Por:Aliomar Lanjaques Chivas.*
En el Hospital Psiquiátrico de La Habana, que lleva el nombre de quien fuera su director por más de cuatro décadas “Eduardo Bernabé Ordaz”-retirado por motivos de “salud”– se llevó a cabo una auditoría sorpresa, que hizo rodar la cabeza de sus cuadros administrativos.
Lorenzo Somarriba López, a quien por la máxima instancia de la Revolución le fuera asignada la tarea de dirigir esta institución de salud mental y eliminar los vestigios y comentarios de mala administración dejadas por la figura que le antecedió, pidió la renuncia tras juicio laboral celebrado a puertas cerradas.
Según la fuente, -que pidió el anonimato- el defalco ascendió a más de 4 millones de pesos. Entre las irregularidades detectadas se halló el cobro de salarios ficticios, devenido de nominas adulteradas, las que eran firmadas y autorizadas por el mismo director.
“Cobraban por pacientes fallecidos, trabajadores que habían salido del país y deportistas retirados “, acotó la fuente. Por otra parte, se detectaron pérdidas de diversos recursos materiales.
Una agente infiltrada, haciéndose pasar por simple trabajadora, fue el mecanismo utilizado por el PCC (Partido Comunista de Cuba), del municipio Boyeros, para descubrir un lucrativo negocio que prosperaba en el Hospital Pediátrico “Leonor Pérez”.
Jesús Mart, administrador general de esta institución –militante del antes citado partido por más de 20 años- ha sido protagonista de lo que podríamos denominar iniciativa privada con los recursos del estado.
Nada que Jesusito en la imprenta perteneciente al hospital imprimía, como si se tratase de un negocio propio, cuanto le demandara el mercado negro (tarjetas de presentación y de invitación, juegos de mesa, horóscopo, la letra del año, etc.). Para cumplir la alta demanda contrató a otros tres empleados, quienes en su haber se embolsillaban unos 15000 pesos mensuales.
Por si esto fuera poco, en investigaciones hechas en el proceso de instrucción, se descubrió que alteraba las facturas y el costo de los insumos.
No sabemos a ciencia cierta si estos casos corresponden a una cruzada ministerial o partidista en las instituciones de Salud, pero si se debe de ser enérgico con quienes desde sus puestos privilegiados malversan el erario público.
* Periodista independiente cubano. Buró de Información Juvenil, Coalición Juvenil Martiana.
En el Hospital Psiquiátrico de La Habana, que lleva el nombre de quien fuera su director por más de cuatro décadas “Eduardo Bernabé Ordaz”-retirado por motivos de “salud”– se llevó a cabo una auditoría sorpresa, que hizo rodar la cabeza de sus cuadros administrativos.
Lorenzo Somarriba López, a quien por la máxima instancia de la Revolución le fuera asignada la tarea de dirigir esta institución de salud mental y eliminar los vestigios y comentarios de mala administración dejadas por la figura que le antecedió, pidió la renuncia tras juicio laboral celebrado a puertas cerradas.
Según la fuente, -que pidió el anonimato- el defalco ascendió a más de 4 millones de pesos. Entre las irregularidades detectadas se halló el cobro de salarios ficticios, devenido de nominas adulteradas, las que eran firmadas y autorizadas por el mismo director.
“Cobraban por pacientes fallecidos, trabajadores que habían salido del país y deportistas retirados “, acotó la fuente. Por otra parte, se detectaron pérdidas de diversos recursos materiales.
Una agente infiltrada, haciéndose pasar por simple trabajadora, fue el mecanismo utilizado por el PCC (Partido Comunista de Cuba), del municipio Boyeros, para descubrir un lucrativo negocio que prosperaba en el Hospital Pediátrico “Leonor Pérez”.
Jesús Mart, administrador general de esta institución –militante del antes citado partido por más de 20 años- ha sido protagonista de lo que podríamos denominar iniciativa privada con los recursos del estado.
Nada que Jesusito en la imprenta perteneciente al hospital imprimía, como si se tratase de un negocio propio, cuanto le demandara el mercado negro (tarjetas de presentación y de invitación, juegos de mesa, horóscopo, la letra del año, etc.). Para cumplir la alta demanda contrató a otros tres empleados, quienes en su haber se embolsillaban unos 15000 pesos mensuales.
Por si esto fuera poco, en investigaciones hechas en el proceso de instrucción, se descubrió que alteraba las facturas y el costo de los insumos.
No sabemos a ciencia cierta si estos casos corresponden a una cruzada ministerial o partidista en las instituciones de Salud, pero si se debe de ser enérgico con quienes desde sus puestos privilegiados malversan el erario público.
* Periodista independiente cubano. Buró de Información Juvenil, Coalición Juvenil Martiana.
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