Por: Luís Alberto Ramírez.
Eran aproximadamente las tres de la tarde de un día cualquiera del año 2003, Noviembre para ser un poco exacto. El gobierno de Cuba me había otorgado una visa humanitaria debido a que mi madre estaba muy grave en el Hospital de San Cristóbal provincia de Pinar del Río. Después de los tediosos trámites burocráticos que exige el régimen de la Habana para que un ciudadano cubano ingrese en territorio nacional, y del abusivo costo de documentos que, aunque acoto no vienen al caso en estos momentos, por fin me vi entrando con verdadera premura por la puerta del Hospital en cuestión. Mi vieja (gracias a Dios) ya había salido de su gravedad pero, aun permanecía en el Centro hospitalario.
No exagero si digo que lo primero que experimenté al entrar en aquel lugar fue unas nauseas terribles debido al mal olor que se respiraba en el ambiente…el techo del salón de estancia estaba totalmente destruido, los paneles cuadrados del cielo raso colgaban con total soltura y goteaban despreocupadamente…en todo el extenso salón, había por doquier cubos plásticos y envases de todo tipo sosteniendo el constante goteo que provenía del techo, exactamente de los conductos de desechos humanos que goteaban constantemente. Por fin pude llegar subiendo unas despintadas escaleras al inmenso salón donde estaba ingresada mi Madre, parecía mas aquel lugar un cuartel de la prisión provincial Combinado del Este que un centro de salud…El cuartel en cuestión, perdón, la sala en cuestión era larga, un pasillo en el centro dividía un sinnúmero de camastros uno frente a otro, todos vacantes, pero no solo de pacientes sino, de todo, no tenían siquiera colchones, menos aun sábanas o almohadas…encima de la cabecera de cada camastro había una especie de botiquín alargado en cuyo fondo debía haber una lámpara, y la había, solo que no tenia bombillas, dos cables eléctricos salían por la parte de abajo esperando quizás pacientemente que llegara un enfermo con su necesaria bombilla eléctrica.
Llegué hasta la cama de mi madre que era a la última, a un costado de la pared final, justamente debajo de un ventanal abierto de par en par que refrescaba con su calurosa brisa el ambiente de aquel centro de salud. No voy a destacar en este escueto escrito lo que experimenté al ver a mi Vieja en aquel asqueroso lugar, solo me limitaré a ser objetivo, la subjetividad no tiene espacios aquí…Tenia un deseo de vomitar inmenso y decidí ir al baño, para seguir diciendo la verdad tengo que decir que el baño era común, es decir, uno para todos, estaba totalmente desprovisto de alumbrado, la falta de higiene campeaba por su respeto y el mal olor era insoportable; le dije a mi Vieja que necesitaba con urgencia usar el retrete y me dijo con total naturalidad "puede usarlo pero no entres, haz lo que desees en la entrada, no tiene alumbrado y te puedes cortar" ella dijo otra palabra pero no es reproducible. El bombillo que alumbraba la cabecera de la cama era propiedad de mi familia, el colchón, las almohadas, las sábanas, las fundas y hasta el alimento que ingería mi madre hubo que "resolverlo" para poder alimentar a la Vieja.
No soy defensor del sistema de salud de Estados Unidos (todo lo contrario) la experiencia me viene de muy cerca y en mi propia carne sufrí las consecuencias de la falta de humanismo del personal calificado y "profesional" del sistema de salud americano. La verdad predomina aquí, en este articulo no hay cuentos de sirenas y no voy a tapar el Sol con un dedo ¡Ingresar en un hospital del sur de la Florida es lo único que no le deseo ni a mi peor enemigo! Los enfermeros/a carecen generalmente de humanismo, la indolencia está a la orden del día y por ultimo, para acabar de hacer con brutal naturalidad lo que les de la gana de un enfermo, los médicos le hacen firmar un documento inmenso unos minutos antes de llevarlo al quirófano que le da la autorización al equipo medico hasta de asesinar al paciente si fuera conveniente sin pagar consecuencia alguna…Es verdad que los médicos andan con comunicadores portátiles pescando langostas en los cayos de la florida y atendiendo pacientes detrás del timón de su automóvil, yo soy testigo de eso, a mí me llevaron al quirófano para intervenirme una fístula en el recto y conocí al médico que me iba a operar cinco minutos antes de la operación, todos los empleados del Hospital Baptist de Homestead me vieron las nalgas, menos el médico; y del seguro también vamos a hablar pero, todo eso y mucho mas que se pueda argumentar, no le da la autorización al dictador Fidel Castro ni a quien le escribe sus babosadas llamadas últimamente reflexiones para decir que el sistema de salud cubano está por encima del americano, lo único que si puede decir es que los médicos cubanos y el personal de salud de la Isla es inmensamente más humano que el americano.
En Cuba prácticamente no existe sistema de salud con avance en ninguna rama, más bien la maquinaria humana es la que le da la alternativas al régimen castrista para alardear del sistema de salud nacional. Para nadie medianamente inteligente puede ser un secreto que el sistema de salud cubano es una herramienta política al igual que el sistema de educación, Castro prefiere regalarle un hospital a cualquier país de mundo con el solo motivo de exportar una imagen positiva del sistema de salud cubano sin importarle si los cubanos en la Isla tienen que recurrir a sus familiares en el extranjero siquiera para que le envíen un poco de pasta para empastar una pieza dental. La muestra está en cualquier farmacia para consumo nacional, no existen ni aspirinas, ahora, como el objetivo es vender una imagen, en las farmacias destinadas al servicio de extranjeros, turistas y moneda enemiga existe hasta viagra. En los hospitales sucede lo mismo, los del pueblo no tienen ni mantenimiento estructural, los destinados para los dirigentes del Estado y personalidades apologistas de Castro y extranjeros en general son los más modernos del mundo.
Claro que los errores del sistema de salud de Estados Unidos se prestan para hacer una critica verdaderamente dañina pero, la diferencia está en que el gobierno de Estados Unidos no usa ninguna rama humana nacional con fines políticos; en este país se construyen miles de hospitales y jamás el Presidente dedica dos segundos de su gestión administrativa en anunciarle al mundo el hecho; en Cuba y/o cualquier país comunista o en vías de ello se construye una simple clínica y después de presentarla como un adelanto revolucionario en todas las cadenas nacionales e internacionales, después de hacer una marcha inmensa con discursos kilométricos, la imagen queda en las mentes estrechas de la inmensa izquierda internacional como un logro del socialismo; eso no solo sucede con el sistema de salud sino, en todo, hasta en la construcción de un simple puente o una escuela rural.
Quiero decir también que la gran culpa del desastre del sistema de salud americano radica en el lobbysmo de las compañías farmacéuticas y los seguros, todas las administraciones americanas han tratado de lograr un sistema de salud más humano y no lo han podido lograr, las dos últimas administraciones han coincidido en ello, han luchado grandemente presentando propuestas pero aparentemente el poder económico de los intereses antes mencionado han ganado la batalla. Así es la democracia, el político que mas vende su imagen gana, y para vender imagen hace falta dinero y quien más tiene dinero mas políticos tiene a su favor, así de simple ¿quien puede cambiar eso? el pueblo pero, si la gran mayoría de la minoría que se involucra en la política nacional es confundida medíaticamente, entonces estaremos en este circulo vicioso por los siglos de los siglos aguantado a babosos y trasnochados mal intencionados como Castro y Chávez que confundan al Mundo y haciendo lo que se le antoja del perfecto idiota universal.
Foto del Baptist Hospital en Miami .
Eran aproximadamente las tres de la tarde de un día cualquiera del año 2003, Noviembre para ser un poco exacto. El gobierno de Cuba me había otorgado una visa humanitaria debido a que mi madre estaba muy grave en el Hospital de San Cristóbal provincia de Pinar del Río. Después de los tediosos trámites burocráticos que exige el régimen de la Habana para que un ciudadano cubano ingrese en territorio nacional, y del abusivo costo de documentos que, aunque acoto no vienen al caso en estos momentos, por fin me vi entrando con verdadera premura por la puerta del Hospital en cuestión. Mi vieja (gracias a Dios) ya había salido de su gravedad pero, aun permanecía en el Centro hospitalario.
No exagero si digo que lo primero que experimenté al entrar en aquel lugar fue unas nauseas terribles debido al mal olor que se respiraba en el ambiente…el techo del salón de estancia estaba totalmente destruido, los paneles cuadrados del cielo raso colgaban con total soltura y goteaban despreocupadamente…en todo el extenso salón, había por doquier cubos plásticos y envases de todo tipo sosteniendo el constante goteo que provenía del techo, exactamente de los conductos de desechos humanos que goteaban constantemente. Por fin pude llegar subiendo unas despintadas escaleras al inmenso salón donde estaba ingresada mi Madre, parecía mas aquel lugar un cuartel de la prisión provincial Combinado del Este que un centro de salud…El cuartel en cuestión, perdón, la sala en cuestión era larga, un pasillo en el centro dividía un sinnúmero de camastros uno frente a otro, todos vacantes, pero no solo de pacientes sino, de todo, no tenían siquiera colchones, menos aun sábanas o almohadas…encima de la cabecera de cada camastro había una especie de botiquín alargado en cuyo fondo debía haber una lámpara, y la había, solo que no tenia bombillas, dos cables eléctricos salían por la parte de abajo esperando quizás pacientemente que llegara un enfermo con su necesaria bombilla eléctrica.
Llegué hasta la cama de mi madre que era a la última, a un costado de la pared final, justamente debajo de un ventanal abierto de par en par que refrescaba con su calurosa brisa el ambiente de aquel centro de salud. No voy a destacar en este escueto escrito lo que experimenté al ver a mi Vieja en aquel asqueroso lugar, solo me limitaré a ser objetivo, la subjetividad no tiene espacios aquí…Tenia un deseo de vomitar inmenso y decidí ir al baño, para seguir diciendo la verdad tengo que decir que el baño era común, es decir, uno para todos, estaba totalmente desprovisto de alumbrado, la falta de higiene campeaba por su respeto y el mal olor era insoportable; le dije a mi Vieja que necesitaba con urgencia usar el retrete y me dijo con total naturalidad "puede usarlo pero no entres, haz lo que desees en la entrada, no tiene alumbrado y te puedes cortar" ella dijo otra palabra pero no es reproducible. El bombillo que alumbraba la cabecera de la cama era propiedad de mi familia, el colchón, las almohadas, las sábanas, las fundas y hasta el alimento que ingería mi madre hubo que "resolverlo" para poder alimentar a la Vieja.
No soy defensor del sistema de salud de Estados Unidos (todo lo contrario) la experiencia me viene de muy cerca y en mi propia carne sufrí las consecuencias de la falta de humanismo del personal calificado y "profesional" del sistema de salud americano. La verdad predomina aquí, en este articulo no hay cuentos de sirenas y no voy a tapar el Sol con un dedo ¡Ingresar en un hospital del sur de la Florida es lo único que no le deseo ni a mi peor enemigo! Los enfermeros/a carecen generalmente de humanismo, la indolencia está a la orden del día y por ultimo, para acabar de hacer con brutal naturalidad lo que les de la gana de un enfermo, los médicos le hacen firmar un documento inmenso unos minutos antes de llevarlo al quirófano que le da la autorización al equipo medico hasta de asesinar al paciente si fuera conveniente sin pagar consecuencia alguna…Es verdad que los médicos andan con comunicadores portátiles pescando langostas en los cayos de la florida y atendiendo pacientes detrás del timón de su automóvil, yo soy testigo de eso, a mí me llevaron al quirófano para intervenirme una fístula en el recto y conocí al médico que me iba a operar cinco minutos antes de la operación, todos los empleados del Hospital Baptist de Homestead me vieron las nalgas, menos el médico; y del seguro también vamos a hablar pero, todo eso y mucho mas que se pueda argumentar, no le da la autorización al dictador Fidel Castro ni a quien le escribe sus babosadas llamadas últimamente reflexiones para decir que el sistema de salud cubano está por encima del americano, lo único que si puede decir es que los médicos cubanos y el personal de salud de la Isla es inmensamente más humano que el americano.
En Cuba prácticamente no existe sistema de salud con avance en ninguna rama, más bien la maquinaria humana es la que le da la alternativas al régimen castrista para alardear del sistema de salud nacional. Para nadie medianamente inteligente puede ser un secreto que el sistema de salud cubano es una herramienta política al igual que el sistema de educación, Castro prefiere regalarle un hospital a cualquier país de mundo con el solo motivo de exportar una imagen positiva del sistema de salud cubano sin importarle si los cubanos en la Isla tienen que recurrir a sus familiares en el extranjero siquiera para que le envíen un poco de pasta para empastar una pieza dental. La muestra está en cualquier farmacia para consumo nacional, no existen ni aspirinas, ahora, como el objetivo es vender una imagen, en las farmacias destinadas al servicio de extranjeros, turistas y moneda enemiga existe hasta viagra. En los hospitales sucede lo mismo, los del pueblo no tienen ni mantenimiento estructural, los destinados para los dirigentes del Estado y personalidades apologistas de Castro y extranjeros en general son los más modernos del mundo.
Claro que los errores del sistema de salud de Estados Unidos se prestan para hacer una critica verdaderamente dañina pero, la diferencia está en que el gobierno de Estados Unidos no usa ninguna rama humana nacional con fines políticos; en este país se construyen miles de hospitales y jamás el Presidente dedica dos segundos de su gestión administrativa en anunciarle al mundo el hecho; en Cuba y/o cualquier país comunista o en vías de ello se construye una simple clínica y después de presentarla como un adelanto revolucionario en todas las cadenas nacionales e internacionales, después de hacer una marcha inmensa con discursos kilométricos, la imagen queda en las mentes estrechas de la inmensa izquierda internacional como un logro del socialismo; eso no solo sucede con el sistema de salud sino, en todo, hasta en la construcción de un simple puente o una escuela rural.
Quiero decir también que la gran culpa del desastre del sistema de salud americano radica en el lobbysmo de las compañías farmacéuticas y los seguros, todas las administraciones americanas han tratado de lograr un sistema de salud más humano y no lo han podido lograr, las dos últimas administraciones han coincidido en ello, han luchado grandemente presentando propuestas pero aparentemente el poder económico de los intereses antes mencionado han ganado la batalla. Así es la democracia, el político que mas vende su imagen gana, y para vender imagen hace falta dinero y quien más tiene dinero mas políticos tiene a su favor, así de simple ¿quien puede cambiar eso? el pueblo pero, si la gran mayoría de la minoría que se involucra en la política nacional es confundida medíaticamente, entonces estaremos en este circulo vicioso por los siglos de los siglos aguantado a babosos y trasnochados mal intencionados como Castro y Chávez que confundan al Mundo y haciendo lo que se le antoja del perfecto idiota universal.
Foto del Baptist Hospital en Miami .
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