Por:Juan Carlos Linares Balmaseda.*
La Habana – Cuba,abril 2007 - Pese a la irrefutable tesis de que el tabaquismo y el alcoholismo acrecientan los índices globales de enfermedades cancerosas y fallecimientos, en Cuba las estadísticas esconden un dato cardinal: la pésima calidad del tabaco y del alcohol que consume un sector mayoritario de la población.
Desde que el actual gobierno tomó la jefatura en 1959, ha sido una política económica rectora dividir la producción nacional en rubro exportable y en consumo interno. Hacia el rubro exportable se reservan los productos de mejor calidad, y hacia al consumo interno, entiéndase población, se destina el remanente productivo, correspondiente a la porción más toxica de dicha producción nacional.
Así irán a parar a la red de comercio interior, además del tabaco y el cigarrillo manufacturado con materia prima de rechazo y el ron de tercera o cuarta categoría; los cítricos y las frutas pasadas de tiempo o pequeñas; el azúcar menos refinado; las pastas cárnicas, que bien por el solo hecho de ingerirlas debiera indemnizarse; las confituras para niño, y un sinnúmeros de otros renglones. Incluso, se venden determinadas producciones nacionales en el mercado externo para adquirir en ese mismo mercado otros productos de igual tipo en detrimento de precio y calidad, con destino al consumo interno.
Dicha política económica no se censura en la prensa oficial, pero su incidencia negativa en el terreno de la salud pública es obvia. El Centro de Ensayos Clínico y de Quimioterapia del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) de Cuba, cuantificó en fecha reciente que de cada 100.000 cubanos, mueren de cáncer 171.5. Cifra 1% superior a la del 2005.
Las estadísticas del INOR pasan por alto la deplorable calidad de vida, las carencias materiales, los bajos ingresos, la insuficiente alimentación, y encima de esas las calamidades, a varios millones de cubanos fumando y bebiendo de la peor manufactura.
Admite este centro que "el presupuesto dedicado a la Oncología –solo para adquirir medicamentos– se ha triplicado, y relaciona el alcoholismo y el tabaquismo, como los dos grandes problemas sociales y de salud", que "están contribuyendo a una mayor incidencia del cáncer".
Las tiendas que operan en moneda convertible son cada vez menos una opción para la mayoría, debido a sus alterados precios en relación con el salario promedio nacional, que es poco más de medio dólar diario, muy por debajo de las normas internacionales que establece un dólar diario. Los precios del Mercado Negro continúan siendo la mejor opción, a riesgo de poner en peligro la salud cuando se consume un determinado alimento doméstico, elaborados al margen de reglamentaciones y controles sanitarios.
Asegura la publicación, que la incidencia de cáncer va en aumento, donde ya existen provincias en el país en que los tumores malignos constituyen la primera causa de muerte, por encima de las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y los accidentes del tránsito. "Ya el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte no sólo en los hombre, también en las mujeres", aseveró la Institución. "En 2002 murieron más de 4,000 cubanos de cáncer".
En teoría, no existe evidencia razonable para corroborar que la implementación de esa política económica, de lo mejor para fuera y lo peor para adentro, esté orientada al genocidio, aunque en la práctica apunte a ello. Imaginemos que tan solo es una política inescrupulosa para obtener divisas a cualquier costo.
La Habana – Cuba,abril 2007 - Pese a la irrefutable tesis de que el tabaquismo y el alcoholismo acrecientan los índices globales de enfermedades cancerosas y fallecimientos, en Cuba las estadísticas esconden un dato cardinal: la pésima calidad del tabaco y del alcohol que consume un sector mayoritario de la población.
Desde que el actual gobierno tomó la jefatura en 1959, ha sido una política económica rectora dividir la producción nacional en rubro exportable y en consumo interno. Hacia el rubro exportable se reservan los productos de mejor calidad, y hacia al consumo interno, entiéndase población, se destina el remanente productivo, correspondiente a la porción más toxica de dicha producción nacional.
Así irán a parar a la red de comercio interior, además del tabaco y el cigarrillo manufacturado con materia prima de rechazo y el ron de tercera o cuarta categoría; los cítricos y las frutas pasadas de tiempo o pequeñas; el azúcar menos refinado; las pastas cárnicas, que bien por el solo hecho de ingerirlas debiera indemnizarse; las confituras para niño, y un sinnúmeros de otros renglones. Incluso, se venden determinadas producciones nacionales en el mercado externo para adquirir en ese mismo mercado otros productos de igual tipo en detrimento de precio y calidad, con destino al consumo interno.
Dicha política económica no se censura en la prensa oficial, pero su incidencia negativa en el terreno de la salud pública es obvia. El Centro de Ensayos Clínico y de Quimioterapia del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) de Cuba, cuantificó en fecha reciente que de cada 100.000 cubanos, mueren de cáncer 171.5. Cifra 1% superior a la del 2005.
Las estadísticas del INOR pasan por alto la deplorable calidad de vida, las carencias materiales, los bajos ingresos, la insuficiente alimentación, y encima de esas las calamidades, a varios millones de cubanos fumando y bebiendo de la peor manufactura.
Admite este centro que "el presupuesto dedicado a la Oncología –solo para adquirir medicamentos– se ha triplicado, y relaciona el alcoholismo y el tabaquismo, como los dos grandes problemas sociales y de salud", que "están contribuyendo a una mayor incidencia del cáncer".
Las tiendas que operan en moneda convertible son cada vez menos una opción para la mayoría, debido a sus alterados precios en relación con el salario promedio nacional, que es poco más de medio dólar diario, muy por debajo de las normas internacionales que establece un dólar diario. Los precios del Mercado Negro continúan siendo la mejor opción, a riesgo de poner en peligro la salud cuando se consume un determinado alimento doméstico, elaborados al margen de reglamentaciones y controles sanitarios.
Asegura la publicación, que la incidencia de cáncer va en aumento, donde ya existen provincias en el país en que los tumores malignos constituyen la primera causa de muerte, por encima de las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y los accidentes del tránsito. "Ya el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte no sólo en los hombre, también en las mujeres", aseveró la Institución. "En 2002 murieron más de 4,000 cubanos de cáncer".
En teoría, no existe evidencia razonable para corroborar que la implementación de esa política económica, de lo mejor para fuera y lo peor para adentro, esté orientada al genocidio, aunque en la práctica apunte a ello. Imaginemos que tan solo es una política inescrupulosa para obtener divisas a cualquier costo.
* Periodista independiente cubano.