En este articulo del Dr.
Oscar Elías Biscet, argumenta en relación a la muerte accidental del opositor Harold
Cepero quien viajaba junto a Oswaldo Payas en trágico accidente que le costara
la vida a ambos. El accidente está bajo investigación y muchos argumentan que
se trató de un asesinato político. Este es un análisis de las circunstancias
que llevaron a Cepero a la muerte.
HAROLD CEPERO Y LA
SOBERBIA DE LA TIRANÍA CASTRISTA
Los peritos del régimen
Castro-estalinista habían referido en su
dictamen médico forense que
Oswaldo Payás y Harold Cepero murieron como consecuencia del accidente de
tráfico. El primero, de forma
instantánea, debido a un traumatismo craneoencefálico; y Cepero de un
tromboembolismo pulmonar graso derivado de la fractura fragmentada de su fémur
izquierdo, en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo.
En este trabajo haré un
análisis de la muerte de Cepero; y si
hubo impericia en el personal de salud que le prestó la asistencia médica, o estamos ante la
presencia de un homicidio cualificado, es decir, un asesinato.
Hago estas declaraciones
debido a que Harold murió horas después del trágico suceso, en un hospital estatal controlado por el gobierno de Castro
a través de sus acólitos del Partido Comunista de Cuba (PCC) y su policía
política secreta. Además la mortalidad del embolismo graso es baja con relación
al número total de casos.
Primeramente, para una mejor comprensión de la muerte de
Cepero debo describir la anatomía del sistema circulatorio venoso, las
características de los pulmones y del aparato óseo, en especial el hueso
fémur, estructuras vinculadas al embolismo graso.
El sistema circulatorio
es una red de canales a través de la cual fluyen los líquidos nutrientes del
organismo y específicamente, la sangre. En
el ser humano, la circulación sanguínea es doble (existe la circulación
mayor o general y la menor o pulmonar) y el sistema linfático.
La circulación sanguínea
orgánicamente comprende el corazón, motor central, y los vasos sanguíneo:
arterias que salen del corazón; venas que llegan a él. Las arterias se dividen
en arteriolas y capilares arteriales; y las venas en vénulas y capilares
venosos. Estos últimos se unen a los capilares sanguíneos y hace de la
circulación sanguínea un sistema cerrado.
La sangre venosa o
desoxigenada transportada a través de las venas cavas superior e inferior llega
al corazón derecho: aurícula y de esta al ventrículo; después se dirige a los
pulmones (se oxigena) y llega al corazón izquierdo: aurícula y ventrículo
izquierdos, para ser distribuida al resto de cuerpo.
Una curiosidad anatómica
y fisiológica es que las arterias pulmonares que salen del ventrículo derecho
del corazón, portan la sangre con anhídrido carbónico transportado por la hemoglobina; y esta es
eliminada en los pulmones (alveolos) para cargarse de oxigeno (oxihemoglobina)
y ser trasportada por las venas pulmonares hasta la aurícula izquierda y de
aquí al ventrículo izquierdo para salir
por la arteria aorta. O sea, en la circulación pulmonar las arterias llevan sangre desoxigenada y las
venas oxigenadas contrario a la circulación sanguínea general.
El pulmón: Órgano par que
constituye la parte principal del aparato respiratorio de los vertebrados que
respiran oxigeno del aire; está situado en el tórax y cubierto por una capa, la
pleura: parietal y visceral. Los pulmones derecho e izquierdo se subdividen en
lóbulos y estos en segmentos. El pulmón derecho tiene tres lóbulos y dos fisuras,
es más voluminoso que el izquierdo en un
10%, y el izquierdo: dos lóbulos y una fisura.
Ambos son de forma cónica
y presenta un vértice, una base, tres bordes y dos superficies. En la cara
medial de ambos pulmones se encuentra el hilio del pulmón: constituido por el
bronquio principal, la arteria pulmonar, venas pulmonares y nódulos linfáticos
broncopulmonares, derecho o izquierdo según a la pertenencia de cada pulmón.
Los segmentos
broncopulmonares tienen forma de pirámides irregulares, cuyos vértices están
dirigidos al hilio pulmonar, y sus bases a la superficie pulmonar, los límites
entre ellos a veces son evidentes por su pigmentación. Constituyen unidades
individuales morfofuncionales del pulmón. Estos segmentos pueden ser extirpados
individualmente sin alterar la función del otro.
En el pulmón derecho se
distinguen 11 segmentos. Lóbulo superior, tres segmentos; lóbulo medio, dos
segmentos; lóbulo inferior, seis segmentos. En el pulmón izquierdo su lóbulo
superior consta de cuatro segmentos y el lóbulo inferior se distinguen seis
segmentos. Cada segmentos, fisuras, lóbulos o porciones anatómicas poseen
nombres que no detallaremos para no hacer tediosa la exposición.
Los lobulillos pulmonares
forman parte de los segmentos pulmonares. Constituidos por pequeñas zonas de
parénquima (de 0,5-1,0 cm de diámetro) denominadas ácinos del pulmón. El ácino está formado por alveolo del pulmón,
conductillos alveolares que parten en dirección radial del bronquiolo
respiratorio para formar los sáculos alveolares. Estos constituyen un árbol
alveolar único, o parénquima respiratorio del pulmón; o sea la unidad básica
anatomofuncional del pulmón donde se realiza la respiración. Aquí se transforma
la sangre venosa en arterial, pierde el gas carbónico y se enriquece de
oxigeno; este proceso respiratorio es llamado hematosis.
Podemos resumirlo para
mejor entendimiento que un conjunto de ácinos se forman los lobulillos, de
estos los segmentos, de los segmentos los lóbulos y de los lóbulos el pulmón
entero.
El ser humano tiene 108
huesos en total; uno de ellos es el fémur. Este es un hueso largo de los
miembros inferiores que forma el eje del muslo. Es el más fuerte, largo y voluminoso de los huesos del
cuerpo. De forma general podemos decir que está formado por dos cabezas
(epífisis) en sus extremos, unida por un cuerpo, la diáfisis. La epífisis
superior se une en la articulación coxofemoral y la inferior a la articulación
femorotibial. La medula roja se encuentra en las epífisis, en especial el niño;
y la medula amarilla, grasa, en la diáfisis. En el fémur en su diáfisis se
almacena la triolina, una grasa liquida.
Los tres elementos
anatómicos estudiados, la circulación sanguínea, el pulmón y el hueso fémur
están relacionados en el tromboembolismo
pulmonar graso. Veamos cómo se desarrolla esta enfermedad, que según el régimen
castrista ocasionó la muerte de Harold Cepero.
El embolismo graso se
puede ver en las intervenciones quirúrgicas sobre los huesos largos; lesión
traumática del tejido adiposo o de un hígado graso; resección de tumores óseos;
inyección de sustancia oleosas y las fracturas de huesos largos.
En el caso de Cepero hubo
una fractura de fémur. Cuando esto sucede se libera grasa al torrente sanguíneo
y entra en la vena femoral, continua por otros vasos sanguíneos hasta la vena
cava inferior que drena en la aurícula derecha y está vacío su contenido en el
ventrículo derecho, que la conduce por
las arterias pulmonares hasta el
pulmón. Cuando obstruye una o más
arterias se desencadena una insuficiencia respiratoria aguda que, si se
toman las medidas necesarias, resulta
fatal solamente en un 10% de los casos.
Cuadro clínico del
tromboembolismo pulmonar graso: Suele producirse de forma brusca de 12 a 36
horas después de la lesión y se caracteriza por dolor torácico intenso,
palidez, disnea, taquicardia, cianosis, delirio, postración y, en algunos
casos, coma. El infarto pulmonar (10% de los casos) es consecuencia de la formación del embolo pulmonar y se
produce entre las 6 y las 24 horas. Se distingue por presentar derrame pleural,
hemoptisis, fiebre, arritmias auriculares e ingurgitación de las venas del
cuello.
Esta enfermedad debe
diferenciarse principalmente del infarto del miocardio y la neumonía. La
insuficiencia respiratoria aguda a causa de una embolia grasa es mayor entre el
segundo y cuarto día después de un traumatismo óseo, que luego afecta al
aparato respiratorio.
El diagnostico debe
complementarse con electrocardiograma, gasometría, rayo x de tórax, ecografía,
tomografía computarizada con contraste intravenoso, gammagrafía pulmonar,
resonancia magnética con contraste y la angiografía pulmonar (se reserva para
casos selectivos y que se van operar por ser muy invasiva).
TRATAMIENTO.
Reducción e
inmovilización de la fractura. Oxigenoterapia y ventilación.
Coagulantes, heparina y
warfarina, y trombolíticos como el activador del plasminógeno hístico, aunque
en pacientes con politraumatismo son reservados sus usos por complicaciones
como hemorragias, en especial la intracraneal.
Embolectomías: Con estas
técnicas los pacientes tienen una supervivencia del 89%, y son la embolectomía
quirúrgica abierta y la embolectomía mediante catéter. Estos tratamientos se
necesitan de la angiografía para la localización del embolo.
Tromboendarterectomía
pulmonar: Es un método quirúrgico establecido para sujetos cuyos trombos son
accesibles a extracción operatoria. Bajo anestesia general, se practica una
incisión longitudinal en el vaso y se extraer el trombo. La mortalidad quirúrgica
es alta y en centro con experiencia en la técnica, es cercana al 12%.
Como hemos descrito entre
el segundo y cuarto día es la expresión máxima de los signos de insuficiencia
respiratoria aguda por tromboembolismo pulmonar graso; y seis horas después de iniciado
este proceso puede desarrollarse el infarto del pulmón que ocasionaría la
muerte al paciente.
En Cepero esta fue una
enfermedad de rápidas complicaciones que
le costó la vida, que me hace ser suspicaz y poner en duda un tratamiento
científico adecuado hacia la víctima. Si solo estaba afectado un lóbulo de los
cinco que compone a los pulmones, y de estos, el lóbulo superior del pulmón
izquierdo.
Además conocemos que la
extirpación de un segmento, o de un lóbulo, incluso a veces de todo el pulmón
puede conservar la vida del paciente. Entonces, ¿por qué los médicos ante la
extrema gravedad de Cepero no tomaron la decisión salvadora de extirpar el
lóbulo pulmonar afectado y hacer lo que
se denomina en cirugía: la lobectomía total del lóbulo superior del pulmón
izquierdo?
Verdaderamente al régimen
comunista no le convenía que Harold estuviera vivo; porque era un testigo
directo, fiel y valiente del suceso traumático donde murió
Oswaldo Payá. Estoy seguro de que Cepero no habría sido silenciado con la amenaza ante este
monstruoso crimen; por lo que era más beneficioso para la policía política y los jerarcas del
régimen que Harold Cepero muriera de las complicaciones de su enfermedad.
Si bien, el interés y la
soberbia de los castristas lograron enmascarar
estas muertes de los activistas políticos Payá y Cepero en un accidente de tránsito; estoy seguro que el
Dios Bíblico abatirá y humillará la soberbia de los victimarios. Y hará resplandecer la verdad y la justicia en
un futuro cercano.
*Presidente de la
Fundación Lawton de Derechos Humanos .Medalla Presidencial de la Libertad lawtonfoundation@lawtonfoundation.com
– www.lawtonfoundation.com. Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet
Fuente: La Nueva Nación
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preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en:
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