domingo, diciembre 16, 2012

Elogio de la exclusión…


A nuestros jóvenes médicos, bien estructurados, les han negado su derecho a trabajar
Tantos años conduciendo jóvenes a través del difícil sendero del ser buen médico. Muchos podría decir con orgullo, han logrado serlo. Es cierto, ellos traían consigo un buen terreno, inteligencia, valores, una buena disposición y vocación de servicio, yo sólo estuve allí un momento de sus vidas. Aún sigo en mi hospital, ahora con mi dolor, con mi luto a cuestas e impregnado por las groserías que veo y oigo en mi tránsito hacia mi reclusorio, hacia mi sitio de trabajo. Todo se parece a mi país, ese en el que ahora vivo, donde todo es mugre, deterioro, mediocre vulgaridad… 
Lacerante la noticia, sólo el 10% de mis alumnos logran conseguir cupo para hacer efectivo el artículo 8 de Ley de Ejercicio de la Medicina y así graduarse. Están ¨reservados para médicos integrales¨, consentidos del presidente; los demás envidiados y odiados –la mediocridad odia la excelencia-, que casi han culminados los tramos de una carrera exigente e interminable, no son venezolanos; aquellos otros, muecas profesionales medianeras que no han aprendido el arte de examinar, son los preferidos a pesar de su abismal carencia. Forma parte de ese igualar por lo bajo de la ideología cubana.
El silencio antiguo de la Facultad de Medicina parece no acabar. ¿Quién debe protestar y responder por la defensa del derecho de estos jóvenes a culminar sus estudios sin exclusión? ¿Serán los mismos que fueron contra sus principios coqueteando con el régimen? Nuestros jóvenes médicos, bien estructurados han sido cercados, les han negado su derecho constitucional a trabajar por causa ese cáncer-lista de Chávez y Tascón que aún conserva vigencia. Los han aventado allende los mares dejándonos una horda de incultura médica que ya muestra sus estragos.
Y todavía hay quienes no quieren votar el 16D…

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