Por:
Gustavo Coronel
Según
Nicolás Maduro la Misión Martí fue “un programa social de alto nivel y lleno de
amor que permitió proteger al hombre más importante para Venezuela”. Maduro
agregó: “Hoy podemos decir: Misión cumplida”. Cuando pensamos que el resultado
de la misión fue la muerte del difunto debemos concluir que esta última
declaración sonó, casi, a una confesión. CLIC AQUI.
Esto lo dijo Maduro en el acto en el cual impuso la Orden Generalísimo
Francisco Miranda en su Primera Clase a ocho médicos militares cubanos,
encargados de velar por la salud de Chávez durante los últimos 10 años de su
vida, entre ellos cuatro jefes de la Misión en distintos momentos. Maduro
también dijo que el proceso médico aplicado a Chávez “tiene impreso la huella
del comandante Fidel Castro”. Considerando que el paciente se murió, esta nueva
declaración de Maduro suena a incriminación contra el autor intelectual.
El
emocionado Ibrahim Guilbeaux Gala (Foto a la derecha) , vocero del grupo homenajeado, dijo: “Este
compromiso, si usted nos lo permite señor presidente [Maduro], va más allá del
mero hecho de curar el cuerpo y el alma. Estamos hablando de médicos, hombres y
mujeres combatientes que crecidos en el enfrentamiento al poderoso vecino del
Norte, saben de qué lado está la verdad, cuál es la dirección correcta”. Esta
fue un aseveración extemporánea porque, ¿qué tiene que ver el tratamiento que
se aplicó al difunto con el enfrentamiento con el poderoso vecino del Norte? Se
podría pensar que este enfrentamiento los llevó a hacerle al pobre paciente lo
contrario de lo que le hubiesen hecho en USA. Y ya vemos cual fue el resultado.
Agregó
el militar-galeno que por el respeto a “nuestros héroes y mártires” y las
“enseñanzas de nuestros comandantes Chávez, Fidel y Raúl”, los médicos cubanos
van a permanecer al lado de Maduro “hasta las últimas consecuencias”. Sabiendo
que es lo que le sucedió al difunto, a Maduro se le debe haber enfriado el
guarapo al oír esto, que más que una promesa de ayuda sonó como una amenaza
macabra.
Y
es que la Misión Martí fue, más bien, la Misión Martirio, efectuada a (o en
contra de) un paciente, a quien había que extenderle la vida a toda costa, paradójicamente
a costa de su óptima expectativa de vida. Porque un protocolo correctamente
aplicado hubiese quizás logrado que el paciente viviera más tiempo, aunque
estuviera menos involucrado en las cuestiones urgentes e inmediatas de gobierno
que iban a favorecer al régimen, no al país. La Misión Martí pareció tener el
propósito de poner al paciente en condiciones de trabajar a tiempo completo por
un corto tiempo, a pesar de que ello abreviara su expectativa de vida. Puede
que esto, inicialmente, haya sido el deseo del paciente, pero pensamos que es
un mal médico quien trata al paciente en base a consideraciones impersonales y
no como debiera ser tratado desde el punto de vista médico. Cuando un médico se
encuentra con un entorno familiar o político que impone el tratamiento que debe
seguirse, debe decirles que se busquen otro médico. El silencio médico que
caracterizó el proceso, las largas semanas sin una información profesional y
oportuna, apuntan a una grave irresponsabilidad por parte del equipo integrante
de la llamada Misión Martí. La condecoración para este grupo no fue, entonces,
para los médicos como médicos, sino para los miembros cómplices del proceso
político que se llevó a cabo en perjuicio último del paciente.
Para
mí la llamada Misión Martí debe rebautizarse como la Misión Martirio. Y ahora
el mismo grupo amenaza a Maduro con lo que podría ser una misión de corta
duración, ya que Maduro es menos duro.
Fuente:
Noticiero
digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario