sábado, diciembre 27, 2008

Dengue: Una afectación remanente en Cuba.

Por: Julio Romero Muñoz.*
Un nuevo brote de DENGUE se registra en Camagüey, el conocido mal que se transmite por la picadura del mosquito Aedes Aeghpty, se ha convertido en una preocupación persistente en los últimos años, tanto para la población cubana común, como para las autoridades sanitarias y el mismo estado, del cual se escapa el control absoluto y neutralizante sobre esta afectación permanente que aunque hasta ahora si bien se localiza con baja propagación, hay que considerar que a pesar de continuas campañas de prevención la salud del ciudadano continúa en estado de riesgo, al parecer no es efectivo el plan de contención ni el producto químico que se emplea en el mismo, añadiendo que la profilaxis no se aplica en el entorno externo mas proclive al enlarvamiento, entre estos lugares se pueden subrayar los Ríos, vertederos y porciones despobladas de construcción alguna dentro de los parámetros de la ciudad en los cuales se pueden palpar in situ condiciones propicias para convertirse en verdaderos criaderos del dañino insecto con picada infectante.
El paso de los fenómenos meteorológicos que azotaron el país pudieran ser las causas del -resurgimiento de este mal epidemiológico, sumado al estado de abandono y descomposición ecológico que es notorio en la flora urbana que circunda las barreadas marginales, tal es el caso de un lugar ubicado en Camagüey como San Miguelito donde actualmente se han diagnosticado 44 casos de la enfermedad del DENGUE. Cuba ha sido azotada en el ultimo quinquenio en forma severa por la infección que en el año 2006 pudo haberse declarado de pandemia, escuelas y otras instalaciones estatales se vieron convertidas en hospitales emergentes donde miles de contagiados fueron a parar sometidos a cuarentena, también en esa fecha se registraron decenas de fallecimientos de los cuales nunca se pudieron obtener datos estadísticos fehacientes debido al extremo control de información, en tal manera que aún los casos que exigen sensibilidad quedan bajo el imperato de la censura.
A pesar de que hasta el momento el brote es de baja magnitud, se presume que al menos un niño de cinco años murió recientemente en Camagüey afectado por dicha enfermedad.los inspectores de vectores aplican multas a los ciudadanos a quienes se les hallen larvas del mosquito en los perímetros de su propiedad ya que el tratamiento auto focal es una rutinaria medida domestica preventiva que no ha de juzgarse mal sino al contrario, pero que no parece exterminar la plaga, si los líquidos de fumigación no son de contenido fiable no se esta engañando al mosquito sino a nosotros mismos los ciudadanos que tenemos por deber cooperar con las autoridades sanitaria ante la seriedad del asunto y proveernos de medios eficaces para enfrentarlo de manera realista.
*Periodista independiente cubano. Camagüey, Cuba, 27 de diciembre de 2008. E-mail: moselcuba@yahoo.es

viernes, diciembre 19, 2008

La desgracia de ser médico en Cuba.

Por: Sinue Escolarte.*
A ninguno de los famosos médicos de antes se les hubiese podido decir que serlo, era una desgracia. El orgullo más grande dentro de las diferentes profesiones lo carga esa, que entrega su tiempo, su sueño, su sacrificio, en nombre de los demás, salvando y protegiendo sus vidas. El reconocimiento social y el respeto fueron y sigue siendo en muchos países el mayor pago. En Cuba no. La propaganda política que nos ensalza constantemente como misioneros desinteresados no tiene nada que ver con el trato que se recibe de la población y trabajadores del sector, ni con el lugar en que nos tienen. Un medico sin ropa, sin casa, sin auto, sin recursos, con salario de esclavo, no refleja adecuadamente lo que hace y así es visto por esa mayoría mediocre que crece por días en nuestro país, como consecuencia del cierre de las comunicaciones, de la política de la obediencia, del miedo arraigado, de la pobreza creciente y de la lucha por la subsistencia. Una sociedad corrupta e indolente, no puede saber respetar. Tampoco lo respetarán si deja hijos o nietos pequeños para irse a vivir en la casa de un pobre en condiciones de agregado, compartiendo diferentes culturas como ocurre con los que van a Venezuela o Bolivia. Todo por extrema necesidad después de medio siglo de fracasos y no por patriotismo y solidaridad como se divulga para elevar la imagen del Hombre Mas Bueno Del Mundo, creador del “hombre nuevo y el capital humano” que nos representa en esas tierras.
Pero la desgracia del medico va mas allá de trabajar mas que nadie, hacer guardias gratis y cobrar sueldos ínfimos, o no tener vivienda. El, está sobre-enjuiciado por el estado y sobre-chantajeado. No puede cambiar de trabajo legalmente, el estado no se lo permite. No puede viajar como cualquier otro profesional, ni estando retirado si no lo autorizan. No puede tener una licencia adicional para cualquier forma particular de buscarse honradamente la vida. Si abandona la misión, sus familiares de primer grado son sancionados con no poder viajar hasta un tiempo indefinido. Son considerados desertores y quedarán desterrados definitivamente de su país.
Peor aun es la posición en que quedan sus hijos. ¿Que grado de desesperación alcanzan quienes obcecados por la idea de libertad “desertan” dejando atrás a sus a veces pequeños hijos? Su esperanza es que algún día se reunirán, pero el delito cometido incluye el chantaje de no dejarlos salir, de retenerlos por venganza, para que no den el mal ejemplo de querer ser libres.
Conozco un caso reciente de un niño de 7 años, Brayan, que sus dos padres decidieron alejarse de una misión para carenar en los EE.UU como tantísimos otros. Estuvieron primero 5 años separados de su hijo para garantizarle el futuro, pero se dieron cuenta que era ínfimo lo que les duraría, con respecto a la vida que se vive, que volverían a lo mismo y apostaron por la libertad. Ellos recibían un salario en moneda nacional que eran otros que se quedaron haciendo su labor los que lo merecían, y acumulaban una cantidad en cuc y moneda nacional que para todo ese tiempo, era considerable al ser dos. El Estado, que no le permite al niño unirse a sus padres, que le niega la salida, debía pagarle el dinero que ellos trabajaron tanto aquí como allá, para que ese pequeño tuviera adecuada subsistencia, administrado por algún familiar. En el caso que les expongo su abuela de 78 años que tiene un retiro miserable. ¿Qué ocurrirá cuando por ley de la vida fallezca? ¿Quien concretará la educación y supervisará la vida de ese niño en un país donde los problemas están en todas partes y por eso, "se acabó el querer"? ¿Por que se defiende tanto a los hijos de los "5" y se le da todo tipo de facilidades y se les paga los gastos de viajes garantizándoles una vida feliz y a este, que es una inocente victima de la falta de libertad y derechos, no se le devuelve lo que legalmente le pertenece y la posibilidad de juntarse con sus padres? ¿Cuanto pierde el estado con esta lógica acción?
Son incontables estos casos, donde no se ve la justicia social que se pregona por el régimen. Los atrapados por el discurso populista, por lo humano de los sistemas socialistas que den una respuesta. Las organizaciones internacionales que tienen que ver con la infancia deben hacer algo. La escuela latinoamericana de medicina seguirá graduando médicos que después harán lo que quieran con sus títulos y sus vidas, y la escuela cubana, egresará a los que un tiempo después, comprenderán que en Cuba, ser medico, es una desgracia.
*Medico y Periodista independiente cubano. Sus artículos de opinión son enviados desde la Isla donde se desempeña en sus labores. Firma con un seudónimo. E-mail: sinuescolarte@gmail.com
Fuente: Conexión cubana. La foto también es de esta publicación digital.

viernes, diciembre 12, 2008

Historias de horror y misterio.

Por: Claudia Cadelo de Nevi.*
Con esto de estar enferma y haber entrado al salón de operaciones me llama la gente para saber cómo estoy y empiezan las historias a salir a flote.
Una amiga francesa no se creía que aquí hacían las regulaciones menstruales sin anestesia. Mientras que otra amiga médico sonreía irónicamente y ripostaba que a veces se hacían hasta legrados sin ésta. Ahí fui yo la que no lo creí, juro que no lo creí posible.
Pero la vida de nuevo me da una lección para que deje de ser tan ingenua y me llama otra muchacha, que conozco desde hace poco pero que ha demostrado ser sincera y me cuenta que cuando tenía 17 años quedó embarazada, que le hicieron una regulación menstrual y le dejaron restos, luego de tres semanas tenía una infección tremenda y había que legrarla, así que le hicieron la interrupción… sin anestesia.
Lo recuerda como el peor día de toda su vida, recuerda sus gritos y el médico pidiéndole que se portara bien…
Esta muchacha es menor que yo, tiene 23 años ahora, si tenía 17 cuando sucedió todo, estamos hablando del año 2003.
Aclaración:
Regulación menstrual: se extrae el feto con una manguera que lo absorbe, se realiza entre las 3 y 5 semanas de embarazo.
Legrado: se extrae el feto con una cuchara que raspa el útero sacando todo lo que haya dentro, se realiza entre las 6 y 8 semanas de embarazo.
Fuente: Octavo cerco. Blog de la autora que reside en Ciudad de la Habana, Cuba.
Foto: Claudio Fuentes.

viernes, diciembre 05, 2008

La historia de profesionales de la salud que en Cuba esperan ser “liberados” para viajar al extranjero.

Un artículo del autor José Hugo Fernández quien desde La Habana presenta la historia desgarradora de cientos médicos y enfermeras que esperan por que la dictadura les permita emigrar para reunirse con sus seres queridos. Miles de historias como la de Elián, pero que no arranca muestras de solidaridad ni en la Isla ni en el exterior.
Con historias familiares a cuestas, cientos de médicos, enfermeras y técnicos de la salud esperan ser 'liberados' para viajar al extranjero.
Rehenes
Por: José Hugo Fernández. ( La Habana 02/12/2008 )
En un oscuro pasillo del edificio donde radica la Dirección Provincial de Salud Pública en La Habana (calles 21 y O, Vedado), suelen reencontrarse cada miércoles y viernes. No logran verse bien las caras, pero ya se conocen. Muchos han llegado a intimar luego de varios años de coincidencia. Todos están unidos por una misma desgracia. Son rehenes. Sin la esperanza del rescate. A pesar de que se cuentan por cientos, sólo en la capital. La cifra total del país se desconoce.
Una entre tantos: mujer de edad madura, técnico en farmacia con 24 años de profesión, acude allí semana tras semana porque su hijo, que reside en España, está esperando por ella para someterse a una operación quirúrgica. Desde hace tres años solicitó liberación temporal del sistema de salud pública, sin lo cual no se le permite ir de visita al extranjero. Y allí la mantienen, en lo oscuro, esperando una respuesta que no llega, anegada por el estrés de tanto tiempo en tensión, sin saber qué hacer ni a quién pedir ayuda.
Otra mujer, médico en activo en el hospital habanero Calixto García, aguarda por su liberación definitiva desde hace seis años y medio. Quiere irse a vivir a Estados Unidos, pero no la liberan. Lo peor es que mandó a la familia por delante. Y asegura no haber tenido ni un minuto de sosiego durante los últimos tres años: sola, a punto de enloquecer y sin solución a la vista.
Otra más: cuando trabajaba como médico internacionalista en Guyana, conoció a su actual esposo, un médico guyanés, quien vino con ella a sentar residencia en La Habana. Pasado el tiempo, el matrimonio, que ya tiene dos hijos, decidió ir a probar suerte en Guyana. Pero es un proyecto frustrado, porque a ella no la liberan para viajar. No obstante, continúa aguardando en el oscuro pasillo, pues dice estar dispuesta a vencer por cansancio a sus captores.
En torno al oscuro pasillo
Hay otra que ni siquiera planea viajar al extranjero. Después de haber servido como médico durante toda su vida de adulta, sintió que deseaba abandonar el sistema nacional de salud pública, digamos, para cambiar de aire. Pero no la dejan. Desde hace cuatro años y medio no ejerce su profesión. Tampoco la liberan para que le sea permitido desempeñar legalmente una labor alternativa. Entonces, vive al pairo, sin oficio ni beneficio, y sin frijoles en la olla.
Y otra, sólo una más entre un montón: junto a su familia fue favorecida por el llamado "Bombo", que otorga visas a los cubanos mediante sorteos realizados por la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Desde entonces, hace cinco años, espera que la liberen para restaurar la estabilidad en su hogar.
Alejados de la madre, su hija de nueve años se convirtió en adolescente y su hijo de 12 años, en hombre. Jamás se han vuelto a ver, sólo en fotografías. Pero siguen soñando con la reunificación. Mientras, esta especialista en Medicina General Integral cuenta sus interminables días y noches cubriendo guardias de urgencia en un policlínico, puesto al que fue trasladada, como velada variante de castigo, tan pronto manifestó interés por emigrar.
Su vida, al igual que la de cientos de médicos, enfermeras y técnicos de la salud, gravita en torno al oscuro pasillo de la Dirección Provincial de Salud Pública, adonde acude cada semana con la esperanza de que los abogados del cuarto piso le ofrezcan algo más que evasivas y trabas burocráticas.
Ni siquiera se les dispensa la información imprescindible. Ninguno de ellos conoce cuánto tiempo puede durar su proceso para la "desvinculación". No tienen claro cuáles son los derechos que le otorga la ley, ni a quién podrían acudir para exigir con éxito el cumplimiento de tales derechos, en caso de que fueran contemplados.
Sea para la salida temporal o definitiva del país (la variante definitiva es otra imposición de los captores), sea para traslado de profesión o de ministerio, o para simples solicitudes de bajas por razones diversas, sus demandas parecen ser acuñadas dentro de la clasificación "zeta". No está prevista una fecha tope para concluir la tramitación. Si acaso existe, es únicamente en teoría.
Los solicitantes creen haber oído decir que el intervalo establecido para la liberación de los técnicos es de tres años. Para los médicos, dicen haber oído decir que en principio eran cinco y ahora son diez años. Pero en la concreta no disponen de más información ni de mayor consuelo que lo que comparte unos con otros, acosados por la estrechez de aquel pasillo en penumbras.
No obstante, saben que nada de cuanto se diga, incluso nada de cuanto pueda aparecer registrado en disposiciones y en leyes, resulta de necesario cumplimiento para su caso. El régimen, en general, y las autoridades de la Salud Pública, en particular, los ven como enemigos, traidores —aunque no sea más que por aquello de que quien no está conmigo, está contra mí—. Y como tales se les trata, cobrándoles rescate por adelantado y en especia: con frustración, dolor y desamparo. A nada más tienen derecho. Son rehenes.
Fuente: Cuba encuentro.
Información relacionada: Médicos rehenes en Cuba.