocos días.
La bronconeumonía es fácil de diagnosticar por los ruidos pulmonares y la primera doctora al declarar sana a una anciana enferma grave no incurría en error sino mentía.
Tanto en el Hospital Miguel Enríquez como en La Dependiente aplazan operaciones quirúrgicas porque tienen que cerrar con frecuencia sus quirófanos no ya por la frecuente contaminación con estafilococos sino por graves problemas constructivos.
Todos los años tiene que cerrar su quirófano el Miguel Enríquez por tupición del sistema de plomería que desborda efes fecales por su tragante; La Dependiente suspendió por meses las cirugías de otorrinolaringología porque se cayó un pedazo del techo del quirófano de esa especialidad.
Las mascarillas de aerosol escasean y las usan varios pacientes, en los años 90, por alergia al medicamento que había quedado en una mascarilla usada, una niña de 12 años sufrió el paro respiratorio que la convirtió en un vegetal.
En el Cuerpo de guardia de La Dependiente mi madre sufrió una bronco aspiración, no había mascarilla para dar oxigeno: A varios enfermos les daban el oxigeno introduciéndoles directamente la manguera de goma en la fosa nasal, así mi madre de 84 años y grave pudo contraer virus que no tenia y aportar contaminación del virus que sufría a aquella manguera de uso común, para que lo contrajera otro.
En los años 90’s en ese mismo cuerpo de guardia mi vecino Hidalgo contrajo escabiosis - sarna - presumiblemente por sentarse en la camilla. Las camillas carecen de sábana y por su hule pasan cientos de enfermos.
Cuando llevé a mi madre había dos camillas, una sucia de vómito, otra - "la mejor" - donde acosté a mi madre, sucia de varias manchas de líquidos y tan desvencijada que ella estaba incomoda con la cabeza casi colgando fuera de la camilla.
Allí permaneció acostada horas sin alimento ni medicación, desde la mañana a la noche, dijeron que porque había una sola ambulancia para traslados dentro del hospital y esta no aparecía.
Me explicaron los médicos que le negaban la medicación allí porque como cuerpo de guardia solo podían remitir a las salas y no tenían recursos ni autorización para poner tratamientos.
Previo pago de soborno, llevo a mi madre a la sala de geriatría una ambulancia que trajo a un enfermo desde otro hospital.
Mi madre trabajo toda su vida y tenía una buena pensión de retiro, en cualquier época y país hubiera muerto con mejor atención y cuando menos, en ambiente de limpieza y no en la hediondez y negligencia inhumanas de esa sala de Geriatría. Costos de la medicina gratuita.