¿Cuánto pagar por los servicios médicos?
Por: Roberto Palmero Torres.*
La propaganda oficial brinda razones para justificar los grandes recortes venideros.
El viernes 18 de febrero del 2011, en la tercera página de la primera edición del diario Granma apareció un artículo de opinión titulado "¿Cuánto tendría usted que pagar por servicios médicos?", donde se exponen los costos de algunos servicios médicos que hoy se reciben gratuitamente en Cuba y que, de tenerlos que pagar, provocaría que las instituciones de salud del país cerraran y fuera despedido el personal sanitario al carecer de demanda su trabajo, por razones de precios, claro.
Foto a la derecha. Un paciente que no pago por ser trasladado en Cuba.
¿Hasta cuándo pretenderá este gobierno manipular la conciencia nacional y someterla al silencio por "eterno agradecimiento"?, se preguntan muchos cubanos.
Agradecer con la escopeta en la frente
Esta "gratuidad" ha sido una de las armas ideo-políticas más publicitadas por el gobierno para destacar su "bondad y preocupación por el pueblo". Pero, con independencia de si los cálculos de costos presentados en el citado artículo son correctos o no, habrá que recordar que el criterio para conformar los salarios en el país no incluye el pago de los servicios de salud —en efectivo o por seguros médicos— y, por tanto, resulta un absurdo suponer que debemos estar "agradecidos por el regalo" cuando no se pagan salarios suficientes para sufragar dichos gastos.
Tampoco debe omitirse que los pilares de la salud de una persona y una nación pasan, inevitablemente, por una balanceada y suficiente alimentación y una higiene personal y comunitaria adecuada.
Foto a la izquierda, el Ministro de Salud de Cuba, con los enfermos muertos por hambre y frio que no pagaban por sus cuidados.
Estas necesidades resultan imposible de alcanzar debido al altísimo precio de la canasta básica nacional —alrededor de 900 pesos per cápita al mes— y a que la renta media nacional mensual —vía salario medio más remesa— no llega a los 300 pesos, lo cual coloca a cada habitante ante la necesidad de agenciarse los 600 pesos faltantes —67 por ciento de dicha canasta— de cualquier forma.
Si es imposible cumplir con esa humilde necesidad, ¿cómo se tiene el coraje de demandar que se le agradezca al gobierno tal condición? ¿No es acaso ese mismo gobierno quien somete a cada ciudadano a tan indigno tratamiento? ¿Y no es el pueblo quien paga, con el precio de su trabajo no retribuido, los servicios médicos? ¿O acaso hay alguna otra fuente desconocida?
Según Karl Marx, no.
Sin embargo, la burla se acentúa cuando el artículo repite, obediente y textualmente, uno de los puntos de los Lineamientos Económicos y Sociales del próximo congreso del Partido, específicamente el dedicado a la salud, donde se defiende la reducción de los análisis médicos con alta tecnología, por costosos, y su sustitución por análisis clínicos, es decir, por el reconocimiento físico del médico.
Ese parece ser el objetivo del artículo publicado en Granma: convencer a pacientes y familiares de que no deben protestar porque no se indiquen análisis complejos que descubran la causa de sus males y, más aún, deberán exigir que no sean recetados tales análisis.
Foto a la izquierda de un paciente en un hospital cubano que no paga por su atencion.
Todos somos números
¿Qué importa si se sobrevive o no a una enfermedad curable? Lo importante es "reducir los costos" y cumplir con los mandatos de un partido que, seguramente, ya redactó leyes para la aplicación de sus incapaces e hipócritas propuestas de mejorar la vida de la población cubana.
Más que cinismo, manipulación, ingenuidad o ignorancia lo que promueven textos como ese artículo es la ambición de poder absoluto y vitalicio, de autoridad sin límites, de reinar sobre un pueblo que cree ver en los dirigentes del país a sus salvadores, pues están impedidos de escuchar otra voz que no sea la de los medios de comunicación estatales. Se trata, como política gubernamental, de arrebatar día a día la vida de cada uno de los ciudadanos para alargar la de los dirigentes.
"¿Cuánto tendría usted que pagar por servicios médicos?", pregunta el artículo de Granma. Frente a un cuestionamiento tan insidiosamente parcial, aferrémosno a esta frase martiana: "La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio".
*Colaborador de Diario de Cuba. Holguín.
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