lunes, junio 26, 2023

El Dr. Gustavo Aldereguía Lima, camorrista por excelencia, intimidante por costumbre. [ continuación …,]

 continuación...,

El Colegio Médico Nacional de Cuba en la plenitud de su desarrollo histórico (1950-1958). [fragmentos…,][i]

Pero, los padrinos no pudieron ponerse de acuerdo en que quien había ofendido a quien, y si era cierto que el Dr. Aldereguía, con sus calumniosas acusaciones …, habíase hecho merecedor de mi epíteto de “viejo loco”. El consenso del Tribunal de Honor fue de que no había habido ofensa en mis palabras y así lo hizo saber en un documento de honor que cerró este episodio.

Era esta la personalidad de Gustavo Aldereguía . Brabucón por excelencia , mete-miedo por costumbre, irresponsable en sus calumnias, quien creía que, a base de sus verbosidades panfletarias podía atemorizar a sus antagonistas políticos. Ya semejante actitud le valía que el Dr. Augusto Fernández Conde, al ser ofendido por prosaicas palabras del Dr. Aldereguía, le retase en memorable ocasión a un duelo personal, que esta vez sí se llevó a efecto y donde Augusto Fernández Conde le demostró con su valentía proverbial que tampoco a él se le podía venir a calumniar y a meter miedo con sus bravuconerías.

Dr. Gustavo Aldereguía


En otra ocasión memorable, actuando como vocero había, Gustavo Aldereguía durante la Asamblea Médica Nacional celebrada en La Habana [1956] puesto en suspenso a la Asamblea alegando que, tenia en un rollo de papel que agitaba en las manos maniacamente mientras hablaba, las pruebas de que el Dr. Augusto Fernández Conde había llevado a cabo delictivas acciones como Presidente del Colegio Médico Nacional. Era el año 1956 y al pedírsele al Dr. Gustavo Aldereguia que mostrase las pruebas que decía tener contra el Dr. Fernández Conde, vino a aparecerse como pruebas con uno de sus mentirosos y usuales panfletos políticos llenos de diatribas. Aquellas eran las pruebas de Aldereguia uno de sus comunes panfletos llenos de mentiras sin base, producto de su calenturienta imaginación comunista. Los delegados a la Asamblea que habían sido llevados por la verbosa oratoria aldereguina al suspenso absoluto , pronto se volvieron , en medio de acusadoras recriminaciones contra Aldereguía por mentiroso ofensor al decoro que caracterizó aquella solemne apertura de la Asamblea Médica Nacional de 1956.

De los muchos discursos modelos de  oratoria asambleistica que le he escuchado al Dr. Fernández Conde, uno de sus mas brillantes fue el que dedico a ripostar las calumnias sin base de Aldereguía. Sus palabras finales , que nunca olvidare y que pusieron de pie a toso los delegados fueron, “el verdadero valor esta en saber distinguir entre la temeridad , que tan irresponsable ha demostrado el Dr. Aldereguía esta mañana aquí, y la cobardía “. El Dr. Aldereguía acababa de ejecutar uno de los papeles más ridículos qu e  he visto en mi vida. Y no solamente se sumió en el ridículo a si mismo, sino que arrastró con él a sus partidarios cuyos escasos delegados a la Asamblea , no sabían dónde meterse después de aquel fiasco. De más está decir que el aplauso unánime y la humillación de Aldereguía y de los demás miembros de su partido fue tan aplastante que fueron derrotados totalmente en las elecciones que siguieron a aquel episodio asambleario. Ni un solo delegado al Comité Ejecutivo del Colegio Medico Nacional pudieron elegir.

Este fue Gustavo Aldereguía de triste historia después durante la Asamblea histórica de Santiago de Cuba en diciembre de 1959 durante la cual sus mas preclaros argumentos fueron, escondido dentro de la tropa de choque del partido comunista, endilgarle los peores epítetos del idioma castellano a las progenitoras de cuanto orador usó de la palabra .

El gobierno comunista de Fidel Castro le premió años después sus procacidades con el puesto de nada menos que Embajador de Cuba en Yugoeslavia; dedicando los peores epítetos para sus camaradas comunistas yugoeslavos , a los que él no consideraba verdaderos comunistas, después de haber vivido por unos meses en su propia guarida.

Dr. Eduardo Amado – Ledo [1974]

[i] Fragmentos del libro: Amado-Ledo, E. (1974) El Colegio Médico Nacional de Cuba y la Revolución Castro comunista. Caracas, Venezuela: Dr. Hildo Folgar. pág.: 14-16

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