sábado, marzo 30, 2013

Guardia médica.

Por Rebeca Monzo.
Después de haber experimentado durante mi estancia en Francia, lo que  pudiera llamarse en verdad potencia médica, sin temor a equivocarnos, a mi regreso contrasto con una triste realidad.
Algunos de los médicos, familiares o amigos, a quienes he  mostrado orgullosa, las radiografías de mi mano accidentada y el estado final en que quedó  la misma, todos, lamentablemente, han coincidido en expresar lo siguiente: ¡Alégrate de haberte caído en Francia y no aquí!
Conversando después por separado con cada uno de ellos, me han comentado el estado de deterioro cada vez más notable de los servicios de salud en nuestro país, y además, coinciden en que la falta de estímulos en este sector, está logrando que prime el desencanto entre los estudiantes  al  no optar por esta carrera, así como también el éxodo de galenos, ya que  debido a las facilidades para viajar otorgadas por las “nuevas regulaciones migratorias”, éstos estén abandonando el país en busca de mejoras económicas y reconocimiento. Algunos solo desean salir a explorar,  pero lamentablemente la mayoría no regresan.
Otra de las cuestiones que más están afectando en estos momentos a los trabajadores de la salud, es que ante la reclamación hecha por éstos de un aumento de salario, las autoridades han decidido, “debido a los problemas económicos que enfrenta el país”, no elevarles el mismo y a  cambio, a modo de humillante consuelo, pagarles a los médicos: dos pesos cubanos (de los corrientes) por cada hora de guardia realizada, cincuenta centavos a los enfermeros y veinticinco centavos al resto del personal auxiliar. O sea, un médico después de rendir doce horas de guardia en el hospital, recibe en compensación veinticuatro pesos (aproximadamente un dólar), seis pesos los enfermeros y tres pesos los auxiliares. Esta situación es realmente vergonzosa, más aún que debido a la falta de personal,  se ven precisados a realizar las guardias  con demasiada frecuencia.
No es de extrañar que cada vez contemos con menos galenos y, en algún momento tengamos que ir a consultarnos, allende los mares, donde nuestros excelentes médicos brindan sus servicios.
Fuente: Por el ojo de la aguja.

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