El régimen socialista de Castro es un descalabro irreversible en la historia del país. El socialismo ha sido asimismo un fracaso rotundo no solo en la Europa Oriental y en la Unión Soviética sino también en las democracias liberales con administraciones socialistas como la España de Zapatero, la Grecia de Papandreu y el Portugal de Socrates. Este mismo proceso de deterioro ha tenido lugar en los países nórdicos y en Norteamérica.
Los Castro achacan su desastre económico al embargo financiero, económico y comercial que pusieron en vigor los EUA después que el régimen confiscó sin compensación las propiedades norteamericanas en la Isla. Culpan incluso a dicho embargo de ser el principal obstáculo a la promoción de la democracia y la libertad en Cuba. En forma muy conveniente olvidan que su fracaso se debió a la improductividad, la falta de estímulo y la corrupción generalizada.
Sin embargo, aún en los tiempos de la masiva ayuda soviética a su satélite del Caribe ya se observaba la punta del iceberg del descalabro socialista. Mientras tanto, la gigantesca porción sumergida era ocultada por la manipulación de las estadísticas oficiales. La más deplorable era la que realizaban los miembros del Partido Comunista en el campo de la salud pública.
Desde la década de los 80 y 90 ya ocurrían hechos insólitos en los establecimientos cubanos de salubridad. Entre ellos, realizar una intervención quirúrgica y extirpar el riñón sano, dejarle durante meses una tijera dentro del abdomen a una paciente después de ser operada y suturada, intervenciones quirúrgicas por un falso médico a más de cuarenta enfermos durante cinco años sin ser descubierto por las autoridades, y el hallazgo de diecisiete ratas en el falso techo de la sala donde ingresaban a los niños recién nacidos.
Todos estos hechos aberrantes de la práctica médica socialista fueron ocultados por medio del control total de los medios masivos de comunicación y de las estadísticas de salud por el régimen estalinista de Cuba. Sin embargo, la muerte por hipotermia y hambre de 26 enfermos mentales durante una madrugada del mes de enero de 2010 en el Hospital Psiquiátrico de La Habana (antiguo Mazorra) puso al descubierto el fracaso y la farsa del sistema socialista cubano.( foto arriba a la derecha)
En un plano personal, visité hace unos días a un familiar que estaba recluido en el Hospital Miguel Enríquez, antigua Benéfica, en el barrio de Luyanó, en La Habana. Pude comprobar de primera mano que la indiferencia y la inmoralidad son parte inherente de nuestro deplorable sistema de salud. En dicho hospital son ingresados mujeres y hombres en el mismo cuarto sin la más mínima consideración al pudor de los enfermos y en violación flagrante de las normas de ética médica.
Ha sido precisamente la corrupción, la indiferencia, la falta de recursos económicos y la inmoralidad del régimen de Castro los factores que han destruido a la nación cubana. Nuestras desgracias no han sido ocasionadas por la acción de enemigos externos sino por la avaricia, la indiferencia y la opresión de unos cubanos que se han adueñado de la nación en detrimento de la gran mayoría de nuestro pueblo.
Por mi parte, soy optimista porque tengo una fe absoluta en que el Dios Bíblico será el catalizador que levantará a hombres y mujeres de profundo amor patrio y humano para conquistar la democracia y la libertad en nuestra querida e infortunada patria.
*Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos .Medalla Presidencial de la Libertad. lawtonfoundation@lawtonfoundation.com – http://www.lawtonfoundation.com/
Fuente del artículo: La Nueva Nación
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