Por: Dr. Enrique Amado – Ledo.
Las dificultades que desde el inicio de la revolución
empezó a confrontar el Colegio Médico
Nacional con el gobierno revolucionario se reflejaban dentro del grupo “Acción
Inmediata”.
Mientras la fracción democrática mayoritaria mantuvo
una actitud de leal defensa de los derechos de los médicos, las fracciones “oportunistas”
y comunista empezaron a sabotear esta defensa colocando sus propios intereses
políticos por encima de los legítimos de la clase médica cubana.
Estas luchas interpartidistas se fueron haciendo mas enconadas
a medida que los comunistas , oportunistas y arribistas de toda clase se
infiltraban en las filas del gobierno revolucionario.
Finalmente, frente a nuestra intransigente defensa de
los intereses de los médicos y debido a su impotencia en controlar nuestro
partido , donde los factores democráticos eran predominantes, los grupos “oportunista”
y comunista se vieron obligados a abandonarlo a mediados de 1959.
Eliminados los elementos oportunistas y comunistas ,
nos dedicamos los dirigentes democráticos a librar una lucha sin tregua por la
supervivencia del Colegio Nacional y de los Colegios Médicos Municipales a
través de toda Cuba.
La primer a decisión fue acercarnos a los dirigentes
nacionales del partido “Unidad
Federativa” con la intención de analizar las graves amenazas que se cernían
sobre la clase médica debido a la creciente hostilidad de muchos funcionarios
del gobierno revolucionario para con los organismos colegiales.
Del análisis de estas condiciones surgió la necesidad
de llevar a cabo la coalición de los partidos los cuales poniendo a un lado las
diferencias de filosofía política colegial , se dispusieron de este modo a
ofrecer un frente solido en defensa de los médicos cubanos y de las
organizaciones colegiales.
Como relata acertadamente Augusto Fernández Conde “con
el objeto de apoderarse de la dirección de la clase médica , los médicos
perteneciente al “26 de Julio” y a otros movimientos revolucionarios unidos a
los comunistas y otros disidentes del
partido medico colegial , formaron el “Partido Médico de la Revolución” al que obligaron a pertenecer a los que laboraban en
el Estado, los municipios y las Fuerzas Armadas”.
Los integrantes del “Partido Médico de la
Revolución” desde sus posiciones de gobierno en el Estado y las Fuerzas
Armadas utilizaron “todo tipo de coacción y amenazas , hicieron labor de
proselitismo por toda la Isla, trataron de conseguir la mayoría de los
delegados a la Asamblea Médica Nacional convocada para diciembre de 1959, en
Santiago de Cuba , y en la que habría de elegirse al Presidente y a la mitad
del Comité Ejecutivo del Colegio Médico Nacional.
Médicos del
Hospital Universitario “Calixto García” que integraron el Ejército Rebelde.
Sentados de izquierda a derecha: Oscar Fernández Mell (cuarto), José Ramón
Machado (sexto). De pie, de izquierda a derecha: José Ramón Balaguer (quinto),
Adolfo Fernández de la Vega (octavo), Rómulo Soler Vaillant (15to), Gilberto
González Pérez (16to). Aun cuando no es una foto de la constitución del “Partido
Médico de la Revolución”, la mayoría de los que aparecen en la foto fueron los
gestores y participaron en el mismo
Se dio el caso en la Provincia de Pinar del Rio , de sacar de la presión a un médico acusado de colaboración con el régimen de Batista y después condenando, para que votara su favor en las elecciones del Colegio local.
No obstante, la presión ejercida , los partidos
médicos coaligados triunfaron en las elecciones de los más importantes Colegios
Médicos y concurrieron a la Asamblea con evidente mayoría de delgados. Por ser
el más numeroso y contar con unos tres mil médicos fue en el Colegio Médico de La Habana donde
esta lucha electoral revistió caracteres dramáticos.
Frente al peligro que se avecina contra las fuerzas
democráticas del Colegio Médico Nacional, (tal como se desarrollaba también
contra las dirigencias democráticas de otros Colegios Profesionales como el de
Abogados, de Arquitectos, de Ingeniería , de Periodistas y otros, así como
dentro de las Federaciones y Sindicatos Obreros , por los esfuerzos del régimen
castristas empeñados en destruir todo vestigio de libertad de asociación de los diversos sectores de la ciudadanía)
mostro la clase médica de la ciudad y municipio de La Habana , una
determinación firme en la defensa de los organismos colegiales médicos.
Fue tal la movilización política que llevaron a cabo ,
pese a todas las presiones gubernamentales en contra, que resultaron estas las elecciones
más concurridas en la historia del Colegio Médico de La Habana.
De aquella etapa me quedan , en el orden personal, dos
tristes recuerdos . Primero: la claudicación frente a amenazas insuperables de
un digno médico cubano. Segundo: la falta de determinación política frente a
tan grave situación , de los destacados presidentes de fraternidades médicas ,
quienes habiendo sido convocados para requerir de e ellos toda una ayuda en
defensa de las instituciones colegiales en tan crítica situación , se excusaron
de hacerlo porque “a esto le han dado un
a lechada roja y ya no se puede hacer nada”.
Amado-Ledo, E.
(1974) El Colegio Médico Nacional de Cuba y la Revolución Castro comunista.
Caracas, Venezuela: Dr. Hildo Folgar .Capitulo III, pág.: 61-64
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