Desde el año 1996 me había vinculado con el Colegio
Médico Independiente de Cuba; antes había trabajado de forma directa o
indirecta con otras organizaciones de oposición. Entonces estaba desempleado y
el régimen a través de los funcionarios del Ministerio de Salud me negaba de
forma reiterada el derecho al trabajo.
Por el año 1997 fue para mí una sorpresa el conocer
del surgimiento de una nueva organización de Derechos Humanos; “una más”..., pensé, que diluiría los
esfuerzos que ya venían haciendo otras organizaciones.
Se trataba de la Fundación Lawton de Derechos
Humanos, una organización humanitaria dirigida a promover y exigir la defensa
de los Derechos Humanos tomando como base el primero de los derechos: El Derecho a la Vida.
La Fundación Lawton tenía desde sus inicios signos
distintivos que merecen ser mencionados. Fundada por un Médico relativamente
joven en pleno ejercicio profesional. Me refiero al Dr. Oscar Elías Biscet quien
se había graduado en el 1985 como Especialista en Medicina Interna y
desempeñaba su trabajo en un conocido Hospital Materno Infantil de la
capital cubana.
Ya en el año
1994 las autoridades represivas del régimen le habían abierto un expediente de
peligrosidad. Su resuelta actitud y liderazgo demuestra desde el principio de las labores de esta
organización que el Dr. Biscet es un líder valiente y de sólidas
convicciones.
En muy poco tiempo el Dr. Biscet da a conocer un
documento titulado: “Una actitud que nos
concierne a todos”; donde alerta acerca del problema del aborto en Cuba y
solicita apoyo sobre todo a sus colegas. Con palabras directas señala: “En tus manos está el poder detener este
magnicidio hecho legal, usted puede decir no y con su apoyo hacer cambiar este
proceder erróneo en nuestra sociedad”. El documento fue distribuido a los
médicos presentes en el Hospital según consta en el mismo texto que aparece en
Internet.
A la altura de estos eventos el Dr. Biscet y sus
colaboradores habían conducido con habilidad y profesionalismo un estudio
investigativo entre los años 1997-1998 acerca del empleo del Rivanol como
método abortivo, titulado: “Rivanol; Un
método para destruir la vida”; estudio que se le hizo llegar a las
autoridades sanitarias cubanas y a la Convención de los Derechos Humanos del
Niño en Ginebra, Suiza.
Sin un momento de pausa en sus nobles propósitos y
con una entereza sin límites; el 24 de
febrero de 1998 da a conocer en el Hospital donde laboraba un texto a modo de
discurso solicitando la atención de sus colegas sobre el respeto al derecho a
la Vida. Así como otro texto
escrito en los mismos términos y en la
misma fecha titulado: “En defensa de la
Vida”.
La respuesta de las autoridades no se hizo esperar y
en la misma fecha en que se produjeron los hechos, mediante resolución laboral
fue expulsado del Hospital, situación que dio a conocer de inmediato en un
documento de denuncia con fecha 25 de
febrero del mismo año.
En los primeros meses de aquel año del 1998, reflexionaba
sobre estos hechos y podía afirmar que estábamos en presencia de un hombre que
era y es parte del “poco número de los
infatigables”; Y sin decaer mi entusiasmo, -que razones había para eso-,
presenté al Colegio Médico Independiente de Cuba la proposición de reconocer al
Dr. Oscar Elías Biscet, nombrándolo Miembro de Honor de nuestra organización
médica.
Por aquel entonces mis funciones eran como Asesor
Nacional y tenía a mí cuidado elaborar las Bases y Estatutos del Colegio Médico
Independiente; pero no me tocaba tomar
esa decisión u otra decisión. Había
una estructura formada por un Presidente, Vicepresidente, Secretario de
Relaciones y hasta un traidor agazapado
esperando su oportunidad.
La respuesta fue perturbadora: “El Dr. Biscet no se atempera a los propósitos y lucha de nuestra
organización, no le ha interesado esta, actúa por su cuenta y riesgos y no es
una persona confiable”.
Nuevamente en la historia, en esa que
escribimos en la cotidianidad, se nos
mostraba la forma funesta de enlodar la
virtud, desdeñar el hacer justicia y
pisotear el honor. Con que facilidad nos movemos enseguida entre la intriga y
el miedo, nada más oprobioso. De esta forma y adoptando tales actitudes
contribuimos e impedimos que las fuerzas de la lucha se combinen o se produzca
una convergencia de propósitos.
Con su expulsión del Sistema Nacional de Salud del
Dr. Biscet, se completa las medidas
administrativas-represivas al ser desalojado de su hogar junto a su
familia. Su esposa fue despojada del derecho al trabajo sumergiendo a la
familia en un estado de indefensión económica y social.
La Fundación Lawton de Derechos Humanos, liderada
por el Dr. Biscet exige públicamente justicia para los presos políticos y a favor del derecho a
la Vida de los niños cubanos; pide de igual forma un comportamiento justo de
los tribunales cubanos y libertad de religión
y de expresión. La organización de talleres de adiestramiento en
desobediencia civil resulta novedosa y
útil.
Con el lema: “Desatando
las ligaduras de la impiedad” un grupo de opositores entre los cuales se
destaca el Dr. Biscet convocan a partir del 21 de mayo del 1998 a un ayuno para
reclamar el cumplimiento de los Derechos Humanos y la libertad de los presos
políticos en Cuba. Esta convocatoria pone especial énfasis en las palabras del profeta Isaías
58:6-7.
El ayuno de Tamarindo 34, como llegó a conocerse,
sacó de la apatía a buena parte de la oposición pacífica en Cuba, dando un
ejemplo de incalificable entrega a la causa de la defensa de los Derechos
Humanos en nuestra Patria.
Al concluir el ayuno, 40 días después de comenzado,
el Dr. Biscet declaraba su opción por la
no-violencia al afirmar que había adquirido la capacidad de amar a sus
enemigos, sustituyendo la violencia, la ira,
la venganza y el odio; por la justicia y el perdón. Con proverbial cita
concluye: “Mas la senda de los justos es
como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”
(Proverbios 4: 18). Y a renglón seguido señala: “Y esa perfección en libertad emana de Dios”.
Después de protagonizar el ayuno el Dr. Biscet fue
objeto de 26 detenciones arbitrarias en un periodo de 18 meses y sujeto a
innumerables tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Frente a tan ejemplar trayectoria de este médico a
favor de los derechos de todos los cubanos, de nuevo propuse nombrar al Dr.
Biscet como Presidente de Honor del Colegio Médico Independiente de Cuba y la
respuesta fue la misma; añadiéndose a los anteriores argumentos el calificativo
que degradaba su noble conducta y que más tarde emplearían las propias
autoridades para descalificarlo.
“En la verdad
hay que entrar con la camisa al codo” y eso he hecho al referirme a este
reconocimiento del Dr. Biscet, aun pendiente, No me he diluido en dimes y
diretes de ocasión, ni he puesto tesón en desacreditar, ni transitar los
innobles caminos de la contienda estéril. Queda para el futuro que un día,
-esperemos no muy lejano-, los médicos cubanos nos reunamos para reconocer el
carácter entero de este hombre.
Sumergido en la
oscuridad de su celda, comenzaba a transitar la nueva senda de los
justos; la del sacrificio de la libertad
individual, hasta que el día sea perfecto y se produzca, ¿por qué no?, el
reconocimiento aplazado.
Información adicional:
Fundada en 1997 en La Habana, Cuba, como grupo pacifico, humanitario basado en la Declaración Universal por los Derechos Humanos. La Fundación Lawton de Derechos Humanos promueve el estudio, la defensa, y la denuncia de violaciones de derechos humanos dentro de Cuba y dondequiera que se violen los derechos y libertades de seres humanos. El principal objetivo de su membresía es el establecimiento de un estado de derecho en Cuba. El sostén de su plataforma en defensa de todos los derechos humanos se basa en el primer derecho: el derecho a la vida, sin el cual otras libertades quedarían invalidadas. Sus miembros están activamente comprometidos a llevar sus ideales dentro de Cuba sin garantías sobre su integridad física. Frecuentemente son censurados, maltratados (física y psicológicamente) y chantajeados, además de ser encarcelados arbitrariamente junto a criminales comunes por las autoridades cubanas por el simple hecho de defender sus principios. En: http://www.lawtonfoundation.com/
Fundación Lawton de Derechos Humanos. P. O. Box 43-0905. Miami, FL. 33243-0905. USA. Web: www.lawtonfundation.com/ E-mail: lawtonfundation@lawtonfundation.com
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