De
ninguna manera pretendo realizar una sátira a la obra del célebre García
Márquez pero, para nadie es un secreto que, el año 2014 ha sido para los
cubanos, el año de las epidemias.
El
Dengue, ha dejado de ser un visitante epidemial para perdurar como residente
permanente pese a todas las artimañas arcaicas de eliminación del Aedes Aegypti
y del Aedes Albopictus. A la par de este enemigo de la guerra bacteriológica
impulsada por el imperio allá por la década del ´80 del pasado siglo –según la
perorata gubernamental-
En
segundo lugar tenemos, bajo la falsa identidad de Infecciones Intestinales,
Desajustes estomacales Síndrome Diarreico Agudo o cualquier otro: el Cólera.
En
tercer lugar y desde el pasado junio, el propio gobierno reconoció 6 personas
infestadas con el virus Chikungunya que, según el Boletín epidemiológico del
Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí" (IPK), en cuyo número
19, publicado el 10 de mayo de este año, detalla varios aspectos de la fiebre
Chikungunya.
Refiere
el artículo que se trata de una "enfermedad emergente que todavía no ha
recibido cobertura suficiente en los programas de estudios médicos. No dispone
de tratamiento específico ni de vacuna". Por su parte, María Guadalupe
Guzmán, jefa del Departamento de Virología del IPK, expuso que la población de
Latinoamérica, incluyendo la cubana, se enfrenta por primera vez a una
enfermedad como el chikungunya por desgracia para nosotros: "No tenemos
inmunidad protectora frente a este virus", observó la galena .1
Inundacion en La Habana. Foto del autor |
Ahora
bien, tanto el Dengue, como el Chikungunya, tienen un denominador común: el
Aedes Aegypti y el Aedes Albopictus, ambos mosquitos presentes en el país en
cualquier zona con acúmulos permanentes de agua que permitan la reproducción de
los mosquitos, debido a pésimas condiciones higiénicas.
En
el caso del Cólera, su fuente de contaminación generalmente son las heces de
una persona infectada y que puede diseminarse rápidamente en áreas con
tratamientos inadecuados de agua potable y aguas residuales.
Ahora
bien, en medio de este diabólico triángulo, ¿Qué labores realiza el gobierno el
cubano en aras de garantizar la salud y bienestar ciudadanos? Créame que
ninguna porque, hacer propaganda radial, televisiva y periodística, gastar
miles de pesos en el incontable ejército de lucha vectorial en cuanto a
salarios, equipamiento, productos y logística en general, en honor a la verdad
no han favorecido en nada la disminución de los contagios porque, si algo es
innegable es que los hospitales están atestados de infestados.
Inundacion en La Habana. Foto del autor |
Las
fotos que acompañan el presente artículo, hablan por sí solas, demuestran ante
todo, la ineficiencia de las labores para la prevención de estas u otras
infecciones, toda vez que pone en tela de juicio la credibilidad de los
funcionarios responsables en los diferentes niveles del Ministerio de Salud
Pública y por expansión, hasta llegar a la punta de la pirámide, los Consejos
de Administración Municipales, Provinciales, Asamblea Nacional, Comité Central
del PCC y por qué no: la Defensa Civil.
En
medio de todo ello, se encuentran niños, adolescentes, mujeres, embarazadas,
ancianos, todos de una forma u otra, grupos de riesgo de contraer al menos una,
de estas epidemias, que no podemos hacer otra cosa que rogar al cielo para que
tenga misericordia de nosotros.
El
pasado 27 de agosto, un aguacero de poco más de una hora de duración, fue
testigo del alto riesgo al que está expuesta una parte de la población
capitalina, las fotos a continuación no han sido tratadas informáticamente,
sirvan de testimonio a favor de la defensa de la salud del pueblo, las calles
relacionadas son: Cristina, San Joaquín, Vía Blanca, Calzada de 10 de Octubre,
Tamarindo, Municipio, San Leonardo y Rabí.
*Pastor
y comunicador independiente, reside en la Ciudad de la Habana, Cuba.
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