domingo, mayo 12, 2013

En la Alemania comunista utilizaron a ciudadanos para experimentos en humanos sin autorización. ¿Sucedió también con cubanos?

La Alemania comunista (RDA) disponía de los ciudadanos sin su autorización para experimentar con medicamentos, para lo cual pagaban a compañías occidentales. Esto también podía ocurrir o tal vez ocurrió con ciudadanos cubanos en Cuba o en países del campo socialista, recordemos que miles de jóvenes cubanos trabajaban como esclavos en la ex Alemania democrática y otros países de Europa del Este.
Unas 50 clínicas de la extinta República Democrática Alemana (RDA) utilizaron como cobayas a unos 50.000 ciudadanos, que participaron sin su autorización en experimentos humanos para grandes consorcios farmacéuticos occidentales, reportó EFE.
Según informa el semanario Der Spiegel, el régimen comunista usó a esas cobayas humanas para estudios relacionados con unos 600 medicamentos por encargo de los laboratorios, desde fármacos para enfermedades cardíacas a quimioterapia.
Algunas de esas pruebas llegaron a provocar la muerte de los pacientes, lo que derivó en la interrupción de los experimentos.
La publicación remite sus informaciones a documentos hasta ahora desconocidos de las autoridades sanitarias de la RDA y de la Stasi, la policía política germanooriental.
Al menos dos pacientes murieron en una clínica del este de Berlín en pleno tratamiento pulmonar con un producto de Hoechst (actualmente en Sanofi).
Otros dos fallecieron en la ciudad de Magdeburgo por otros preparados de Sandoz (ahora integrado en Sanofi).
En el reportaje se citan otros casos en la clínica universitaria de la Charité, la mayor del Berlín este, en este caso con preparados de los laboratorios Boehringer (actualmente, en el grupo Roche) con la sustancia dopante Eritropoyetina ("Epo").
Bayer, por su parte, experimentó en alcohólicos un preparado para mejorar el riego sanguíneo, sin que quienes lo recibían pudieran discernir sobre su empleo, por encontrarse en situación de delirium tremens.
Spiegel informa de que los consorcios farmacéuticos ofrecían una media de unos 80.000 marcos occidentales por cada uno de esos estudios y que la Charité llegó a recibir de Schering un volumen anual de hasta seis millones de dólares de entonces.
Con ello, los consorcios farmacéuticos occidentales se evitaban los "problemas éticos" que estos experimentos conllevaban fuera del territorio comunista, argumenta el semanario.
En lugar de la autorización del paciente, en la RDA bastaba con la firma del médico de cabecera y un testigo.
La fuente de esta información es Diario de Cuba, allí mismo en los comentarios aparece uno muy revelador que dice:
Gabonice - 12 Mayo 2013 - 4:22 pm.  La vacuna de la Meningococo C es un ejemplo. Un científico norteamericano propuso el camino, pero había un problema, se tenía que producir biomasa de un microorganismo mortal para el cual no había antídoto. En EEUU según ese científico ese trabajo sería muy caro. El gobierno cubano prestó a sus técnicos para hacer estas investigaciones en Cuba, durante dos años muchos cubanos estuvieron expuestos a este peligro de forma barata, finalmente presentaron la obtención de esta vacuna como un logro de la obra de la Revolución.

1 comentario:

El Editor dijo...

En los 90’s se condujo una investigación en algunos policlínicos de la Ciudad de la Habana, para investigar una vacuna para la meningoencefalitis; se trataba de una vacuna desarrollada por un laboratorio británico. Las familias recibieron la información…, también recibieron 40 dólares por cada niño inmunizado. Esta información la conozco de primera mano.