Por: Jaime Leygonier.
CubaPress.
Domingo Lezcano Luces, vecino de Calle C no. 281 entre Loma y Guinera, Reparto Arroyo Naranjo, La Habana y activista del Centro de Salud y Derechos Humanos "Juan Bruno Zayas", es acosado por la policía política para que firme un acta difamatoria contra la moral sexual de varios opositores, entre ellos María Beatriz Roque Cabello, el Dr. Darsi Ferrer Ramírez y Moisés Leonardo Rodríguez, según informó la víctima del acoso.
Parece un complot difamatorio de los que el Régimen desde sus orígenes orquesta para desacreditar a figuras aisladas o a sectores sociales, como hizo con la juventud en masa en los años 60 y las "lacras sociales" que "era necesario reeducar" en el Servicio Militar Obligatorio o en los campos de internamiento de las UMAP (Unidades Militares Agrícolas de Producción): en donde colgaban el sambenito de homosexualidad y llevaban a trabajos forzados para hacerlos hombres a activistas religiosos y personas con tendencia pequeño burgueses
Los ofrecimientos amables y las amenazas de los agentes de la Seguridad del Estado a Domingo Lezcano Luces comenzaron con una citación para la estación policial de El Capri, el 18 de octubre, donde ante la negativa de Lezcano de servir de instrumento para la difamación, el agente Eliécer golpeó la mesa con una pistola y colmó al enfermo de amenazas, como que le harían tantos mítines de repudio (turbas paramilitares ante su domicilio) que rogaría para firmar la difamación y que a sus padres les pasaría algo por su culpa.
Después de esto, las citaciones continúan. Lezcano Luces padece de SIDA, lo cual, en Cuba, lo hace muy vulnerable a la marginación y al internamiento en condiciones carcelarias, sólo por tener esa enfermedad. A esos enfermos el estrés les empeora su condición de salud y Lezcano está aterrado por la posibilidad de que, para obligarlo a que firme o en castigo por no firmar, las autoridades lo encierren en uno de los sanatorios de que el Estado dispone para aislarlos de la sociedad.
Pero, pese a estos peligros, Lezcano Luces ya hizo constar por escrito este complot al que se niega, su respeto y admiración por las personas que la policía política le exige que difame, y que haga responsable a ésta de lo que pudiera ocurrirles a sus padres y a él.
Un enfermo que no se presta al juego, pero su caso revela un plan al que bajo las mismas amenazas se pueden prestar otros.
Información enviada desde el Centro de Salud y DDHH “Juan Bruno Zayas, Habana, Cuba. E- mail: centrosalud_dh@yahoo.com
Ciudad de la Habana, Cuba, 02 de noviembre de 2005.
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