Dice el delator, Manuel
David Orrio en
su carta al Ministro de Salud en Cuba que hay dinero suficiente para
comprar medicamentos en Cuba, no es justificable la falta de medicamentos pues
las ganancias de las llamadas desde los Estados Unidos y el pago de la colaboración
medica en el exterior son significativas y hay que emplearlas en comprar
medicamentos…, sobre todo el que el sujeto este necesita. Sigue con la perorata
y dice:
Nivalín vs. Dinero…y burócratas.
Cito a la Guía Terapéutica del MINSAP, edición de ¡1981! (Ediciones ORBE,
La Habana, 1981) donde aparece el Nivalín o Galantamina como medicamento
incorporado a la farmacopea criolla, existente en el Archipiélago y por el
decenio de los 80 adquirible en cualquier farmacia, de acuerdo con mi
experiencia personal.
Foto a la derecha del chivatientes aparentemente molesto con el Ministro.
Según la misma, el fármaco nombrado es un anticolinesterásico que facilita
la transmisión de los impulsos nerviosos en las sinapsis centrales y
periféricas, con excitación de los centros reflejos espinales. La Galantamina
es más potente y menos tóxica que la Neostigmina. Se indica para el tratamiento de las secuelas poliomielíticas
en sus períodos restitucional y residual; neuritis facial y otras, radiculitis,
polineuritis, mielitis; estados consecutivos a traumas de la columna vertebral
y médula espinal, a extirpación de tumores extramedulares y a afecciones
vasculares cerebrales o lesiones del cerebro; parálisis espásticas del niño; en
la miastenia ejerce un efecto más prolongado que la Eserina o la Neostigmina.
Como reacciones secundarias se apuntan: muy raramente tialismo, bradicardia,
vértigo; éstas ceden por supresión temporal del medicamento y administración
posterior en dosis menores o más fraccionadas. Se contraindica para la bradicardia,
epilepsia y asma bronquial.
Las referencias actuales sobre el Nivalín ratifican o añaden que “se indica
durante la convalecencia y la fase residual de la poliomielitis; neuritis;
radiculitis; polineuritis; paresias y parálisis espásticos; miopatías;
miastenia; distrofia muscular progresiva; parálisis cerebral en niños;
parálisis del nacimiento; nicturia; parálisis residual que sigue una hemorragia del cerebro y
algunas formas de impotencia; enfermedad de Alzheimer suave y moderada; para
suprimir el efecto de los bloqueadores neuro-musculares “no despolarizadores”
(nondepolarizing) y como antídoto en la
intoxicación de la morfina”.
Estos y otros datos sobre la
versión actual son consultables en http://www.sopharma.com/
y http://www.nivalin.com/
o, si se desea leer en castellano, en el hipervínculo siguiente:
http://translate.biogenicstimulants.com/wl/services/SN4WFrQDWIj8WCx....
Además, ya se comercializa en tabletas y jarabes, no sólo como inyectable
subcutáneo.
Foto a la izquierda junto al Coma-Andante.
Digresión apuntable: el fabricante --
Sopharma, Bulgaria -- refiere
eficacia del Nivalín en la “enfermedad
de Alzheimer suave y moderada”. Por lo
menos conozco el caso de una mujer, enferma de ese mal, quien lo consume y ha
experimentado una observable mejoría. La paciente puede acceder a ese
tratamiento porque tiene una hija residente en España, quien le envía el fármaco a un elevado costo
mensual promedio. La prescripción fue recomendada desde Cuba por el neurólogo
Dr. Carlos Maya Entenza -- mi neurólogo
--, el mismo al que ahora se le habría rechazado el Nivalín para mí, cuando el
fármaco tiene desde hace más de 20 años un primer destino: combatir las
secuelas de la poliomielitis.
A Cuba, se conoce, la amenaza el Alzheimer; parte de su población padece
secuelas discapacitantes de las neuropatías que azotaron al país durante los
años más duros y hambrientos del llamado período especial ¿Algo se opone a probar fortuna con un
medicamento que estuvo plenamente reconocido por la medicina cubana desde más
de dos décadas atrás?
Se sabe: no hubo razón terapéutica alguna para renunciar al también llamado
Galantamina. Simplemente, al desaparecer el campo diz que socialista, la Unión
Soviética y el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), Cuba cayó en gravísima
crisis económico-social y, sencillamente, NO
TUVO DINERO ni para continuar la importación del fármaco… ni para
satisfacer miles de necesidades más. El Nivalín es búlgaro; llegaba a nuestro
país bajo el sello Pharmacin, actual
Sopharma. Por tanto, huelgan comentarios. Si acaso, recordar que en un
determinado momento hubo en el Archipiélago unos 300 medicamentos en “stock
cero”, a los que eufemísticamente se les denominaba “en falta”. Ministro: sea
sincero consigo mismo ¿Cree que el “en falta” pertenece al pasado?
Sin embargo, aquel ayer no es este hoy: Cuba dispone en la actualidad de
cifras millonarias que obligatoriamente han de destinarse a la adquisición de
medicamentos o equipos médicos, a tenor del Decreto-Ley 213, el cual legisla un
impuesto de 0,245 dólares estadounidenses por minuto de comunicación telefónica
con los Estados Unidos de América, sin contar los ingresos por la colaboración
de salud en el exterior, principal o uno de los principales aportes a la
formación del Producto Interno Bruto (PÎB). Interesante sería, para el pueblo
cubano, saber cuánto se ha recaudado a tenor del citado impuesto, vigente desde
hace unos 10 años. También, conocer cuánto del mismo se ha invertido o gastado
en aquello a lo que la ley OBLIGA
¿Garantiza Ud. que no ha habido ilegales desvíos de recursos, procedentes de
ese tributo?
Además, posee el Archipiélago una respetable industria biotecnológica y
farmacéutica, capaz de emprender proyectos de intercambio y colaboración. Se
rumora sobre el interés de los búlgaros por acceder al criollo Vidatox, fármaco elaborado a base del
veneno de un escorpión único de nuestro país, el cual ha probado eficacia en
paliar o hasta eventualmente curar algunos tipos de cáncer. Entonces, ¿no puede
haber colaboración y hasta buenos negocios farmacéuticos entre Bulgaria y
Cuba?
…., esto continua….,
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