Por: Tania Quintero.
"El Gobierno Norteamericano, en su primera intervención en el año 1899, creó la Sanidad Cubana. Desastrosa la realidad sanitaria entonces, y sin duda agravada por la guerra y los métodos de concentración, el paludismo, la viruela, el muermo, el tétano infantil, la tifoidea y la fiebre amarilla diezmaban en forma endémica, y frecuentemente epidémica, tanto a la población civil como al ejército.
"Gracias a la energía desplegada y a la entusiasta colaboración de los médicos y de todo el pueblo del país, fue posible en el período de 1899 a 1902 sanear prácticamente La Habana y otras principales ciudades, reducir la mortalidad general y erradicar la fiebre amarilla, tras confirmarse las ideas del Dr. Carlos J. Finlay.
"En 1909 se crearon la Comisión de Vacuna y la encargada de combatir el muermo y la tuberculosis en el ganado, así como el Centro General de Vacuna Antivariolosa, ordenándose la vacunación general y obligatoria. En el mismo año Furbush fundó el dispensario para tuberculosos que lleva hoy día su nombre, y se inició el Sanatorio La Esperanza. Creación de aquella época fue también la llamada Comisión de Fiebre Amarilla y más tarde Comisión de Enfermedades Infeccionas, que hoy día tiene por objeto visitar todos los enfermos que la sanidad terrestre o marítima considere sospechosos de alguna dolencia cuarentenable.
"En la misma época se crearon o regularon los servicios de la higiene de la prostitución, de mercados, de inmigración y de sanidad municipal, y por fin se dictó la primera ley sanitaria, creando la Junta Superior y las juntas locales de sanidad. Fue entonces cuando la gestión sanitaria llegó a todos los rincones de la República.
"Funcionan, debidamente organizados, Servicios de Cuarentenas en los puertos de La Habana, Matanzas, Cárdenas, Cienfuegos, Nuevas y Santiago de Cuba, así como oficiales médicos de cuarentenas en los puertos de Daiquirí, Isabela de Sagua, Caibarién, Batabanó, Nueva Gerona, Nipe, Gibara, Banes, Puerto Padre, Baracoa, Samá, Guantánamo, Manzanillo, Casilda, Santa Cruz del Sur, Sagua de Tánamo, Tunas de Zaza, Júcaro y Puerto de Tarafa.
"Existen también médicos delegados del Servicio de Cuarentenas en los puertos extranjeros de Barcelona, Bilbao, Canarias, Coruñas y Progreso. Además, el Servicio cuenta con dos médicos para atender a cualquier emergencia. En los puertos del Mariel y Santiago de Cuba existen lazaretos o estaciones de cuarentenas, y los campamentos de Tiscornia en La Habana y de Nipe en Oriente, prestan, en los casos precisos, servicios de cuarentena.
"El estado sanitario de la República no ha podido ser más satisfactorio recientemente, pues no han hecho su aparición las enfermedades infecto-contagiosas bajo forma epidémica, y sólo se han registrado casos aislados de tifoidea y paludismo, gracias a la atención prestada al consumo público de aguas, al abasto de leche, la cloración, la desinfección y zanjeo de los lugares bajos, y la administración de quinina contra el paludismo, sobre todo en las provincias orientales.
"El problema de la inmigración antillana ha sido objeto de mucho interés, y se han nombrado delegados médicos para regularla en los puertos de entrada, examinando allí a los inmigrantes para someterlos, de ser necesario, a tratamiento contra parásitos intestinales, viruela y otras enfermedades".
Fragmentos del Boletín de la Oficina Sanitaria Panamericana publicado en octubre de 1929
Continuación…..,
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