El 25 de abril del presente año una nota informativa en la prensa acompañada
de un video ponía en alerta a los medios sobre una grave
contaminación ambiental por plomo en dos comunidades pertenecientes a la
localidad de Guanabacoa, una extensa suburbanizacion de La Habana, la nota dice
así:
Las comunidades Yuca 1 y 2 en Guanabacoa, ciudad de
La Habana, han tenido que protestar utilizando carteles y pinturas en las
paredes para que las escuchen. Sin embargo, las autoridades no han resuelto la
contaminación por plomo con la que conviven. (Santelli,
2016)
Ampliando la información el sitio independiente Cibercuba, señalaba que, “el
origen del problema puede encontrarse en que la comunidad fue creada sobre
vertederos de ácido de baterías, lo que tiene un alto contenido de plomo. El
conjunto de viviendas fue construido en 1998 para albergar a familias afectadas
por ciclones y derrumbes. De momento, las autoridades no han divulgado el caso
de contaminación, a pesar de la gravedad del asunto, y de que puede acabar
perjudicando a buena parte de los residentes en el lugar, especialmente a los niños.
Las familias viven temerosas de que sus hijos pierdan la vida a corta edad a
causa de los efectos dañinos del plomo en la sangre, que en algunos alcanza más
del 20%, cuando un 10% es el valor
considerado normal”. (Baluja, 2016)
Este y otros temas relativos a la contaminación ambiental en Cuba son
conocidos, cuando el trabajo paciente y profesional de los comunicadores independientes
logran superar la censura del régimen y el secretismo de los funcionarios de la
salud en el país; para darnos una información veraz que al compartirlas, se convierten en
ciudadanos que no solo reportan esas incidencias sino que se hacen parte de la
solución del problema.
La intoxicación por plomo en estos dos asentamientos no es nada nuevo.
Desde abril del año 2013 el conocido periodista independiente, Augusto Cesar
San Martin en un extenso artículo señalaba los
inconvenientes que han pasado los habitantes de estas comunidades después de
expresar sus quejas a las autoridades competentes. El artículo muestra que el
problema es de larga data y que no hay soluciones a mediano o corto plazo.
Algunas notas del comunicador señalan:
Hice
varias peticiones de análisis de sangre a los niños de la comunidad, a la doctora
Annia Lemus, directora del Policlínico Machaco Ameijeiras entonces y actual
Presidenta del Poder Popular en Guanabacoa. Después de un año, tomaron muestras a los niños que sólo llevaban meses en el albergue. Los análisis
resultaron negativos pero nunca los mostraron. Cuando solicité la comprobación
por escrito, se había perdido el documento”. “Dijeron que no había problemas de
contaminación pero nunca mostraron los resultados”, tomaron las muestras de los
recién albergados, ninguna de los que llevamos tiempo expuestos a la
contaminación”. Los resultados escritos en una Inspección sanitaria
ejecutada en el 2009, a cargo de especialistas de Salud Pública, constatan
“grandes saturaciones higiénico sanitarias con peligro eminente para los
moradores”. La inspección detalla los riesgos epidemiológicos que existen por desechos en los alrededores y anuncia los
riesgos de brotes epidémicos, pero no
menciona la contaminación del plomo. “Lo que más me ha causado desesperanza es la
respuesta ofrecida de un titulado máster del tema medioambiental”, explica Vivian.
“Ese funcionario nos recomendó no comer frutos del patio y no caminar descalzos
por la tierra. Le dije que debían tomar otras medidas, de lo contrario elevaría
las quejas y me respondió: Si escribe la queja
la carta llega a mis manos y yo le doy la respuesta que quiera”. (Albistur, 2013)
Hace 6 meses la comunicadora independiente, Alicia Fernández, retoma
el tema del posible envenenamiento por plomo en las comunidades Yuca 1 y 2, en
un artículo publicado en la red donde señala entre otras cosas lo siguiente:
Los
asentamientos se levantaron hace más de 20 años sobre terrenos en los que antes
Cubana de Bronce arrojaba residuos de su producción. La idea inicial era que
fueran albergues "transitorios", destinados a acoger damnificados de
ciclones, derrumbes y otras desgracias. Sin embargo, algunos de sus habitantes
llevan décadas allí. "Hay plomo por todas partes", asegura.
"Si vas al patio y remueves un poco la tierra empiezas a encontrar los
pedazos. Y los niños juegan con ellos”. En la misma tierra donde juegan los
niños, se siembran plátanos, calabazas y boniatos que los vecinos consumen. "Hace
un tiempo una madre mejor informada consiguió que, a través de amistades, le
hicieran a su hija unos análisis de sangre. Los resultados confirmaron las
sospechas, tenía envenenamiento por plomo. El caso fue silenciado y a la
familia, milagrosamente, le dieron un apartamento", relata una mujer.
"Así fue como nos enteramos de que el plomo en sangre mata". (Fernandez,
2015)
Por la misma fecha en que esta periodista independiente informó del
problema en el asentamiento de Yuca 1 y 2; un hecho circunstancial se produjo
en el barrio de Parraga, cuando un número
no precisado de niños se intoxicaron con plomo después de un vertimiento irresponsable
de un reparador de baterías (acumuladores) en esa localidad. La nota apareció en el sitio web Cubanet.
Antes de continuar con este problema de contaminación medioambiental
que afecta una comunidad dada, sería bueno aclarar que la intoxicación o
envenenamiento por plomo es un problema muy serio de salud que debe
comprometer, cuando se presenta, a las autoridades y profesionales de la salud
y a las grupos expuestos. Deben establecerse medidas inmediatas que puedan eliminar
o paliar los efectos que se presentan y que afectan de manera grave la salud de
un conjunto de personas que realmente han sido expuestos al contacto con este
metal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su última nota sobre la
intoxicación por plomo señala entre otros asuntos, lo siguiente:
El plomo es una sustancia tóxica que se va
acumulando en el organismo afectando a diversos sistemas del organismo, con
efectos especialmente dañinos en los niños de corta edad. El
plomo se distribuye por el organismo hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los
riñones y los huesos y se deposita en dientes y huesos, donde se va acumulando
con el paso del tiempo. Para evaluar el grado de exposición humana, se suele
medir la concentración de plomo en sangre. No existe un nivel de exposición al
plomo que pueda considerarse seguro. La intoxicación por plomo es totalmente
prevenible. (N°379, 2015)
En la comunidad científica cubana se ha considerado el problema de la
contaminación y posible envenenamiento por plomo, sobre todo en los niños. Situación
que no es privativa de país alguno.
·
En Cuba se realizó en el año 1992 un estudio donde
se determinó el plomo en sangre en niños entre 1 y 4 años de edad, que vivían
en zonas de alto tráfico. El porcentaje de niños con plomo en sangre por encima
de 10 µg/dl fue sólo del 16 % en la zona expuesta y del 6 % en la no expuesta. (Cañas RC, 1992)
·
En el año 2003 se realizó un estudio de niveles de
plomo en sangre y otros factores asociados a niños residentes en el municipio
de Centro Habana. Las madres respondieron un cuestionario acerca de hábitos y
conductas que exponen a los niños a la intoxicación con plomo; 40 % de ellos
tenían el plomo en sangre superior a 10 µg/dl. Los factores asociados fueron,
entre otros: no lavarse las manos antes de alimentarse, jugar con juguetes de
plomo, llevarse juguetes a la boca y comer tierra. En los niños
expuestos resulta frecuente encontrar niveles elevados de plomo en sangre. Los
hábitos, las conductas riesgosas y el hacinamiento fueron los factores que
mayores asociaciones tuvieron con los niveles altos de plomo en sangre,
señalaron los autores. (Aguilar Valdés, Juan, Más
Bermejo, Pedro, Romero Placeres, Manuel, García Roche, René, Sardiñas Peña,
Olivia, & Orris, Peter, 2003)
·
Entre los años 1986-1992 se desarrolló un estudio
sobre los niveles de plomo en las aguas de consumo humano en Cuba. El objetivo
del trabajo fue determinar sus concentraciones en aguas de las principales
fuentes de abastecimiento en Cuba, y comprobar el cumplimiento de la
concentración máxima admisible establecida. Los autores señalaron en ese
estudio que: de forma general, puede considerarse que no existen condiciones
propicias para la contaminación del agua con plomo en el sistema de
distribución de acueductos para localidades de más de 5 000 habitantes, ya que
no se han detectado valores de pH y dureza total en las aguas que propicien la
migración del plomo de las tuberías. Ambos parámetros son controlados
periódicamente mediante el sistema de alerta en la Vigilancia de la Calidad del
Agua que lleva a cabo el Ministerio de Salud Pública. (Maricel García-Melián, María
Teresa Hernández-Peñalver, 2003)
Pero lo que sorprende de este
problema es que, presentándose la grave realidad de un conjunto de personas
afectadas por esta contaminación, se asumen posiciones y actitudes indolentes e irresponsables; conductas que socaban el buen nombre y la dedicación honesta
de la práctica médica y muestran un accionar imprudente de las autoridades de
salud que comprometen a personas a las cuales, en tanto deben de proteger, las
exponen a riesgos de salud de graves consecuencias.
La posible intoxicación colectiva por plomo de las comunidades Yuca 1
y 2 en la cercanías de Guanabacoa, esto en la Ciudad de la Habana, debe ser
objeto de inmediata atención por las jurisdicciones de salud a los cuales les
compete y son responsables del cuidado de estas personas en número tal que
constituyen una población de 427 habitantes, de ellos, 126 niños de 0 a 16
años, 262 personas de 17 a 60 años y 39
de 60 o más. En pocos años se amplió con una
población similar creándose Yuca 2, lo que quiere decir que la población
afectada puede superar el millar.
Las personeros del régimen, debemos de suponer que fueron los
funcionarios de la Oficina de la Vivienda; nunca debieron de asentar tal
número de personas en terrenos que
habían sido utilizados por una fábrica de baterías para autos (acumuladores),
fuente primaria de contaminación por plomo y que también fue utilizada por una
empresa de trasformación del cobre (Cubana de Cobre).
La conducta y desempeño de las autoridades de salud son reprobables y
engañosas. Algunos habitantes que se quejan son trasladados a otros lugares en
tanto que una inspección sanitaria del 2009 señalaba “grandes
saturaciones higiénico sanitarias con peligro eminente para los moradores”
sin mencionar el envenenamiento por plomo. Un especialista de alta calificación
recomienda a los vecinos “no comer frutos
del patio y no caminar descalzos por la tierra”…, si se quejan la carta llega a mis manos y yo le doy la
respuesta que quiera”. Como pueden apreciar, es una forma indigna de dar
respuesta a un problema apremiante de salud colectiva.
En algunos casos se hizo examen en orina pero no en sangre para
determinar los niveles de plomo. Cuando se realiza los exámenes no son concluyentes
en tanto que algunos se han buscado la forma de hacerse estas investigaciones
mediante gestiones personales; cuando hay alguna confirmación de algún caso que
surgiere la intoxicación por plomo se asume el secreto y las soluciones individuales.
Todo esto cuando se sabe que un problema como este conlleva concientización y
participación de las comunidades afectadas.
En la posible contaminación o envenenamiento por plomo en las
comunidades Yuca 1 y 2 ha habido y aún hay un comportamiento irresponsable y reprobable
de las autoridades del régimen como son los funcionarios de la Oficina de la Vivienda, los funcionarios
del Poder Popular y en particular las autoridades de salud locales (MINSAP) ;que han minimizado el problema al
punto que desde el año 2009 hasta donde
llega la informaciones, han obviado los procedimientos para establecer una
intervención ambiental ante este problema de salud que empezó cuando cientos de
personas fueron asentados sobre un terreno ya envenenado.
Hasta donde sabemos no hay una intervención ambiental por intoxicación
por plomo como ser recomienda (Ceto, 2003) .
Los elementos fundamentales de un programa efectivo se caracterizan por incluir
estrategias para: reducir la exposición
a los medios ambientalmente contaminados, educar de manera amplia a la
comunidad respecto del riesgo que representa el plomo, proporcionar servicios
de intervención en materia de salud a las poblaciones potencialmente expuestas ,
desarrollar una infraestructura comunitaria para proporcionar un apoyo a largo
plazo a través de los elementos de programas de intervención ambiental ,llevar
a cabo monitoreo para evaluar la efectividad del programa y modificarlo en caso
necesario.
Los especialistas en el control del envenenamiento por plomo en
comunidades, donde el suelo o el agua entre otros están contaminados por este
metal señalan que , el éxito en el manejo
de los sitios contaminados por plomo puede alcanzarse si los encargados de
aplicarlo trabajan de manera conjunta con las autoridades locales en la
identificación de las metas adecuadas del proyecto, diseñando y ejecutando
seguidamente estrategias de intervención ambiental y programas de intervención
en salud y educación que respondan a dichas metas.
En las comunidades cubanas de Yuca 1 y 2, no ha ocurrido nada de esto.
Tal vez arrastrando una prolongada y peligrosa contaminación por plomo; la
única respuesta de los autoridades han sido los procedimientos sesgados, el
comprometido silencio, la anulación de algunos que disienten y sobre todo; el
velado y ruin desempeño que hacen dudar de los más simples propósitos de los proveedores de salud; que deben ser el cuidar de una comunidad que
le es parte, en tanto que asumen una
innoble tarea que no entendemos que pretenden y a donde esto les conduce.
* Dr.
Eloy A. González (Buenavista, VC. Cuba, 1949). Médico Especialista en
Oncología. Profesor Instructor de Farmacología de la UH. Consultor de GLG.
Blogger. Exiliado y radicado en Fort Worth, TX. Contribuye con artículos de
opinión sobre Cuba en distintos sitios Web sobre Salud y DDHH, entre otros.
Colabora con el Semanario Panorama de Fort Worth, TX, de forma regular y sus
contribuciones abarcan temas variados. E-mail: eloy_gnzlz@yahoo.com. Web:
http://medicinacubana.blogspot.com
Referencias:
Aguilar Valdés, Juan, Más Bermejo,
Pedro, Romero Placeres, Manuel, García Roche, René, Sardiñas Peña, Olivia,
& Orris, Peter. (2003). Niveles de plomo en sangre y factores asociados, en
niños del municipio de Centro Habana. . Revista Cubana de Higiene y
Epidemiología, 41 (1), 41 (1).
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