viernes, diciembre 10, 2010

Aun no hay responsables en Cuba por la muerte de enfermos mentales en el Hospital Psiquiátrico de la Habana.

Por: José Antonio Fornaris.*
 Managua, La Habana, Cuba,  9 de diciembre de 2010, (PD) En los primeros y fríos días de enero, pronto hará un año, murieron de frío y hambre en el Hospital Provincial Psiquiátrico de Ciudad de La Habana, 26 enfermos mentales. Esa fue la cifra informada oficialmente. Otras fuentes aseguran que el número de fallecidos llegó a 39.
En una nota oficial publicada en los medios se aseguró que las causas que habían originado ese lamentable hecho serían investigadas con rigor y que los responsables tendrían que responder ante los tribunales.
Más nada se ha dicho del asunto, aunque eso no es extraño. Los gobernantes vitalicios de la isla no son muy dados a cumplir promesas que no les beneficien.
Varios meses después, el ministro de Salud Pública, José Ramón Balaguer, un hombre que forma parte de la vieja guardia del régimen, fue sacado del cargo, pero su democión no estuvo relacionada con la muerte de los enfermos psiquiátricos, al menos nada se dijo al respecto.
En el propio mes de enero, la revista Bohemia, en un intento de restarle importancia al caso, reprodujo un reportaje que ese propio semanario había publicado en 1959 tras haber sido nombrado como Director del centro hospitalario el comandante guerrillero Bernabé Ordáz.
El reportaje presentaba un cuadro dantesco de ese hospital para dementes. Pero sin embargo, en ninguna parte se dice que los enfermos ahí recluidos durante el gobierno de Fulgencio Batista, morían de hambre o de frío. En términos generales no parecen existir antecedentes de un caso semejante en Cuba, ni antes ni después de constituida la República.
A su vez, alguien divulgó a través de Internet fotos de algunos de los dementes fallecidos cuando estaban en la morgue del hospital y del momento en que se les practicaba la autopsia. Las imágenes son espeluznantes. La única asociación que era factible hacer es con los internados en los campos de concentración hitlerianos.
En esos propios días ocurrió el devastador terremoto de Haití, y los medios oficialistas en Cuba comenzaron a darle una cobertura en escala abrumadora. Ante la muerte de miles de personas en el vecino país, ¿qué importancia podría tener el fallecimiento de 26 locos?
Si alguna información o satisfacción les dieron, en privado, a los familiares de esos enfermos que murieron mientras se encontraban en una institución del Estado, se desconoce. De todas formas, lo más probable es que a cada uno de los familiares más allegados de esos infelices que murieron de inanición y frío, le hayan obsequiado un televisor. Así les sería factible ver como los médicos de la isla acuden a inhóspitos lugares de la geografía de varios países a interesarse por la salud de los habitantes de esos parajes. Además, de esa manera, tendrían la oportunidad de enterarse, a todo color, de la alta cantidad de estadounidenses que carecen de seguro médico.
*Periodista independiente. Colabora con Primavera digital.

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