Hay un intenso cruce de sables entre el gobierno de Cuba y el gobierno
de los Estados Unidos. Los primeros quienes hacen uso de la Comercializadora de Servicios
Médicos SA, la pandilla de capataces del Ministerio de Salud Pública,
encargados de la explotación de los siervos de la gleba, estos los de batas
blancas que sirven a la dictadura como médicos en cerca de 60 países.
Explotadores y explotados amparados por oscuros contratos con países que sirven
de cómplices a esta trata humana.
Por otro lado el gobierno de los Estados Unidos, que ya había empleado
el Programa para profesionales médicos cubanos
(Cuban Medical Professional Parole (CMPP) Program) que habían salvado de la
esclavitud a más de 6 000 médicos y que fue abortado por Barack Obama; ahora
vuelve a la carga, ante tantas tropelías puesta en evidencia por los médicos que
dejaron las misiones médicas, y ahora exponen las condiciones de semiesclavitud
que padecieron. Hay denuncias, litigios en curso y una intensa campaña de información
en las redes. Ahora los funcionarios del Departamento de Estado se reunieron
con los médicos que escaparon del barracón. (Twitter) .Aquí dejamos la declaración
oficial del Ministerio de Salud Pública de Cuba sobre el asunto:
Declaración
del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
MINREX: Gobierno de EEUU destina fondos millonarios
para obstaculizar cooperación médica cubana
El Ministerio de Relaciones Exteriores denuncia y condena enérgicamente
la reciente agresión contra Cuba del Gobierno de los Estados Unidos mediante un
programa de la USAID destinado a financiar acciones y búsqueda de información
para desacreditar y sabotear la cooperación internacional que presta Cuba en la
esfera de la salud en decenas de países y para beneficio de millones de
personas. Es un empeño que se suma a las groseras presiones ejercidas contra
varios gobiernos para obstaculizar la cooperación cubana y a esfuerzos
anteriores de igual propósito como el programa especial de “parole” dirigido al
robo de recursos humanos formados en Cuba.
El centro de la inmoral calumnia consiste en alegar, sin fundamento
alguno, que Cuba incurre en la trata de personas o la práctica de la esclavitud
y en pretender denigrar la meritoria labor que voluntariamente desarrollan y
han desarrollado a lo largo de la historia cientos de miles de profesionales y
técnicos de la salud cubanos en varios países, particularmente del Tercer
Mundo.
Se trata de una injuria contra los programas bilaterales e
intergubernamentales de cooperación, todos legítimamente establecidos entre el
gobierno cubano y gobiernos de decenas de países, que han sido consecuentes con
las pautas de las Naciones Unidas referidas a la cooperación Sur-Sur y han
respondido a los requerimientos de salud que esos propios gobiernos han
definido soberanamente.
Es un atentado contra un esfuerzo solidario que ha recibido el
reconocimiento de la comunidad internacional y el elogio específico de los más
altos directivos de las Naciones Unidas, de la Organización Mundial de la Salud
y de la Organización Panamericana de la Salud.
Estas mentiras son reveladoras de la baja catadura moral del gobierno de
los Estados Unidos y los políticos que se dedican al negocio de la agresión a
Cuba. La campaña cuenta con fondos millonarios y la complicidad de varios de
los grandes medios de difusión y, en particular, de reporteros inescrupulosos
que sacrifican su supuesta imparcialidad y objetividad al servicio de los
intereses políticos del gobierno de los Estados Unidos.
Durante décadas y hasta hoy, en aquellas naciones con condiciones
económicas más desfavorables, esa cooperación se ha brindado y se brinda como
gesto solidario, cuyos gastos cubre Cuba prácticamente en su totalidad. De
igual modo y en línea con las concepciones de las Naciones Unidas sobre la
cooperación entre países en desarrollo, esta se ofrece en varias naciones sobre
la base de la complementariedad y la compensación parcial por los servicios
prestados.
Consiste en un intercambio totalmente justo y legítimo entre países en
vías de desarrollo, muchos de los cuales cuentan con riquezas naturales,
dimensiones económicas o grados de desarrollo industrial superiores al de Cuba,
pero carecen de los recursos humanos que nuestro Estado ha logrado generar; de
profesionales abnegados y humanistas dispuestos por su propia voluntad a
trabajar en las condiciones más difíciles; y de las concepciones de cobertura
de salud que años de experiencia exitosa nos han permitido edificar.
Los técnicos y profesionales cubanos que participan en esos programas lo
hacen absolutamente de manera libre y voluntaria. Durante el cumplimiento de su
misión, continúan recibiendo íntegramente su salario en Cuba y disponen,
además, de un estipendio en el país de destino, junto a otras formas de
compensación.
En los casos en que Cuba recibe compensación por la cooperación
prestada, esos colaboradores tienen el mérito de brindar un aporte altamente
valioso, justo y totalmente legítimo para el financiamiento, la sostenibilidad
y el desarrollo del sistema de salud masivo y gratuito que es accesible a todos
y a cada uno de los cubanos, así como para los programas de cooperación que se
despliegan en muchas partes del mundo.
El acceso a la salud es un derecho humano y Estados Unidos comete un
crimen al pretender negarlo u obstaculizarlo con motivos políticos o de
agresión.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
La Habana, 29 de agosto de 2019