Por: Oscar Ayala Muñoz.*
Ciudad de la Habana, Cuba, diciembre 2007.Desde hace algunos años el Sistema de Salud cubano, sobre todo en los territorios donde la dolarización (actualmente pesos convertibles CUC) ha estado modificando sustancialmente la conducta y las formas de vida de las personas, francamente viene advirtiendo un notable desdoblamiento o dos tendencias con particularidades muy bien definidas.
Una de ellas muestra una asistencia médica de deficiente calidad destinada a la inmensa mayoría de la población que vive exclusivamente de su salario. La segunda tendencia, a pesar de perfilarse en el marco de las mismas instituciones asistenciales, con los mismos recursos y personal especializado pagados y controlados por el gobierno, evidencia una atención esmerada destinada a los grupos privilegiados -gerentes del turismo, directores de empresas importantes, oficiales del Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas, dirigentes del Partido Comunista y de los Órganos del "Poder Popular", y, entre algunos otros, los que gozan de grandes remesas enviadas desde el exilio. Para estos grupos minoritarios está reservado lo que no dudaríamos en denominar Privatización Subterránea de la Salud.
Esta singular bifurcación del sistema de salud en virtud de la cual unos pocos se benefician a costa de los recursos que pertenecen a toda la sociedad, adquiere colosal dimensión en los territorios dedicados casi por entero a la actividad turística o donde una parte significativa de la población reside en el extranjero. Este es el caso de Morón y Ciego de Ávila.
Debemos anotar que a pesar de las enormes inversiones llevadas a cabo en la apertura de los centros recaudadores de divisas, los resultados derivados de las mismas -ganancia - han tocado muy pobremente a las diferentes instalaciones de salud de la región, quienes se han visto obligadas a prestar cada vez más servicios con la misma o menor cantidad de recursos.
El deplorable estado de estas instalaciones (ahora en reparaciones emergentes) pudo ser comprobado recientemente por una visita de inspección conjunta de Partido Comunista Provincial y la Dirección de Salud Pública en la misma instancia.
A este grupo de visitantes no le tardó mucho para llegar a la conclusión de que el ambiente era inaceptable en todos los ordenes, específicamente en el Hospital de la ciudad del Gallo, Morón -categoría provincial-, respecto al cual expresó uno de los visitantes: "...en esta área tal parece que no existe Hospital alguno...".
Para que se tenga una idea del contraste representado por las dos tendencias antes señaladas, les diremos que, mientras una persona perteneciente a los sectores y grupos menos favorecidos necesita como promedio dos meses para atenderse con un Especialista después de iniciada la gestión con el Médico de la Familia, cualquiera de los miembros de los grupos privilegiados soluciona su problema en unas cuantas horas.
En los respecta a la adquisición de medicamentos sucede algo análogo. Si una minoría sale de las consultas con los medicamentos ya resueltos o con certeza de que van a conseguirlos con "chavitos" (peso convertible cubano CUC) o dólares en las farmacias de la cayería norte -polo turístico-, el resto de la población, por lo general, deberá prescindir de ellos o perseguirlos durante semanas en las farmacias hasta obtenerlos o cesar en el empeño. Lo mismo acontece con el equipamiento de diagnóstico, como lo son, el ultrasonido y el somatón.
Como debe inferirse, la respuesta a las necesidades de salud de los grupos privilegiados proviene de una nomenclatura de especialistas y dirigentes del sector, que al margen de la ley, se convierte en administrador absoluto de cuantos recursos son asignados por el gobierno y otras fuentes, como es el caso de las donaciones realizadas por determinadas instituciones no gubernamentales, muchas de las cuales son puestas bajo la administración de personal seleccionado.
Este grupo de privilegiados del sector de la salud permanece siempre a la expectativa, esperando al buen postor. Su poder de solucionar problemas traspasa la jurisdicción a la que pertenece para con su influencia resolver complicados casos de diagnósticos de los grupos privilegiados en institutos especializados de la capital -La Habana-. A cambio, es retribuido debidamente lo mismo en dinero que con especies, esta última menos proclive a la denuncia ante la justicia.
Una de las instituciones más afectadas en todo el país es el médico de la familia. De esta solo queda el concepto y es el destino principal de los grupos menos favorecidos de nuestra sociedad. La acentuada fluctuación de fuerza de trabajo que labora en este tipo de institución, significa que raras veces existe un médico fijo -estable- en los consultorios, lo que da pie a la aseveración de que la razón de ser de los mismos ha desaparecido.
Con el incremento de las misiones médicas en el exterior -el grueso en Venezuela- la nomenclatura de médicos privilegiados experimentara un incremento considerable en los próximos años, status que la alejará aún más de los sectores más pobres al tiempo que la empujará a crear con los sectores más beneficiados, una especie de bloque exclusivo.
Ciertamente, en el contexto de la Privatización Subterránea de los recursos de la salud, no tienen cabida alguna determinadas proporciones, como lo son, "salud para el pueblo", "igualdad para todos", "el pueblo dueño absoluto de las riquezas".
Lo que cuenta en esta problemática, es un hecho real, visible, que día a día cambia todos los conceptos: la apropiación privada -obtención de beneficios- a partir de la explotación de los recursos del Estado, apreciados como capital, entendidos así por la mente, y la creencia de los grupos privilegiados, sobre una base real y objetiva, por supuesto, de que lo merecen todo, aunque implique el daño de los demás.
El desdoblamiento de los servicios de salud en virtud del cual los diversos sectores de la población reciben una atención diferenciada, será un proceso en crecimiento en los últimos años, al menos así lo indican los sucesos que se suscitan a diario. Solo un verdadero Cambio reconquistaría valores y derechos de "los cubanos de a pie".
* Economista independiente, Agencia de Prensa Libre Avileña, APLA, Corresponsalía en Ciego de Ávila de Misceláneas de Cuba
Ciudad de la Habana, Cuba, diciembre 2007.Desde hace algunos años el Sistema de Salud cubano, sobre todo en los territorios donde la dolarización (actualmente pesos convertibles CUC) ha estado modificando sustancialmente la conducta y las formas de vida de las personas, francamente viene advirtiendo un notable desdoblamiento o dos tendencias con particularidades muy bien definidas.
Una de ellas muestra una asistencia médica de deficiente calidad destinada a la inmensa mayoría de la población que vive exclusivamente de su salario. La segunda tendencia, a pesar de perfilarse en el marco de las mismas instituciones asistenciales, con los mismos recursos y personal especializado pagados y controlados por el gobierno, evidencia una atención esmerada destinada a los grupos privilegiados -gerentes del turismo, directores de empresas importantes, oficiales del Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas, dirigentes del Partido Comunista y de los Órganos del "Poder Popular", y, entre algunos otros, los que gozan de grandes remesas enviadas desde el exilio. Para estos grupos minoritarios está reservado lo que no dudaríamos en denominar Privatización Subterránea de la Salud.
Esta singular bifurcación del sistema de salud en virtud de la cual unos pocos se benefician a costa de los recursos que pertenecen a toda la sociedad, adquiere colosal dimensión en los territorios dedicados casi por entero a la actividad turística o donde una parte significativa de la población reside en el extranjero. Este es el caso de Morón y Ciego de Ávila.
Debemos anotar que a pesar de las enormes inversiones llevadas a cabo en la apertura de los centros recaudadores de divisas, los resultados derivados de las mismas -ganancia - han tocado muy pobremente a las diferentes instalaciones de salud de la región, quienes se han visto obligadas a prestar cada vez más servicios con la misma o menor cantidad de recursos.
El deplorable estado de estas instalaciones (ahora en reparaciones emergentes) pudo ser comprobado recientemente por una visita de inspección conjunta de Partido Comunista Provincial y la Dirección de Salud Pública en la misma instancia.
A este grupo de visitantes no le tardó mucho para llegar a la conclusión de que el ambiente era inaceptable en todos los ordenes, específicamente en el Hospital de la ciudad del Gallo, Morón -categoría provincial-, respecto al cual expresó uno de los visitantes: "...en esta área tal parece que no existe Hospital alguno...".
Para que se tenga una idea del contraste representado por las dos tendencias antes señaladas, les diremos que, mientras una persona perteneciente a los sectores y grupos menos favorecidos necesita como promedio dos meses para atenderse con un Especialista después de iniciada la gestión con el Médico de la Familia, cualquiera de los miembros de los grupos privilegiados soluciona su problema en unas cuantas horas.
En los respecta a la adquisición de medicamentos sucede algo análogo. Si una minoría sale de las consultas con los medicamentos ya resueltos o con certeza de que van a conseguirlos con "chavitos" (peso convertible cubano CUC) o dólares en las farmacias de la cayería norte -polo turístico-, el resto de la población, por lo general, deberá prescindir de ellos o perseguirlos durante semanas en las farmacias hasta obtenerlos o cesar en el empeño. Lo mismo acontece con el equipamiento de diagnóstico, como lo son, el ultrasonido y el somatón.
Como debe inferirse, la respuesta a las necesidades de salud de los grupos privilegiados proviene de una nomenclatura de especialistas y dirigentes del sector, que al margen de la ley, se convierte en administrador absoluto de cuantos recursos son asignados por el gobierno y otras fuentes, como es el caso de las donaciones realizadas por determinadas instituciones no gubernamentales, muchas de las cuales son puestas bajo la administración de personal seleccionado.
Este grupo de privilegiados del sector de la salud permanece siempre a la expectativa, esperando al buen postor. Su poder de solucionar problemas traspasa la jurisdicción a la que pertenece para con su influencia resolver complicados casos de diagnósticos de los grupos privilegiados en institutos especializados de la capital -La Habana-. A cambio, es retribuido debidamente lo mismo en dinero que con especies, esta última menos proclive a la denuncia ante la justicia.
Una de las instituciones más afectadas en todo el país es el médico de la familia. De esta solo queda el concepto y es el destino principal de los grupos menos favorecidos de nuestra sociedad. La acentuada fluctuación de fuerza de trabajo que labora en este tipo de institución, significa que raras veces existe un médico fijo -estable- en los consultorios, lo que da pie a la aseveración de que la razón de ser de los mismos ha desaparecido.
Con el incremento de las misiones médicas en el exterior -el grueso en Venezuela- la nomenclatura de médicos privilegiados experimentara un incremento considerable en los próximos años, status que la alejará aún más de los sectores más pobres al tiempo que la empujará a crear con los sectores más beneficiados, una especie de bloque exclusivo.
Ciertamente, en el contexto de la Privatización Subterránea de los recursos de la salud, no tienen cabida alguna determinadas proporciones, como lo son, "salud para el pueblo", "igualdad para todos", "el pueblo dueño absoluto de las riquezas".
Lo que cuenta en esta problemática, es un hecho real, visible, que día a día cambia todos los conceptos: la apropiación privada -obtención de beneficios- a partir de la explotación de los recursos del Estado, apreciados como capital, entendidos así por la mente, y la creencia de los grupos privilegiados, sobre una base real y objetiva, por supuesto, de que lo merecen todo, aunque implique el daño de los demás.
El desdoblamiento de los servicios de salud en virtud del cual los diversos sectores de la población reciben una atención diferenciada, será un proceso en crecimiento en los últimos años, al menos así lo indican los sucesos que se suscitan a diario. Solo un verdadero Cambio reconquistaría valores y derechos de "los cubanos de a pie".
* Economista independiente, Agencia de Prensa Libre Avileña, APLA, Corresponsalía en Ciego de Ávila de Misceláneas de Cuba
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