lunes, abril 28, 2025

Castro's Medical Mercenaries

 Con este título apareció en la reconocida revista de negocios, Forbes, en el 2005, un extenso artículo[1] sobre las misiones médicas internacionalistas del régimen de La Habana. Hacía un año que había comenzado a editar el Blog de Medicina Cubana y ya había abordado el tema en varios artículos que había escrito y que más tarde aparecieron en mi libro: “La Habana bien vale unos títulos”.


Mucho antes de aparecer el artículo, una editora principal de Forbes, de la que no recuerdo el nombre, contactó conmigo en varias ocasiones por teléfono y correo electrónico para informarme del tema que querían tocar y la posibilidad de que accediera a una entrevista. Le contesté enviándole unos 5 artículos sobre el tema, diciéndole que era suficiente para escribir el artículo. No acepté porque unos meses antes, la editora principal de The Medical Post de Canadá, había contactado conmigo para un artículo sobre los médicos cubanos y los DD. HH. Esta comunicadora me envió un cuestionario por escrito que contesté, pero la entrevista no fue publicada al negarse el traductor, un sujeto de Latinoamérica, a hacer la traducción. Fue entonces que se malogró y solo apareció un breve comentario.

Es decir, que lo que hoy es tema apremiante en las redes, lo de la explotación de los médicos cubanos, alcanzó relieve cuando apareció esta información en Forbes. No fue la única; también Carlos Alberto Montaner asumió el tema por esa misma fecha.

Comparto con ustedes el artículo original de Forbes debajo que pueden leer usando las herramientas de traducción.

Dr. Eloy A Gonzalez [28 de abril de 2025]

[1]—Castro's Medical Mercenaries. Forbes, Nov 14, 2005, en: https://www.forbes.com/global/2005/1114/126A.html

lunes, abril 21, 2025

UNA RESPUESTA INUSITADA A UNA EXTEMPORANEA E IRESPETUOSA OPINIÓN DE UNA INFLUENCER QUE RESPONDE AL NOMBRE DE DIANE. [https://x.com/Dianelysbt]

 


Un intercambio en redes – en X-, sobre la tenencia de los pasaportes de los médicos internacionalistas cubanos en sus lugares de destino, provocó una respuesta a una aclaración mía que constituye, sin lugar a dudas, una indecencia que socaba mi reputación. Esta es mi respuesta:

Estoy muy sorprendido por su intempestiva postdata con que usted responde a mi aclaración.  Su extemporánea apreciación y juicio de una persona que usted no conoce y parte del supuesto de una nota escrita por mí exponiendo una opinión que en nada demuestra un lenguaje inadecuado. ¿Le he faltado el respeto? Si así lo considera, reciba mis sinceras disculpas. Tengo 77 años y desde muy joven aprendí a conducirme con decencia. Aun cuando crecí en el despropósito del comunismo de los 60, también aprendí a no mal usar el “tuteo”. No he estado conectado con los comunistas en el sentido que usted lo dice, no sé usted. No lo estuve porque desde muy temprano, siendo creyente “practicante”, como se decía en la Cuba de los 60, estaba excluido de tal militancia y esto me llevó a un encontronazo en el Hospital donde cursaba el 3.er año de la carrera que estuve a punto de ser depurado.

Y no, no he sido la misma “mierda” que los comunistas, porque siempre me dediqué a estudiar y a enriquecerme con mejores cosas como eran la Fe y todo lo que es de buen nombre. Cargado de contradicciones y temores, siempre procuré lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo y lo amable en un país donde muchas de estas cosas habían sido desterradas. Me precede la decencia y en esto pienso. En mis agudas cuitas, y angustiosa contienda, nunca se me trató con la maledicencia que usted ha usado. Ni en los momentos peores momentos de tratos crueles y degradantes por parte de las autoridades, ni en los largos interrogatorios en Villa Marista, ni en mi detención, ni en las sucesivas citaciones, ni en los actos de repudios, recibí tales vilipendios como los que usted, en dos líneas, me ha endilgado. Pienso que usted ha tenido un mal día, ¿quién sabe por qué?, cómo para expresarse así.

Muchas veces comparto ideas en las redes, pero antes lo hice y lo sigo haciendo escribiendo habitualmente en los medios desde que llegué a este país como refugiado político, después de haber sido objeto de todo tipo de tropelías en mi país.  Nunca hago uso del insulto, las groserías y los desplantes. Las ideas se sostienen pertrechados de la virtud.

Y claro está, me formé como médico especialista en Oncología, profesor instructor de Farmacología de la UH, y fui a Nicaragua como Médico Especialista (designado) en Medicina Interna. No fui con “un título autorizado para matar”, como dice usted. Visto en el tiempo, me siento orgulloso de cómo trabajé y cómo honré mi profesión que bien dignifiqué, atendiendo a tantas personas menesterosas.

Por último, asumo su mal momento como para endosarme el calificativo de “sapingo”, que alude a un “insulto despectivo del argot juvenil callejero”. Sea como fuere, el significado de esta expresión despectiva, sepa usted que yo nunca le responderé con algo así. Porque sea cual sean sus malsanas dedicaciones, usted merece todo mi respeto como: mujer, médico y cubana.

Le dejo mi nombre al final, para que, tanto usted como muchos que leerán esta respuesta, puedan “informarse” y también le dejo mi más alta consideración y respeto para usted, todo esto de,

Dr. Eloy A González.

PD ¿Por qué he escrito tanto? Siempre hay una oportunidad para escribir una entrada en mis blogs o mis redes sociales.

Información relacionada en este enlace debajo:👇

https://x.com/i/grok/share/InaVPaNTBlmKy8YDTCAb81HC2

18 de abril de 2025

lunes, abril 07, 2025

RECOMENDACIÓN PARA LEER EL ARTICULO DEL DR REMIGIO CORTÉS SOBRE EL CASO DEL NIÑO DAMIR ORTIZ.

 Estoy de acuerdo con las indicaciones, argumentos e informaciones del Dr. Cortés. Completa – casi- el manejo de toda la información que, sobre el niño Damir, se ha producido, incluyendo la polémica.

Sigo considerando que, al margen de los argumentos científicos, debieron y deben ser considerados: los derechos del niño hospitalizado, el sentido común de obrar para atender el pedido de la madre al buscar una segunda opinión y los derechos inalienables de toda persona a salir del su país …, acorde con la Declaración de los DD. HH. entre otros temas. No es de obviar en ningún momento el papel tenebroso de la Oficina del MININT-MINSAP en su sede, gestora de todo asunto “ideológico” que concierne a la Salud en Cuba.

Además, se trata de considerar los mecanismos de mala práctica y/o negligencia, y los procesos aceptables de reporte-revelado de la información y la subsecuente judicialización.

Debí de inferir para argumentar que la firma del artículo, muy completo, convincente y enjundioso del autor, supone que se trata del, Prof. Dr. Remigio R. Cortés Rodríguez. PhD - CEO – [FOTO]

Solo me queda preguntar, ante los argumentos expuestos por el Dr. Cortés, lo siguiente:

¿El no disponer de la tecnología apropiada para la Salud en un país, justifica la mala práctica? Digo esto porque, ¿cuántos países cuentan en el mundo con una completa tecnología apropiada para la Salud, que interese a toda su población?

Espero que se me entiendan las preguntas, porque no resultan festinadas, sino que vienen de una persona que ejerció por mucho tiempo la práctica de la Oncología en varios niveles de atención y en tres países a saber.

Información relacionada:

¿Se podría haber salvado el niño Damir Ortiz?