! Lo que hay que ver…, y leer!, aquí
tenemos una carta del chivatiente Manuel
David Orrio, ¿ lo recuerdan? El mismo que ‘hecho pa’ lante” algunos de los
opositores y periodistas independiente durante la primavera negra de Cuba. Pues
bien , con su peligrosa y nauseabunda verborrea se dirige al Ministro de Salud Pública
de Cuba porque no encuentra un medicamento que utiliza para su enfermedad, esa
que hace tiempo le torció las piernas y el alma. La carta no tiene desperdicio
y la incluiremos por ‘pedazos’ porque semejante documentos así se descalifica .
En la carta hace fuertes acusaciones al sistema de salud cubano.
Primera
entrega…, ¡agárrense!.
La Habana,
marzo 16 del 2012 “Año 54 de la
Revolución”
A: Dr. Roberto Morales Ojeda
Ministro de Salud Pública de la República de
Cuba
DE: Manuel David Orrio del Rosario
Periodista
del Centro de Información para la Prensa de Cuba, Ex – Agente Miguel de los Órganos de la
Seguridad del Estado , Medalla al Valor
“Eliseo Reyes” de Primera Clase (otorgada por el Consejo de Estado de la
República de Cuba, Acuerdo 3570)
ASUNTO:
Negativa de la Dirección Provincial de Salud de La Habana a autorizar la
importación extraordinaria del medicamento conocido como Nivalín o Galantamina,
solicitado para Manuel David Orrio del Rosario por el Comité Médico –
Farmacéutico del Hospital Clínico Quirúrgico Comandante Manuel “Piti” Fajardo,
a proposición del neurólogo de esa institución, Dr. Carlos Maya Entenza.
Se fundamenta el pedido sobre la Resolución 232 del Ministerio de Salud
Pública de Cuba (MINSAP).
Objetivo: importar el fármaco para combatir
en el paciente un Síndrome Post-Poliomielitis (SPP). Productor y país de origen: Sopharma, Bulgaria.
Ministro Morales Ojeda: ( foto a la derecha)
Se dirige a Ud. un periodista revolucionario
cubano. Por tanto, no vacilo en difundir esta CARTA ABIERTA en prestigiosos
diarios digitales de la izquierda anticapitalista, así como en redes sociales
donde una coalición de patriotas defendemos a Cuba de algo cuyo nombre es
ciberguerra,
Ni extorsiono, ni amenazo. Me limito a ser
consecuente con las reiteradas exhortaciones hechas a la prensa criolla por el
Gral. de Ejército Raúl Castro Ruz, en el sentido de, como dice el cubano de a
pie, “combatir lo mal hecho”. Sobre todo porque, más que mi caso, me inspira
ese “bien común” cuyo nombre es
compatriotas dolientes.
Como ha podido leer en el ASUNTO, se trata de
la negativa a realizar una importación extraordinaria de Bromhidrato de
Galantamina, comercialmente conocido como Nivalín o Galantamina. Este fármaco, actualmente producido por la firma
búlgara Sopharma, fue creado en sus inicios
para combatir los llamados efectos tardíos de la poliomielitis (Síndrome
Post-Polio, según la literatura internacional), el cual he padecido y estoy
padeciendo en forma recurrente desde 1988, tras sobrevivir en 1954 a la
enfermedad y haber logrado apreciables niveles de rehabilitación física y de
integración social.
Según se me ha informado, esta importación
es viable al amparo de una “misteriosa” Resolución 232 del MINSAP.
“Misteriosa”, porque la que aparece como corresponde a Derecho en la Gaceta
Oficial de la República de Cuba, no guarda relación alguna con el tema que se
aborda (www.gacetaoficial.cu/pdf/GO_O_045_2005.rar
).
Sin embargo, decenas de médicos o
funcionarios de la Salud Pública hablan y actúan a tenor de la “misteriosa”
providencia, lo cual hace pensar que el MINSAP tiene algo parecido a una
“contabilidad doble”, como si pretendiera “burlar a un fisco” cuyo nombre es
PUEBLO CUBANO.
Que conozca, los secretos de Cuba están
protegidos legalmente por el Decreto-Ley 191 y sus reglamentos ramales. No
puedo entender cómo decenas de personas relacionadas con la atención de salud
hablan y deciden a tenor de un instrumento jurídico enajenado al acceso
del periodista o del cubano de a pie
¿Combate así el MINSAP el exceso de “secretismo” al que Raúl Castro ha ordenado
pulverizar? A la altura de estas líneas he realizado numerosas gestiones ante
funcionarios diversos de la Salud Pública para obtener el texto de la
“misteriosa” resolución. Todos la conocen; ninguno dice tenerla.
Quede claro: si no me he personado en tales
instancias para dar un auténtico “escándalo ciudadano”, o actuar como
comunicador acreditado, es porque una fractura de la tibia derecha me obliga a
escayola y reposo hogareño.
Por otro lado, no quiero pensar que sea sutil
represalia burocrática la negativa a importar el fármaco, por cuanto fui de los primeros periodistas cubanos en
denunciar ante la opinión pública lo que el corresponsal de BBC en Cuba, Fernando
Ravsberg, denominó “el crimen de Mazorra”. Sin dudas, uno de los mayores
bochornos de la atención médica criolla.
Quiero, me estoy obligando a pensar, que
tales o cuales burócratas de la Salud
Pública no respetaron la decisión
colectiva del Comité Médico-Farmacéutico del prestigioso Hospital
Clínico-Quirúrgico Comandante Manuel “Piti” Fajardo, en donde soy paciente
debidamente registrado para la atención de mi salud desde hace años.
A mis manos
llegó el 2 de marzo del corriente, desde el
hospital donde me atiendo, un documento supuestamente enviado por la
Dirección Provincial de Salud de La Habana. Fechado al 13 de enero, sin firma,
ni cuño o sello que le respalde, por el
cual DEBO INTERPRETAR que se me niega el
derecho a que el MINSAP realice las gestiones correspondientes para adquirir y
hacerme llegar el Nivalín en la dosis avalada por los integrantes del citado
comité. Advierto: escribo bajo el imperio de la duda metódica, porque semejante
providencia merece la mayor desconfianza.
Según el
texto de marras, la Consultora Jacqueline Mederos apuntó sobre este periodista:
“paciente de 57 años de edad (ahora 58) con APP de padecer poliomielitis aguda
en los años 50 y que dejó como secuela debilidad y atrofia muscular en el
miembro inferior derecho. Cuya progresión fue mayor con el transcurso de los
años y una marcada disminución de la fuerza muscular, fasciculaciones
generalizadas y fatiga…por lo que se le
diagnostica un síndrome post-polio y comienza a recibir tratamiento con bromhidrato
de galantamina 5 mg, mejorando la crisis con este tratamiento. Ahora presenta
una exacerbación de la crisis y se solicita por 232 este fármaco”. Bromhidrato
de Galantamina es el nombre científico del Nivalín o Galantamina, ambos títulos
comerciales del medicamento.
Observación primera: se reconoce que con el
uso del Nivalín mi patología mejoró, para al final apuntar que “el tratamiento
con anticolinesterásicos (Nivalín lo es) ha tenido éxito en sólo la mitad de
los casos, esta baja tasa de éxito ha sido atribuida a la variedad de defectos
en unión neuromuscular presentes en el síndrome postpolio”. O sea, se pasa por encima de la evidencia reconocida
en MI PERSONA, y se me niega el derecho
a pertenecer a esa mitad en la cual se
han reportado logros, cuando en Medicina
es axioma que no existen enfermedades, sino pacientes.
Observación segunda: ni un aval de CIENCIA
CONSTITUÍDA. Ejemplo mayor es la mención como supuesta alternativa de la amantadina, sobre la cual se expresa que
“…puede actuar por medio de la liberación de dopamina de las terminales
dopaminergéticos y otros lugares centrales. Se ha estudiado en EC (supongo
quiere decir estudio clínico) de 23 pacientes”.
Mederos parece ignorar, entre otras
investigaciones consultables en Internet, el Informe de Situación Sobre el
Síndrome Post-Polio del prestigioso Instituto de Salud Carlos III, de España,
el cual concluyó en el 2007 que “En
diversos estudios clínicos, alguno de ellos controlados, se ha estudiado el
efecto de fármacos como la amantadina, piridostigmina, esteroides, hormona de
crecimiento, Igf-1 y amitriptilina sobre la debilidad y fatiga en el SPP
(Síndrome Post-Polio) pero ninguno de ellos ha demostrado beneficios clínicos
sustanciales”.
Continuara......,
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