viernes, junio 23, 2017

En Cuba los hospitales son para los revolucionarios.

Un médico expulsa del hospital a los tres hermanos holguineros en huelga de hambre El director del hospital Vladimir Ilich Lenin de Holguín, Julio Yamel Verdecia Reyes, expulsó este martes del hospital a los tres hermanos activistas en huelga de hambre, según denunció Maidolis Leyva Portelles, madre de Adairis, Anairis y Fidel Miranda Leyva.
En declaraciones a este diario, Leyva Portelles explicó que Verdecia Reyes dijo a sus hijos "que fueran a morirse a su casa, que eran unos perros gusanos y que las camas del hospital eran para los revolucionarios. En fin, todos esos improperios que son propios de ellos. Los empujó. Los echó del hospital. Les tiraron sus pertenencias".
Hospital Universitario V I Lenin, Holguin,Cuba
"Mis hijos regresaron en un coche de caballo para la casa, ni una ambulancia les pusieron a pesar de su deteriorado estado de salud. El doctor Verdecia Reyes estaba muy furioso porque yo he difundido por internet un vídeo y una foto de él para que se sepa lo que ellos hacen allí (...) 'Esto no se los voy a perdonar nunca', les dijo a mis hijos", relató Leyva Portelles.
Asimismo, la mujer condenó que desde que sus hijos llegaron el lunes al hospital (por órdenes de los médicos del policlínico Julio Grave de Peralta), no pararon de "maltratarlos": primero, "no les enviaron ambulancia", después "no los dejaban ingresar porque había que esperar la orden de la Seguridad del Estado".
Prosiguió enumerando "el acto de repudio que les hizo una doctora" y cómo luego apareció un agente de la Seguridad del Estado "que se hace llamar Evelio, pero que en verdad es Jorge Zaldívar".
Adairis Miranda, Maidolis Leyva (madre de los tres hermanos),
 Anairis Miranda y Fidel Batista Leyva. (Martinoticias)
"Varios médicos, Jorge Luis Santiesteban Pérez, Roy Luaces Lebrea y María de los Ángeles Suárez Santiesteban, se presentaron y les dijeron a mis hijos que si ellos no se ponían sueros, tenían que irse del hospital, que allí no los querían", agregó Leyva Portelles.
Incluso, una doctora llegó a "burlarse cruelmente" de los tres activistas: "Saraí Corcovel Suárez, jefa de atención al paciente grave, les dijo riéndose que ellos se iban a morir pronto, que no iban a aguantar con el cuadro clínico que tienen".
Además, Leyva Portelles explicó que este miércoles tres doctoras irían a su casa para que les firmaran un documento donde se les exima de culpa sobre cualquier desenlace fatal.
"Hoy (este miércoles) mis hijos fueron al consultorio, donde les comunicaron que la directora del policlínico Julio Grave de Peralta, junto a las doctoras Yanet Pupo Cuello y Yamila Torres van a venir a nuestra casa para levantar un escrito. La directora dice que a ella no le va a pasar como cuando [Orlando] Zapata que pagaron la culpa los médicos del Ameijeiras, que eso era culpa de la Seguridad del Estado. 'Son las vidas de tres personas las que están en riesgo', dijo la directora", detalló Leyva Portelles.
Este 21 de junio los tres activistas cumplen 14 días en huelga de hambre. Reclaman el fin de "la represión a la que están siendo sometido y de las amenazas de la revocación de la licencia extrapenal" que se les concedió en abril, una especie de "libertad condicional" que permite al régimen devolver a los opositores a prisión si lo considera conveniente.
Los hermanos holguineros fueron arrestados el pasado 27 de noviembre, dos días después de la muerte de Fidel Castro, y condenados a un año de prisión por supuestos delitos de "difamación de héroes y mártires y desorden público" durante los funerales del dictador.
A finales de marzo, durante la primera huelga de hambre de los hermanos, Amnistía Internacional los declaró "prisioneros de conciencia" y exigió su liberación "inmediata e incondicional".
Fuente: Diario de Cuba
Para los que han leído esta información, sobre todo aquellos que son médicos o profesionales de la salud cubanos quiero anotar los nombres de los médicos del Hospital V I Lenin de Holguín que han discriminado y expulsado del Hospital a los huelguistas de hambre estos son:
·         Dr. Julio Yamel Verdecia Reyes. Director del Hospital “V I Lenin” de Holguín. Especialista de Primer Grado en Medicina Interna. Instructor. Hospital  General Universitario Vladimir Ilich Lenin. Holguín. Cuba.
·         Dr. Jorge Luis Santiesteban Pérez  Medico del Hospital “V I Lenin”.
·         Dr. Roy Luaces Lebrea. Médico del Hospital “V I Lenin”.
·         Dra. María de los Ángeles Suárez Santiesteban. Médico del Hospital “V I Lenin”.
·         Dra. Saraí Corcovel Suárez. Jefa de atención al paciente grave del Hospital V I Lenin
Mención de reconocimiento y respeto a los médicos del Policlínico “Julio Grave de Peralta” de Holguín quienes atendieron y remitieron al Hospital Lenin a los hermanos Leiva- Miranda. Dra. Yanet Pupo Cuello y Dra. Yamila Torres

lunes, junio 19, 2017

El cambiante claustro de profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de la Habana en los primeros años de la Revolución.

Por: Dr. Eloy A González.*
Después de publicado en la red el artículo sobre las depuraciones de los profesores de Medicina de la Universidad de La Habana al triunfo de la así llamada revolución; dejé anotado al final lo siguiente: Nunca sabremos cuántos profesores universitarios fueron objetos de estas prácticas que negaban el derecho y discriminaron de manera aviesa a tantos[1]. Fue entonces que  comencé a buscar información sobre lo que se consideró el éxodo de médicos en los primeros años de los 60’s y la adecuación de los planes de estudio de la Carrera de Medicina, lo que se conoció como el “plan Baeza”, entre otros aspectos.
Es así que me encuentro una información sobre los programas de la Carrera de Medicina  y la relación de las cátedras y profesores que componían el  claustro de la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana[2]. Todo esto en  las cambiantes circunstancias de los primeros años de la Revolución, teniendo en cuenta que la Universidad permaneció cerrada durante los años 1957 y 1958. Cuando se reiniciaron los cursos regulares, el claustro de profesores fue objeto de las prácticas infortunadas de los juicios públicos, las depuraciones, las separaciones definitivas, las jubilaciones forzadas y las renuncias. De todo esto quiero tratar en este artículo.
En un documentado libro sobre el sistema de salud en Cuba[3] , encuentro lo que es la opinión de uno de los más conspicuos paniaguados del régimen recién estrenado, tomando partido tan pronto como se produjo el  triunfo revolucionario, esto dice: “Este triunfo significo históricamente la terminación para siempre de cuatro siglos y medio de dominio colonial y neocolonial, de opresión de las masas trabajadoras……, La victoria revolucionaria altero en sus fundamentos la correlación entre las clases sociales del país”. Aquí viene lo mejor: “Al calor de la lucha de clases se produce un éxodo masivo de médicos estimulados por la política agresiva del gobierno de los Estados Unidos. En los primeros años de la revolución abandonan el país cerca de 3 000 médicos. La Escuela de medicina quedaba con solo 13 profesores”[4]. De los argumentos sobre el éxodo médico, será tema de otro análisis. Lo que concierne a este artículo es definir las contradicciones que se produjeron en los primeros años de la revolución; cuando la dirección revolucionaria dio cuenta de tantos profesionales que participaban en la docencia y eran depurados, o eran funcionarios de las instituciones de salud del régimen anterior y habían sido cesanteados. Pero sobre todo muchos, viendo lo que se avecinaba, tomaron las de Villadiego.
Los  mismos razonamientos que emplean Arujo Bernal y Rodríguez Gavaldá para explicar el supuesto éxodo masivo de médicos al triunfo de la revolución, revelan las verdaderas opiniones que de los médicos cubanos se hacían los nuevos detentadores del poder en Cuba; que se hicieron de un gobierno y establecieron muy pronto una dictadura. Esto autores le dan la excelencia y credibilidad a una clasificación que someten y adecuan a lo que consideran subgrupos de profesionales médicos que emigraron o eran posibles emigrantes[5]. En realidad la clasificación  puede muy bien adecuarse a lo que los nuevos ideólogos pensaban de los médicos y como los veían como potenciales enemigos a combatir y dar cuenta de ellos; sujetos además a las depuraciones, jubilaciones forzadas y renuncias que se engendraron entre los profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana. Aquí la clasificación:
Grupo A: Médicos comprometidos en las actividades delictivas, políticas o no, de la dictadura de Batista.
Grupo B: Médicos que sea por el ejercicio profesional, herencia, matrimonios u otro factor, poseían un capital apreciable invertido en industrias, bienes raíces, a  quienes las leyes revolucionarias afectaron como inversionistas y propietarios.
Grupo C: Médicos que en el desarrollo profesional habían logrado un estatus por el que lograban grandes  ingresos anuales.
Grupo D: Médicos que por su especial y alta calificación o por la relativa escases de sus especialidades en Cuba, o por ocupar cargos de responsabilidad e importancia, fueron tentados y subyugados con el ofrecimiento de grandes ventajas de todo orden en caso de emigrar.
Grupo E: Entendemos que este grupo es el más numeroso y está constituido por médicos que, fijados por su formación, pertenecientes a la pequeña burguesía, sentían la revolución como algo amenazante para ellos y sus familiares. 
Siendo categorizados y clasificados, la revolución, que se afincaba en una ideológica comunista ya había establecido un derrotero que implicaba la sumisión a esta clase que formaba parte de la pequeña burguesía nacional; para la cual no había más alternativas que la de formar parte del proceso revolucionario  o emigrar. A todo esto se suma las falsedades en las acusaciones, la premura en aplicar una reforma universitaria que pusiera a la Universidad como institución, de rodillas ante el poder, y finalmente consolidar un régimen de tal suerte que aun esta inculcado en la sociedad y la conciencia nacional.
Profesor Dr. Ramón Grau San Martin y Profesor Dr. Manuel Costales Latatú,
 dos de los primeros 12 profesores depurados de la Escuela  de Medicina 1959 
Los profesores fueron víctimas de este ruin accionar que pretendía,- y así lo lograron-, consolidar un sistema de educación médica y de salud proclive a los intereses ideológicos del régimen, que traía las ideas del socialismo tropical que nos endilgaron. Esto les llevó poco tiempo.
La Universidad estuvo cerrada desde noviembre de 1956 hasta enero de 1959, por lo que en 1957 y 1958 no hubo graduaciones de médicos. Sí contamos con la relación de profesores que integraban el claustro en el año 1956, lo que sirve como referencia para poder comparar con el cambiante claustro de profesores que quedó de manera definitiva y al servicio de la revolución cuando se establece la Reforma Universitaria el 10 de enero de 1962. Pero veamos algunas particularidades de este variable proceso.
En el año 1956 la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana contaba  con un claustro de 161 profesores titulares, auxiliares y agregados. Cuando se reinician las actividades docenes 4 profesores habían fallecido por lo que el claustro era de 157 profesores distribuidos en las diferentes cátedras. Fue entonces, al comienzo del año 1959, que se procedió a las depuraciones, la primera. En esta se tomaron en cuenta la colaboración con la dictadura batistiana y la participación como candidatos en las elecciones generales de 1954 y 1958; fueron expulsados 12 profesores. Es decir que fueron depuestos por participar en elecciones generales, no sabemos si como candidatos. La libre decisión de participar en unos comicios fue causa suficiente para ser proscritos del claustro, no sin antes ser calificados de “batistianos”. Los primeros profesores depurados, 12 en total, fueron los doctores:  Ramón Grau San Martín, Manuel Costales Latatú, Hugo Hernández Blanco, Enrique Saladrigas Zayas, Alfredo Nogueiras Herrera, Manuel Ampudia González, Félix Hurtado Galtés, Luis Ortega Verdes, Juan J. Castillo Arango, José Iglesias de la Torre, Delio García Romeu y Octavio Iglesias Pérez.
A esto se sumó la reacción de un grupo destacado de profesores que, en desacuerdo con el giro que tomaban los acontecimientos en la Facultad de Medicina, el 2 de febrero de 1959 seis de ellos, considerados de gran prestigio científico y que no habían sido acusados, presentaron las renuncias irrevocables a sus cátedras. Este hecho se conoce como: "la renuncia de los puros”. Es decir que se les consideró  como “puros” en tanto se establecía  un neto distingo con los anteriores depurados que fueron supuestos “colaboracionistas”. Los profesores renunciantes-puros fueron los doctores: Ricardo Núñez Portuondo, Gustavo Cuervo Rubio, Pedro M. Castillo Martínez, José Bisbé Alberni, Vicente Pardo Castelló y Roberto Varela-Zequeira Rodríguez.
Un grupo numeroso de profesores, 44 en total,  se acogieron a la jubilación por la edad ante  el temor de lo que veían venir, un nuevo proceso de depuraciones; donde serían sometidos a juicios públicos y sujetos a contravenciones de incumplimientos e incapacidad que bien podían no ser ciertos. Algo así como..., “me voy antes que me depuren”. También una Ley del año 1960 (Ley No. 859), -que establecía la jubilación obligatoria-, le fue aplicada a 12 profesores de la Facultad de Medicina. Esto significa que, entre los depurados, jubilados y renunciantes; el claustro había perdido 74 profesores que representaban el 47% del claustro que había reiniciado sus labores en enero de 1959.
Profesor Dr. Ricardo Núñez Portuondo y Profesor Dr. Gustavo Cuervo Rubio,
 dos de los profesores “puros” que renunciaron en solidaridad con los depurados.
Entre el año 1959 y1960 con la intención de cubrir las plazas de estos profesores, fueron contratados 28 médicos que habían desempeñado o desempeñaban las plazas formadoras de la carrera docente: adscriptos, instructores y asociados. Solo que esto vino a complicarse, porque en una reunión del claustro de la Facultad de Medicina el 29 de julio de 1960 la mayoría de los profesores presentes, no aceptaron la nueva forma de cogobierno entre profesores y alumnos, ni la disolución del Consejo Universitario para ser sustituido por una Junta Superior de Gobierno, ni la sustitución de los Decanatos por Juntas de Gobierno en las Facultades. Entonces los nuevos mandamases  los declararon en “rebeldía contrarrevolucionaria” y fueron depurados 46 profesores. Un grupo de profesores que no habían estado presentes en la reunión mencionada, en solidaridad con los expulsados, renunciaron a sus cátedras; estos fueron 34 en total. Entre los depurados en esta segunda limpieza académica y los renunciantes, fueron 80 profesores que dejaron la Facultad de Medicina. Cuando se aplica la Reforma Universitaria en el año 1962 quedaban en la Facultad de Medicina, entre profesores antiguos y contratados, 23 profesores en las diferentes cátedras.
Resulta sorprendente que las autoridades revolucionarias que habían hecho suyas las proyecciones del programa del Moncada y que buscaban crear un sistema de salud que alcanzara a mucho después de un reordenamiento de las políticas de salud y de novedosos programas de educación médica; ahora se dedicaban a la lucha ideología. Estos  nuevos líderes y funcionarios de ocasión no  vacilaron en despreciar la justicia, cuestionaron la rectitud de muchos y dejaron a un lado la  honradez ciudadana. Se emplearan a fondo en controlar a la Universidad en tanto que institución y en esta la Escuela de Medicina. Fue así que arremetieron, inhabilitaron, mintieron y agraviaron el decoro de muchos, para expulsar a tantos profesores con una bien ganada reputación como médicos y educadores; lo que en realidad ponía en peligro sus propios planes dirigidos a los más desfavorecidos.
Pero estos nuevos autoritarios, ávidos de poder, le echaron mano a la represión y la exclusión social. Terminaron fusilando, llenando las cárceles de presos, promoviendo el éxodo y alimentando el odio entre los cubanos. Con lógica razón muchos se preguntaron: ¿cómo proscribir a tantos profesores que podían formar las nuevas generaciones de médicos que reclamaba la revolución para sus planes de salud? Años después de las depuraciones  y jubilaciones forzadas le  preguntaron al doctor Roberto Guerra Valdés, sobre la aplicación de estas jubilaciones obligatorias y contestó que “esos profesores constituían un obstáculo a la aplicación de la reforma” universitaria que se buscaba imponer. Es decir, eran los que no entraban ni iban a entrar por el aro ideológico, por lo tanto había que eliminarlos.
La Revolución había llegado; su ideología sin lugar a dudas de corte socialista pretendía, sin cortapisas, establecer una sociedad que trasformara la estructura económica y social del país. Que esta se adecuara a un programa impuesto, donde se instaurara la dictadura del proletariado, que era decir la dictadura Castro comunista. En poco tiempo se estableció y se apuntaló al punto de que lleva más de medio siglo de autoritarismo. Para lograr esto había que asaltar el poder, desmantelar lo que quedaba del estado de derecho y conculcar las libertades que recién se habían rescatado.
Por aquellos días en la Universidad de La Habana enterraron de manera simbólica un medio periodístico de la época. En son de fúnebre pachanga, señalaba un conocido  periodista[6]. Esto dijo en aquella ocasión el comunicador: Ustedes nos plantean la disyuntiva que hay que estar con o contra la Revolución. Pero habrá que preguntarles con cuál Revolución. Si con la Revolución Cubana que depuso a un tirano y planteó de inmediato la liquidación del peculado, la reparación de viejas injusticias y la afirmación de nuestras esencias patrias, o la Revolución de los excesos, de las mentiras, del odio, de los asaltos……”, y sí, se produjo un asalto; la nación toda fue ocupada y las conciencia colectiva  adormecida; la sinceridad tropezó en la plaza pública  y la honradez  nunca más pudo presentarse.
6.9.2017©
*Médico Especialista de I Grado en Oncología. Profesor Instructor de Farmacología de la Universidad de la Habana.  Asesor Nacional del Colegio Médico Independiente de Cuba. Columnista del Diario Digital Independiente cubano, NoticubaIntenacional y del Periódico Panorama de Fort Worth, Texas. Contribuye con artículos de opinión sobre Cuba en distintos sitios Web con temas de Salud y DDHH entre otros. Consultor para Gerson Lehrman Group. Ha trabajado como Oncólogo para la Secretaria de Salud del Estado de Tamaulipas, México. Edita el Blog de Medicina Cubana. E mail:cubanmedicine@yahoo.com
  



[1] González, E. A. (2007, April 18). Las depuraciones de profesores en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana en el Año de la Liberación. Retrieved April 30, 2017, from http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/las-depuraciones-de-profesores-de-la-escuela-de-medicina-329146
[2] Planes de estudios de la carrera de medicina de 1959 a 1966 y cambios en el profesorado. (n.d.). Retrieved May 18, 2017, from http://bvs.sld.cu/revistas/his/his_107/his06107.htm . No aparece el nombre del autor, tampoco la fecha de publicación; se trata de Cuadernos de Historia de la Salud Pública No. 107
[3] Llorens, J. (1985). La lucha por la salud en Cuba (Primera Edición ed.) (L. Araujo, Ed.). México: Siglo XXI editores. Los editores aparecen como coordinadores.
[4] Araujo L, Llorens J., Óp. Cit., p. 20
[5] Araujo, L., & Rodríguez, R. (1985). Emigración Médica. En La lucha por la salud en Cuba (Primera Edición ed., pp. 232-257). Mexico: Siglo XXI Editores. Pag. 246-247
[6] Medrano, E. (1960, May 14). Los Enterradores. Prensa Libre. El 16 de mayo de 1960, Prensa Libre fue invadido y confiscado.

lunes, junio 12, 2017

Redición del libro, “La Habana bien vale unos Títulos”. Una selección de artículos sobre Salud, Medicina y Educación Médica en Cuba.

La Habana bien vale unos Títulos”. Una selección de artículos sobre Salud, Medicina y Educación Médica en Cuba.   Por: Dr. Eloy A González.  
                 
Se trata de una selección de artículos que iniciaron la publicación  sobre temas de Salud, Medicina y Educación Médica en Cuba en el sitio Web: Diario NotiCubainternacional. Los artículos fueron apareciendo más tarde en otros sitios de temas cubanos  y en la página de opinión del Periódico Panorama de Fort Worth, Texas. Fueron también parte de los principales artículos  que conformaron el Blog de Medicina Cubana, actualmente en la Red. El libro fue publicado en su primera edición por Bubok Publishing S.L. Ahora es presentada en una reedición por Alexandria Library Publishing House.
Cuba-Salud. 2. Cuba-Medicina. 3. Cuba-Educación Médica. No ficción. I. Title. Palabras claves: Cuba, Salud, Medicina, Educación Médica, Sociedad, Derechos Humanos, Historia, Misiones médicas cubanas, políticas de salud.
Selección de artículos sobre Salud, Medicina y Educación Médica en Cuba.
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miércoles, junio 07, 2017

Descender al infierno sin escalones.

Los más viejos recordamos todos los procesos por los que han pasado los horarios de trabajo, incluyendo el momento en que se tuvo “horario de conciencia” y no se marcaba tarjeta en los centros laborales, hasta que después surgió el extremo de descontar en la nómina los minutos de llegada tarde. Con posterioridad se planteó la aplicación de los horarios escalonados, lo que permitía quitar un poco la cantidad de personas que salían a la calle por diferentes motivos de una sola vez; pero igual que todo no duró lo suficiente, porque aquí nada tiene fijador.
En el salón de espera de un hospital del municipio Plaza, una señora le daba el almuerzo a su mamá y al ver que todos la miraban, comentó: ¨Nosotras salimos desde las 6 de la mañana de la Lisa en un carro que nos costó 5.00 CUC (125 pesos moneda nacional), llegamos aquí sobre las 6:30 y mira la hora que es y aún estamos esperando. Por eso yo le traigo su desayuno, almuerzo y merienda pues no sabemos a qué hora entraremos a la consulta”. Por su parte la anciana madre postrada en un sillón de ruedas enfatizó: “Cada vez que ella me trae, pierde el día de trabajo, pues como pueden ver me falta un brazo y una pierna; soy diabética y por eso tengo que asistir a consultarme con el angiólogo. Además tenemos un gasto muy alto que no podemos permitirnos pues somos pobres, solo por traerme y llevarme tenemos que gastar 10 CUC, porque los almendrones (taxis colectivos) no pasan por mi casa, aunque tampoco cargarían con el sillón de ruedas”.
     Pacientes en el salón de espera de una facilidad hospitalaria en La Habana, Cuba
Este es uno de los casos en que vendría muy bien aplicar el uso del horario escalonado para los enfermos, y así se evitaría que se acumulen en los salones de espera y además pierdan su tiempo y dejen de ser pacientes para convertirse en impacientes.
Por su parte, el médico en cuestión, me explicó al respecto: ¨El horario escalonado es muy cómodo porque no se acumulan los pacientes, pero comienza a las 8:00 de la mañana y termina a las 4:30 de la tarde; se supone que yo concluya la consulta al medio día. Cuando nos tenemos que transportar  desde nuestras casas a policlínicos lejanos, porque los médicos especialistas que trabajamos en hospitales, atendemos también a la toda la  población que pertenece a ese centro médico, para nosotros también es una tortura”.
Este mal no es solamente de la capital de todos los cubanos; es algo generalizado en todo el país y si se repartieran los turnos por horas los salones de espera no estarían en las condiciones que se ven, llenos de personas y sería también mucho más fácil el transporte y las personas accederían a los servicios sin perder tanto tiempo.
A veces, es incluso un problema de la empleada  que otorga el turno, que le dice al paciente por ejemplo: “le toca a las 11 de la mañana, pero le recomiendo que venga temprano”.
No hay ni que explicar que por esta mala organización los trabajadores pierden el día completo cuando tienen una consulta médica, lo que sin lugar a dudas es otro aspecto más que se añade a los graves problemas que hay en la economía.
Todo esto forma parte del desorden que existe en la economía y en particular en los servicios médicos y la corrupción que propicia el abandono en el cumplimiento de las funciones de los que se suponen que dirigen el país. Es el círculo vicioso en que comienza y termina todo en Cuba.
La Habana, 6 de junio de 2017
*Periodista independiente. Estudio en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona. Vive en la Ciudad de la Habana, Cuba.
Nota: Información recibida desde Cuba por correo electrónico

domingo, junio 04, 2017

Un Hospital no provincial.

Un Hospital de la red de salud en Cuba que debiendo ser Provincial (esto en la Provincia de Ciego de Ávila) no es provincial en el sentido de la palabra y en su funcionamiento. Esta nota la recibimos por correo electrónico desde Cuba y la incluimos en nuestro Blog. La información dice así:
En el directorio de Instituciones de salud de la red Infomed del Ministerio de Salud Pública de Cuba, definen el  Hospital General Provincial Docente de Ciego de Ávila, Antonio Luaces Iraola, y el Hospital General Docente Provincial de Morón, ambas instituciones encargadas de bridar asistencia médica especializada, preventivo curativa a la población en todas las especialidades y todas las especialidades quirúrgicas. Sin embargo, es algo que precisamente no funciona así.
El Hospital General Provincial Docente “Antonio Luaces Iraola”  es el único hospital localizado en una cabecera provincial ( ciudad principal )  que no brinda el Servicio de Neurocirugía; los pacientes deben ser trasladados al Hospital General  “Roberto Rodríguez”  de Morón, donde se brinda el servicio para toda la provincia.
El Hospital General Dicente “Roberto Rodríguez “en  Morón, Ciego de Ávila,  fue diseñado y construido con los materiales destinados a un Hospital Provincial para esta provincia en la década de los 80; para ello la dirección política del Partido Comunista en la provincia de Ciego de Ávila determinó que se construyese en la ciudad de  Morón debido a que más del 50 % de la población de la provincia radicaba en el norte y los  municipios estaban bien comunicados con la ciudad de Morón. De esta forma la construcción del Hospital  General Provincial Docente “Antonio Luaces”  se retardó y paralizó en diversas ocasiones. Desde hace algunos años se han acometido obras de ampliación y modernización del Hospital “Antonio Luaces” , sin embargo, no brinda servicios de Neurocirugía a pesar de contar con el Centro Oftalmológico Provincial y la Unidad Pediátrica Provincial, hecho que limita su denominación de Hospital General. En la ciudad de Ciego de Ávila se localizan además, la Universidad de Ciencias Médicas José Assef Yara, el Centro Auditivo Provincial y el Laboratorio Provincial de Ortopedia.
Hospital General Provincial Docente “Antonio Luaces Iraola
La población en la provincia de Ciego de Ávila  según se estimaba en 431 048  habitantes en 2014. De ellos, 151 010 habitantes en la ciudad de Ciego de Ávila, lo que representa  un 35% del total, mientras 67 875 en la ciudad de Morón, para un 16%. El Hospital moronense atiende actualmente a pacientes de los municipios: Florencia, Chambas, Ciro Redondo, Primero de Enero, Bolivia y el propio Morón, cuya población total asciende a 194 720 habitantes, el 45 % de la población de la provincia. El Antonio Luaces atiende a pacientes de los municipios: Majagua, Venezuela, Baraguá y el municipio cabecera, cifra que asciende a 236 328 habitantes, el 55% del total. A pesar de ello, el Servicio de Neurocirugía se brinda a toda la provincia en la ciudad de Morón, a donde han tenido que mudarse especialistas formados fuera de la provincia y con residencia en la cabecera provincial – ciudad de Ciego de Ávila-  para evitar los viajes diarios entre ambas ciudades distantes algo más de 35 kilómetros.
Hospital General Docente “Roberto Rodríguez “en  Morón
La planificación actual del Ministerio de Salud Pública y la Dirección Provincial de Salud en la provincia, han concebido, unido a la mejora constructiva del Centro de Especialidades del Hospital Antonio Luaces, la introducción de una consulta de Neurología y un laboratorio de Neurofisiología. Sin embargo, no prevén la introducción de la actividad quirúrgica de esta especialidad en este Hospital. Ello limita la asistencia urgente de este centro hospitalario, ubicado en la cabecera provincial y a escasos metros de la carretera central nacional, en la que numerosos accidentes tienen lugar cada año. Por ello, es el primer centro asistencial en recibir estos accidentados, y sin poder atender traumatismos craneoencefálicos se remiten los afectados al  Hospital “Roberto Rodríguez” de Morón, distante en el norte de la provincia, lo que resulta lamentable y contradictorio para los especialistas del Hospital Provincial de la ciudad cabecera. A pesar de ello, la dirección de salud no se hace eco de estos contratiempos.
Con la llegada del Periodo Especial a Cuba, luego de la caída de la antigua Unión Soviética, se paralizó la construcción del Hospital Pediátrico. Una majestuosa estructura convertida hoy en apartamentos familiares. Es así que Ciego de Ávila es la única provincia del país que no cuenta con un Hospital Pediátrico. Los casos son asumidos por ambos hospitales en Ciego de Ávila y Morón. Una provincia además que solo destaca en pocas especialidades, la más destacada: Ortopedia y Traumatología.

El deterioro en todas la instalaciones era patente, por ello el Ministro de Salud en su última visita a las instituciones en la provincia, urgió a mejorar y priorizar el proceso inversionista en obras de la salud e informó de la dotación de nuevo equipamiento para ambos hospitales. Cabe destacar que el Servicio de Urgencias en el Hospital “Antonio Luaces” solo cuenta con un equipo de radiografía, otro de ecografía y un TAC monocorte con la única capacidad de realizar tomografías de cabeza y cuello, lo que obliga a la remisión de pacientes hasta la ciudad de Morón para la realización de tomografías. Mientras, la provincia remite también a hospitales de Camagüey, Villa Clara y La Habana a pacientes necesitados de Radioterapia, casos complejos de Neurocirugía, Pediatría, Oftalmología, Gastroenterología etc.; evidenciado la poca capacidad de los centros asistenciales de la provincia.