Hospitales públicos y funcionarios del Ministerio de
Salud en Nicaragua prohibieron la atención de los manifestantes heridos.
En ocasión de las
manifestaciones estudiantiles en Nicaragua, se ha podido conocer que muchos
medico y funcionarios adscritos al MINSA y a algunos hospitales nicaragüenses
se NEGARON a prestar atención medica a los manifestantes heridos, muchos de los
cuales fallecieron. Los funcionarios encabezados por la Ministra de Salud Sonia
Castro condujeron medidas encaminadas a bloquear la necesaria prestación de los
servicios médicos de urgencias a los heridos. Esta
es una información que aparece en la prensa nicaragüense. Trabaje y viví en
Nicaragua en los años ochenta y me resulta difícil entender esta conducta
miserable de médicos que saben por sobre todo que es su obligación prestar atención
médica a las personas sin considerar su filiación política.
Los médicos que han salvado vidas en la crisis de
Nicaragua
Si las crisis sacan lo mejor y peor del ser humano,
eso exactamente ocurrió en el sector Salud: por un lado hospitales públicos
dejando morir a heridos y por el otro, médicos, enfermeros y estudiantes de
Medicina arriesgando su vida para salvarlo
Por: Julián Navarrete
El doctor Fritz Guill tiene a mano su maleta de sutura. En los últimos
días ha extraído balas, charneles y curado quemaduras por explosiones. Desde el
11 de mayo, cuando en Chinandega los protestantes fueron reprimidos por la
Policía, Guill tiene abiertas las puertas de su consultorio privado para sanar
a los lesionados sin cobrar un solo córdoba.
El último caso que atendió fue el pasado miércoles. Se trataba de un
muchacho impactado por una bala de goma a corta distancia, que según indicó el
ultrasonido abdominal, no penetró hasta las vísceras. Por suerte, dice Guill,
ninguno de sus pacientes fue herido de gravedad, y, aunque con alguna secuela,
se encuentran recuperándose en sus hogares.
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Dra Sonia Castro . Ministra de Salud. Sicaria Mayor |
Todos los heridos que atendió Guill no quisieron ir antes al hospital
por temor a que las autoridades tomaran represalias. En todo el país hubo denuncias
de que la Policía esperaba a los heridos para capturarlos o solicitaba sus
datos personales. Por el momento, en Chinandega la tensión ha bajado, pero
Guill siempre tiene su equipo médico preparado para cualquier emergencia.
Tres razones movieron a que este médico, graduado en la UNAN-León, con
22 años de experiencia, atendiera de forma gratuita: su juramento profesional,
no negarle la consulta a ninguna persona y solidarizarse con la causa del
pueblo.
Aunque el caso de Guill es particular, muchos otros médicos del país han
seguido el mismo camino. En Managua varios hospitales privados, desde el inicio
de la crisis, siguen atendiendo sin ningún costo. Los médicos se han organizado
en turnos en los hospitales para sofocar la emergencia, mientras en algunas
trincheras, como Monimbó, Upoli y UNAN-Managua, los estudiantes de Medicina
cierran heridas en medio de las balas.
En León, en el occidente del país, los estudiantes, docentes y médicos denunciaron
que la propia ministra de Salud, Sonia Castro, ordenó que no se atendiera a los
heridos y avaló el ataque de las turbas y la Policía contra los universitarios.
A raíz de eso ya han salido varias marchas de batas blancas en Managua y León,
rechazando esta acción.
Hay quien lo ha llamado la rebelión de los médicos; otros dicen que es
solidaridad con el pueblo. Sin embargo, varios especialistas de la Salud y
estudiantes consultados para este reportaje aseguran que simplemente están
respetando su ética profesional de salvar vidas.
Los que curaron ojos
A raíz de la represión se formó el programa Prótesis Ocular para
Estudiantes, que se ha encargado de donar y colocar las prótesis a más de 10
estudiantes que han perdido sus ojos en las protestas.
Irela Iglesias, fundadora del programa, dijo que la idea surgió después
de ver a Roberto Rizo, la primera víctima que perdió un ojo. “Me impactó mucho
y pedí ayuda para su prótesis en redes sociales. La idea se hizo viral y me
llamó mucha gente, entre ellos médicos y psicólogos, que se pusieron a la orden
de ayudar”, agrega.
El doctor Juan Carlos Rivers y su equipo han atendido y realizado las
cirugías para la rehabilitación de los muchachos de forma gratuita. Y el
ocularista Diego Iglesia ha elaborado las prótesis oculares individualizadas
también sin cobrar su trabajo.
Rebelión en León
La titular del Ministerio de Salud, Sonia Castro, expulsó el 20 de abril
a los estudiantes de Medicina del Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales
Argüello (Heodra), de León, para que fueran golpeados por Policía y la Juventud
Sandinista, según varios videos que circularon horas después en las redes
sociales y testimonios de estudiantes y médicos consultados por LA PRENSA.
Uno de los doctores del Heodra, quien pidió anonimato, confirmó que
minutos antes de que los estudiantes fueran golpeados por estos cuerpos
armados, Castro ordenó a la directora del Heodra, Judith Lejarza Vargas, que
permitiera el ingreso de unos 30 hombres armados con tubos para que vapulearan
a los estudiantes.
La golpiza ocurrió cuando los estudiantes del Heodra hicieron un plantón
pacífico en la afueras del recinto. Los estudiantes llevaban banderas,
pancartas y silbatos. Del otro lado, las turbas y policías les tiraban balas,
bombas lacrimógenas y los perseguían con tubos en las manos.
Ante la agresión, los estudiantes se refugiaron en el hospital mientras
las autoridades permitían que ingresaran miembros de las turbas armadas. Varios
médicos protegieron a sus estudiantes, metiéndolos en las salas y fue en ese
momento que Sonia Castro, ministra de Salud, se enfrentó contra sus colegas y
corrió a los alumnos.
“Ella (Sonia Castro) comandaba, decía ‘salgan, salgan, si no salen
traigo a los antimotines’”, relató Byron Corea, uno de los estudiantes de
Medicina que fueron agredidos, en una denuncia que interpuso ante el Centro
Nicaragüense de Derechos Humanos, el pasado 3 de mayo.
Esa misma noche, afirman dos doctores del Heodra, bajaron la orden de no
atender a los heridos que resultaran de las protestas. No todos los doctores
estuvieron de acuerdo con la orden y es por eso que formaron varios puestos
médicos para atender a los lesionados en los puntos más calientes de la
represión.
“Reafirmamos con convicción médica que vamos a atender a toda la
población que venga, la población leonesa debe sentirse segura, los estudiantes
deben sentirse absolutamente seguros que tendrán nuestro cariño y nuestra
atención total si ellos viniesen aquí”, expresó el doctor Javier Pastora, jefe
del departamento de Cirugía del Heodra, en un pronunciamiento que hicieron 40
médicos el 11 de mayo.
Un día después de que los doctores leoneses alzaran la voz, el sábado 12
de mayo, una marcha de batas blancas —médica, docente y estudiantes de
Medicina—, llenó las calles de Managua para apoyar a los estudiantes
atrincherados en la UNAN-Managua. “Nosotros queríamos dejar claro que nuestra
posición era dar atención a cualquiera, porque tenemos principios de atención”,
dijo uno de los médicos del Heodra, quien asegura que se ha negado a dar datos
a la Policía de los pacientes que ha atendido.
Los médicos en León aseguran estar organizados para cualquier
eventualidad que se pueda registrar en los próximos días. “Estamos listos para
volver a activar los puestos médicos y contamos con la ayuda de pobladores y
estudiantes de Medicina”, dice el doctor.
Según las fuentes consultadas, en los días de la represión se registró
una fuerte cantidad de heridos en toda la ciudad de León. “Aquí hay que dejar
claro a la población que son autoridades del Minsa quienes han querido negar la
atención, pero nosotros como gremio, estamos dispuestos a seguir atendiendo”,
dice el médico del Heodra.
Atención a todos
La Ley 423, Ley
General de Salud, en el artículo 8 numeral 15, establece que es derecho de los
usuarios “recibir en cualquier establecimiento de salud público o privado,
atención médica-quirúrgica de emergencia cuando la necesite mientras subsista
el estado de grave riesgo para su vida o su salud. El Reglamento de la presente
Ley establecerá los criterios para la calificación de la situación de
emergencias y las condiciones de reembolsos económico a la unidad de salud por
los servicios prestados al paciente”.
El cirujano Gabriel Guzmán asegura que el juramento que hacen como
médicos no les permite negar la atención por ética. “Si llega un paciente
herido, a nosotros (los médicos) no nos importa que sea policía, antimotín, que
pertenezca a un partido político, no. Nosotros atendemos a los pacientes por
igual a quienes lo necesitan”, agrega.
En las líneas de combate
Desde la trinchera donde se encuentra, Aníbal Alemán, de 24 años de
edad, ha visto cómo han caído los cuerpos sin vida. Balazos en la cabeza,
cuello, pecho. Niños que se desangran. Amigos que caen y se recuperan. Amigos
que cayeron y hoy están enterrados.
Alemán no es médico. Es enfermero del Hospital Manolo Morales, pero
ahora está a tiempo completo en una brigada de Monimbó, Masaya, donde nació y
creció. En su grupo hay nueve estudiantes de Medicina de diferentes
universidades de Managua que han estado firmes atendiendo a los heridos de la
represión.
“Yo ingresé al grupo porque me
asomé y vi que estaban con un muchacho que tenía como 20 balines en la espalda.
Y ellos (estudiantes de Medicina) no podían sacárselos, parece que por miedo o
inexperiencia. Entonces yo les dije que podía y fue así que me dejaron
ayudarles”, dice Alemán, quien logró quitarle los balines con un bisturí, gasas
y anestesia local.
Las brigadas médicas se han esparcido por los puntos de mayor conflicto:
en la Universidad Politécnica, León y en la UNAN-Managua. Muchos de ellos
ocultan su identidad detrás de pasamontañas y pañoletas por temor a que la Policía
o paramilitares tomen represalias contra ellos o sus familias.
En medio de la zozobra que se vive en cada ataque a la Upoli, los
estudiantes de Medicina han sacado balas del tórax o de la cabeza. Sin exámenes
de Rayos X, equipo quirúrgico, anestesiólogos y quirófanos, explica una
estudiante de Medicina que ha colaborado en este bastión estudiantil.
Para muchos, como Aníbal Alemán, lo más duro de estar en los puestos
médicos ha sido mirar morir a una persona con la que ha hablado minutos antes.
La ministra de Salud Sonia Castro, titular del Minsa, es una de las
figuras del Gobierno más señaladas de las protestas de abril. Es acusada de
ordenar que no se atendiera en los hospitales públicos a los heridos en las
protestas.
Según los estudiantes de Medicina y médicos del Hospital Óscar Danilo
Rosales (Heodra), de León, es responsable directa de las agresiones que
sufrieron los estudiantes de este recinto por parte de la Policía y la Juventud
Sandinista.
Castro es acusada de hacer ingresar a las turbas armadas dentro del
hospital, y posteriormente sacar a los estudiantes para que fueran golpeados
por las fuerzas represoras.
La doctora Sonia Castro fue designada como ministra de Salud desde 2010,
cuando repuso al doctor Guillermo González, ahora asesor presidencial para
asuntos de Salud, Educación, Gestión de riesgo y Capacitación; para
enfrentamiento de desastres y calamidades, según el acuerdo presidencial
03-2015 publicado en La Gaceta número 13, del 21 de enero del 2015.
Fuentes dentro del partido la señalan como una ficha de Gustavo Porras,
presidente de la Asamblea Nacional y secretario general de la Federación de
Trabajadores de la Salud (Fetsalud) desde 1984.
Castro tiene amplia experiencia en Gineco-Obstetricia, muy ligada a la
atención a la mujer. Antes de ser ministra trabajaba para el Hospital
Metropolitano Xolotlán.
Enrique Beteta, quien era secretario general del Ministerio de Salud en
2010, dijo a LA PRENSA que Castro era “una militante sandinista, con toda la
disposición y la voluntad de cumplir con los mandatos que el Gobierno y el
Comandante Daniel nos ha dispuesto a cada uno de nosotros”.
Atenciones gratuitas en centros privados
Hoy por la mañana el doctor Alejandro Lagos sacó otra bala de un tórax.
El muchacho a quien operó, Luis González, es el número 17 que atiende desde que
en su perfil de Facebook anunció que asistiría a los heridos en las protestas
de forma gratuita.
Lagos, un señor alto, delgado, de bigote, de 61 años de edad, médico
cirujano con un máster en Salud Pública, tiene un registro detallado, con
pruebas en fotos y videos, de todos los muchachos que ha visto hasta el
momento. “Yo tengo ese registro a disposición de los organismos de derechos
humanos que quieran constatar los casos que he llevado”.
Todos los casos que ha atendido este doctor son provocados por armas de
fuego, cuyas complicaciones se han originado porque en los hospitales públicos
han negado la atención o una vez ingresan a los pacientes han sido mal
atendidos. “La mala calidad de atención no solo está entredicha, sino ha sido
comprobada por los casos que tengo registrados”, dice Lagos.
El doctor ha comprobado cómo algunos de sus pacientes han sido mal
suturados de heridas en el cerebro. Les han dejado balazos en la cabeza. Y hay
otros casos donde las heridas se han infectado y los muchachos han estado a
punto de perder un miembro o morir de una meningitis. Las fotos y videos de las
intervenciones las sube a su muro de Facebook, que algunos se han vuelto
virales.
“Siempre que hay una causa como esta, los médicos tenemos que apoyar”,
dice Lagos.
Durante esta crisis se han dado situaciones sin precedentes: algunos
hospitales privados como el Vivian Pellas, Bautista, Salud Integra y Sumédico
han anunciado atención y disposición de todos sus equipos de forma gratuita
para los heridos durante las protestas.
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Medicos y estudiantes de Medicina marchando en Managua |
El doctor Gabriel Guzmán, cirujano del Hospital Vivian Pellas y
Sumédico, dice que se ha hecho una unión del gremio médico en los hospitales
privados para atender a las personas heridas. “Ante esta situación, y queriendo
aportar un grano de arena, hemos hablado con los hospitales para que apoyaran
esta causa y se pudiera atender a todas aquellas personas que estuvieron
involucradas en los enfrentamientos”, dice Guzmán.
En estos hospitales privados o semiprivados se han recibido muchísimos
pacientes referidos de diferentes puntos del país. “Nosotros (los médicos)
siempre hemos estado al lado de la población. Creo que ningún médico le puede
negar la atención a un paciente”, agrega.
“Esta situación que estamos viviendo no se había visto en muchísimos años
(la cantidad de heridos y muertos), aquí todos los gremios se han solidarizado
por la causa”, agrega.
El pasado miércoles 15 de mayo, el bloguero Yasser Morazán agradeció
públicamente al Hospital Vivian Pellas por seguir atendiendo de forma gratuita.
“La madrugada de ayer mi primo, el joven Franklin Ponce Flores, de 32 años,
recibió un impacto de bala en la cabeza mientras protestaba en la ciudad de
Sébaco, Matagalpa. Denuncio, que por orientaciones políticas no lo quisieron
atender en los hospitales públicos de La Trinidad, Estelí y el colmo, en el
Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales de la ciudad de León lo retuvieron por
más de 9 horas sin ser atendido”, escribió.
Morazán relató que llamó al Hospital Vivian Pellas para pedir que lo
atendieran y el joven fue trasladado en ambulancia al centro, donde fue
estabilizado y actualmente se encuentra recuperándose.
A más de un mes desde que inició la protesta, los heridos siguen
llegando a los centros privados. El doctor Alejandro Lagos también tiene en su
agenda visitar hoy a tres heridos más. Lagos, quien tiene una clínica privada
en su casa y solo se mantiene de la atención personal que brinda a algunos
pacientes desde hace años, ha dispuesto de los pocos recursos con los que
cuenta para salvar vidas.
“Si existe un herido, ahí estaremos los médicos para atenderlo”, dice
Lagos, mientras se acomoda la gabacha y se dirige a visitar a un paciente.
Información
relacionada: Una relación de médicos y funcionarios nicaragüenses de la Salud que se negaron y ordenaron la NO atención de
los heridos en Nicaragua aparece en una cuenta de Twitter: @Abrildiezynueve AQUI