El problema sanitario nuestro rebasa cualquier ejercicio
de la imaginación…
Una paradoja: Cuba, isla de sol radiante donde sólo se
percibe opacidad en salud. Opacidad que impide el paso de la luz, sinónimo de
tristeza, melancolía, oscuridad, umbría y gesta de especialistas en delación,
esos que nunca aprendieron la lección de la tolerancia, almas podridas,
carentes de hombría y libertad de espíritu, sin pautas de conducta para
entender que los medios justifican el fin y no a la inversa. Es cruel enseñar a
leer para luego castrar la libertad del leer.
Foto a la derecha el Dr Oswaldo Godoy
La anti-ley en manos infames nos amenaza, crea una
sociedad de esclavos y genera una cáfila de sapos y delatores. Infamia de toda
infamia es la destitución del epidemiólogo doctor Oswaldo Godoy sólo por decir
la verdad. El Hospital Vargas de Caracas está de cerrado luto. Pero parece no pasar
nada. La medicina debe ser una preocupación nacional; los médicos alejando
nuestros intereses mezquinos deberíamos guiar nuestras prácticas como una
misión distintiva y elevar nuestra voz, un clamor estentóreo de protesta ante
el envilecimiento moral que permea nuestra sociedad. El problema sanitario
nuestro rebasa cualquier ejercicio de la imaginación, si no, que lo diga la
grave situación de la vacunación universal en manos tan indiferentes,
irresponsables y despreocupadas como indoctas. Como en Cuba, estadísticas
inventadas y maquilladas para exaltar la disfrazada carroña revolucionaria
hedionda a muerte. ¡Dios nos salve de una epidemia cualquiera que nos
encontrará inermes y desguarnecidos!
Momentos vendrán en que censores y catones asalariados,
practicantes del proxenetismo médico desparecerán y la medicina dejará de estar
secuestrada por cubanos que han contribuido a hacer del nuestro un estado
forajido ¡Claro que hay esperanza, pero hay que hacerla realidad!
Fuente: El
Universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario