El médico de la familia
Por: Juliet Michelena Díaz.*
Cuando
se concibió la idea de un proyecto de Salud Pública, conocido como “Médico de la
Familia”, la atención médica a la
población, mejoró considerablemente a nivel de cuadra.
Los
médicos laboraban cerca de los pacientes, y los conocían, estando a la mano
–como se dice de forma popular- para cualquier contingencia que tuviera el
vecino. Para ello se fabricaron a todo
lo largo del país, miles de consultorios, los que tenían viviendas incluidas en
la que vivirían los galenos y en algunos casos las enfermeras.
Estos
inmuebles fueron entregados al personal médico como un medio básico del Ministerio
de Salud Pública. Con el paso del tiempo en muchas localidades fueron conocidos
estos consultorios médicos con el nombre de Postas Médicas, en las cuales
siempre estaba un profesional de la salud, dispuesto a brindar atención médica
a cualquier hora del día o la noche.
Un consultorio del Programa del Medico de la familia entregado como vivienda |
Con
el transcurso de los años muchas de estas postas médicas, fueron siendo abandonadas
tanto por falta de trabajadores, como por no contar con recursos para las mismas.
De esta forma un programa tan exitoso como este tocó fondo.
Solo
por poner un ejemplo, el Consejo Popular Luyanó Moderno, ubicado en el
municipio San Miguel del Padrón, en esta capital, que tiene de superficie
terrestre 6,1 Km2 y una población aproximada de unas 40 mil
personas, a las que se adicionan más de 3 000 flotantes (residentes que no son
legales); de los 56 consultorios del
Médico de la Familia que se construyeron solo están funcionando 21, los que
carecen de recursos para atender adecuadamente a los que -por necesidad- acuden
a ellos.
Las
postas que continúan brindando servicios a los pobladores, ya no cumplen el
objetivo para los que en sus inicios fueron concebidas; dar una mejor atención
medica y auxilio médico a personas que se encontraran en diversas
circunstancias de salud, en cualquier momento. Y es que ya en su mayoría no
viven los galenos cerca de la población que le fue asignada un consultorio. Además, los pocos médicos que laboran en ellos tienen
la carga de trabajo de todas las otras casitas del médico que están cerradas y
tienen la obligación –adicional de brindar servicios médicos en hospitales o
policlínicos.
Muchos
de estos consultorios médicos que fueron abandonados, debido al deterioro, se
entregaron a trabajadores del Ministerio de Salud Pública, no médicos u otras
personas que no son trabajadoras de esa entidad; un ejemplo es la casa de la
posta médica que se encuentra en calle Sexta, entre Pasaje Generaliti y D, Reparto
Luyanó Moderno; que se la cedieron a una miembro de la Policía Nacional
Revolucionaria.
No
obstante, hay otros de estos medios básicos, que están en un estado deplorable
constructivo por falta de mantenimiento por lo que se han convertido en inhabitables.
Dejando así ver la ineficiente que resulto el proyecto Médicos de la Familia, a
pesar del costo de su inversión.
*Recibido por correo electrónico desde Cuba.
La comunicadora es miembro de la Red
cubana de comunicadores comunitarios. La foto también es de la autora.