Una investigación médica hecha en Cuba que tomó como
referencia datos oficiales proporcionados por las autoridades sanitarias de la
isla llegó a la conclusión de que la falta de comida padecida por los cubanos
entre 1980 y 2010 ha tenido resultados beneficiosos porque redujo la mortalidad
provocada por diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Según el estudio, coordinado por Manuel Franco de la
Universidad de Alcalá, en España, y publicado por el British Medical Journal,
durante el llamado período especial en la isla de manera paulatina y sostenida
se redujo considerablemente la ingesta calórica per cápita, de 3.000 calorías
diarias a 2.200, el equivalente de lo que recomiendan las dietas para perder
peso.
En consecuencia las privaciones alimenticias de los
cubanos dieron como resultado una pérdida de peso generalizada que el estudio
fija en casi 5 kilos (11 libras) para una persona de talla normal y que en
1996, cinco años después del inicio de la pérdida de peso, añade, propició una
rápida caída en la mortalidad por diabetes que duró seis años.
Una reseña del estudio hecha por el diario español
ABC destaca que los beneficios de la “dieta obligada” de los cubanos merecieron
incluso un editorial del profesor de la Escuela de Salud Pública de la
Universidad de Harvard, Walter Willett,
para quien el trabajo “añade una fuerte evidencia de que una reducción en el
sobrepeso y la obesidad tendría enormes beneficios poblacionales”.
El estudio deja a un lado consideraciones sobre el
pobre estado nutricional de los cubanos y las enfermedades que éste ha
ocasionado durante años, y se enfoca mayormente en la hipótesis de que con la
pérdida de sólo 5 kilos de peso como promedio en toda la población se podría
reducir en un tercio la mortalidad por enfermedades coronarias y en casi la
mitad las defunciones por diabetes.
Luego de tal conclusión, que a cualquier cubano
común podría parecerle en cierta medida macabra, el investigador Franco aclara
que no obstante, dada la “especial situación” de Cuba sería muy difícil trasladar
los resultados del estudio a España u otro país desarrollado, y advierte que
sería un error creer que la actual crisis económica por la que estos atraviesan
sería “saludable”.
En esencia, a partir de las vicisitudes alimenticias
sufridas por los cubanos, el estudio trata de promover el consejo médico de que
hay que comer menos y mejor, elevar la actividad física y establecer políticas
donde se dé prioridad a formas de transporte más activas que el uso de los
automóviles, recomendaciones sensatas que en el caso de Cuba constituyen
inevitablemente un chiste de mal gusto y cruel.
Fuente: Cubanet
No hay comentarios:
Publicar un comentario