viernes, abril 25, 2008

Síndrome de Inmuno Deficiencia Carcelaria Adquirida (SIDCA).

A punto de ser descubierta una nueva enfermedad en Cuba: El SIDCA
Por: Miguel A. García Puñales.

El título del presente artículo bien pudiera estar indexado en alguna revista científica o en un comic de ciencia ficción.
En el primer caso, carece de estudios validados, que con la aportación de datos pertinentes demuestre una hipótesis de investigación.
En el segundo tampoco es posible porque existen evidencias de enfermos y fallecidos que nos recuerdan que estamos en presencia de tragedias humanas de la vida real.
¿Conoce alguien la relación proporcional del comportamiento medio de la morbi-mortalidad comparada entre los presos políticos cubanos y el resto de la población de la isla?
El segundo dato de la ecuación puede ser conocido (es un decir) por las estadísticas del MINSAP cubano. El primero es una incógnita, nadie, ni los carceleros ni los propios interesados, ni su entorno (entre ellos algunos profesionales de la salud) ni el Exilio con sus posibilidades y recursos han emprendido un estudio – al menos no se ha hecho público- sobre la invasiva, veloz y extensa epidemia que se cierne sobre los presos políticos cubanos no bien llevan un tiempo en las cárceles.
Ya se que alguien me dirá que en condiciones de internamiento carcelario todo vale, hasta fingir enfermedades y alarmar a los medios en busca de protección; también se que en algún caso se ha hecho y no viene a cuento poner colorado a nadie con el simple acto de hurgar en las hemerotecas.
Se trata de algo que empíricamente estamos observando; evidentemente, existe un Síndrome de Inmuno Deficiencia Carcelaria Adquirida. De comportamiento similar –quizás- cuando “…en junio de 1981 se comunicó, en una revista científica, el primer caso de neumonía por Pneumocystis carinii en un paciente homosexual, este germen era hasta entonces muy poco frecuente salvo en sujetos con las defensas bajas. Casi simultáneamente se publicaron varios casos de sarcoma de Kaposi en pacientes jóvenes y los acontecimientos se sucedieron vertiginosamente. Ambas eran enfermedades raras que aparecían sólo en sujetos inmunodeprimidos, es decir, sin capacidad para defenderse de las infecciones y de algunos tumores.
En pocos meses se describieron casos similares en otros países occidentales, fundamentalmente europeos, y cundió la alarma. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué de pronto aparecían casos raros entre la desenfadada y joven comunidad homosexual de San Francisco y Nueva York? Aunque los que vivieron aquel momento no eran conscientes de ello, eran los primeros días de un drama que llegaría hasta nuestros días…”
¿Por qué vemos llegar a España a hombres tocados por enfermedades similares, procedentes del mismo grupo control; es decir, del presidio político cubano? ¿Por qué hemos visto recientemente morir en el exilio y dentro de la isla a sujetos procedentes del mismo universo?
La muerte es un episodio por el que todos pasaremos –menos mal- es, por así decirlo, la más democrática de las políticas; llega a todos por igual. Sólo que adelantar ese tránsito democrático A OTROS es - al menos desde la constitución del tribunal de Núremberg – un delito.
Como las presunciones de delitos deben ser investigadas ¿Alguna vez veremos publicadas las estadísticas de morbi-mortalidad de la población carcelaria cubana, en especial la política? ¡Datos contrastables por supuesto!
Hasta entonces, hasta que podemos desechar – o no – las teorías del método búlgaro y otra tantas ¿leyendas urbanas? que hablan de isótopos radioactivos como método de inducción de neoplasias en las ergástulas cubanas; hasta esa fecha, hacen muy bien las Damas de Blanco en reclamar a voz en cuello la libertad para su familiares.
Y sus razones se basan en simple intuición empírica; los saben inocentes –ellos no asaltaron cuarteles vestidos con la ropa del ejercito contrario contraviniendo las normas de la guerra civilizada, ni provocaron muertes, ni siquiera creen en la lucha armada como forma de obtención de objetivos políticos- y saben también mejor que nadie que el odio del sistema contra las ideas que ellos representan los están exterminando poco a poco, al menos en lo que al físico se refiere.
Saben que el Síndrome de Inmunodeficiencia Carcelaria Adquirida es un péndulo que se cierne sobre las cabezas de aquellos que se encuentran el en oscuro pozo del presidio político cubano.
Cubamatinal.

2 comentarios:

Movimiento Argenlibre dijo...

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Saludos Republicano

Movimiento Argenlibre

Unknown dijo...

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