Por
Rebeca Monzo.
Después
de haber experimentado durante mi estancia en Francia, lo que pudiera llamarse en verdad potencia médica,
sin temor a equivocarnos, a mi regreso contrasto con una triste realidad.
Algunos
de los médicos, familiares o amigos, a quienes he mostrado orgullosa, las radiografías de mi
mano accidentada y el estado final en que quedó
la misma, todos, lamentablemente, han coincidido en expresar lo
siguiente: ¡Alégrate de haberte caído en Francia y no aquí!
Conversando
después por separado con cada uno de ellos, me han comentado el estado de
deterioro cada vez más notable de los servicios de salud en nuestro país, y
además, coinciden en que la falta de estímulos en este sector, está logrando
que prime el desencanto entre los estudiantes
al no optar por esta carrera, así
como también el éxodo de galenos, ya que
debido a las facilidades para viajar otorgadas por las “nuevas
regulaciones migratorias”, éstos estén abandonando el país en busca de mejoras
económicas y reconocimiento. Algunos solo desean salir a explorar, pero lamentablemente la mayoría no regresan.
Otra
de las cuestiones que más están afectando en estos momentos a los trabajadores
de la salud, es que ante la reclamación hecha por éstos de un aumento de
salario, las autoridades han decidido, “debido a los problemas económicos que
enfrenta el país”, no elevarles el mismo y a
cambio, a modo de humillante consuelo, pagarles a los médicos: dos pesos
cubanos (de los corrientes) por cada hora de guardia realizada, cincuenta
centavos a los enfermeros y veinticinco centavos al resto del personal
auxiliar. O sea, un médico después de rendir doce horas de guardia en el
hospital, recibe en compensación veinticuatro pesos (aproximadamente un dólar),
seis pesos los enfermeros y tres pesos los auxiliares. Esta situación es
realmente vergonzosa, más aún que debido a la falta de personal, se ven precisados a realizar las guardias con demasiada frecuencia.
No
es de extrañar que cada vez contemos con menos galenos y, en algún momento
tengamos que ir a consultarnos, allende los mares, donde nuestros excelentes
médicos brindan sus servicios.
Fuente: Por el ojo de la aguja.
Fuente: Por el ojo de la aguja.
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