Durante
los preparativos de la fiesta de fin de año, colaboradores cubanos de la salud
abrían un foso para asar el puerco en el patio de la sede de la misión, en el
Estado de Suria, Venezuela Para sorpresa de algunos, encontraron bajo tierra
variedades de medicamentos y espejuelos graduados.
Uno
de los presentes, un joven optometrista que solicitó ocultar su nombre, confesó
las causas del enterramiento y sus experiencias durante dos años en la Misión
Milagro.
¨Tenemos
que atender 35 pacientes y entregar 22 espejuelos diarios para justificar nuestra presencia en
Venezuela. Pero la mayoría de las veces no llegamos ni a 15 después de un día
entero dando vueltas por el Amazonas¨, confiesa el técnico.
Las
medidas disciplinarias para quienes no cumplan el plan mensual de atención a
pacientes por especialidades pone en riesgo la estancia en el extranjero. Las
sanciones van desde el descuento del 10
% de los 125 dólares de salario, hasta
el regreso a la isla.
Espejuelos
en mercado negro
Durante
un tiempo, los colaboradores traían los espejuelos y lentes para negociarlos en
Cuba. Pero el gobierno cubano redujo a 10 armaduras de lentes por colaborador y
limito los kilogramos de medicamentos.
Otra
salida a la acumulación de materiales médicos fue vendérselos a los traficantes
venezolanos. Pero la delación de los chavistas obligo a cambiar de táctica.
Ahora los entierran.
Afirma
el técnico que para mantenerse en la misión, los colaboradores de diferentes especialidades reportan
pacientes falsos. La inflación presupone entregas de material médico que deben
desaparecer de alguna forma.
¨Muchas
veces los nombres de los pacientes son vecinos nuestros en Cuba. Hasta nuestra
familia´, asegura.
La
distribución mensual de materiales para las consultas que realiza el Estado de
Suria a la misión médica cubana complica las cosas.
¨Cuando
se acumulan (los medicamentos), desaparecerlos requiere mucha imaginación que
no siempre puede ser el enterramiento¨, comenta la fuente.
El
joven pasó dos años preparándose para
una auditoria venezolana que nunca llegó. Confiesa que ellos consideraban
afortunado que la corrupción en Venezuela sea igual a la de Cuba.
La
corrupción en Cuba.
El
técnico optometrista estuvo entre los primeros cinco expedientes de su
graduación. Fue propuesto a una misión en Angola, país cotizado entre los
aspirantes cubanos a colaboración por los altos salarios.
Refiere
el joven que después de dos años de espera, indagó en la base de datos del
Ministerio de Salud Pública (MINSAP). Su nombre aparecía incorporado a una
misión médica en el extranjero.
El
precio para obtener una misión médica de dos años puede llegar a los mil dólares, dependiendo
del país y el lugar de destino.
Una
colega del optometrista que acepto declarar bajo la condición de omitir su
nombre, confesó que durante su estancia en la misión recibió a una auxiliar de
limpieza que viajo como enfermera.
¨Cuando
llegó me pidió ayuda para que no la delatara y la puse en trabajos burocráticos
pero con el tiempo no me quedo más remedio¨. Asegura que no fue el único caso
que conoció durante los dos años en Venezuela.
Al
regreso de la misión ambos optometristas dicen estar dándose cabezazos en las
consultas por la cantidad de técnicos y la falta de equipamientos. Ellos son parte
de las graduaciones para favorecer el plan ideado por Fidel Castro y Hugo
Chávez, la Misión Milagro, destinada a la atención oftalmológica en las zonas
pobres de Venezuela.
El
técnico estuvo entre los primeros expedientes de su graduación, motivo por el
que fue propuesto para una misión en Angola. País cotizado por los que procuran
una misión, debido a la fama entre los cubanos de pagar bien los servicios.
El
expediente estuvo escondido por dos años hasta que descubrió una amiga que
prometió sacarlo mí me tenían en una
base de datos que supuestamente me declaraba en Venezuela.
Fuente:
Cubanet
*Augusto Cesar San Martin. Nació el 20 de abril de
1967 en Ciudad de La Habana. Fue captado por el Ministerio del Interior y
estudió Ciencias Penales en el Instituto Hermanos Martínez, en el que se
graduó. Por discrepancias con los militares, pidió la baja permanente de ese
organismo, solicitud que le fue denegada durante un año. En ese tiempo
estableció contacto con los opositores pacíficos y fue encarcelado en 1994. Lo
declararon preso de conciencia en 1996, y a su salida de la cárcel colaboró con
la agencia Cuba Press de 1997 a 1999. En el año 2006 fundó el Centro de
Información José Lezama Lima.
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