domingo, enero 30, 2011

Lo que jamás se dirá sobre el trato a los pacientes y las pésimas condiciones en que viven estos en el Hospital Psiquiátrico de la Habana…, menos aún de los verdaderos responsables de estas muertes.

Lawton, La Habana, Cuba, 27 de enero de 2011, (PD) La muerte el pasado año de una treintena o más de enfermos mentales en el Hospital Psiquiátrico de La Habana (Mazorra) se constituye en una muestra viva sobre la práctica real de la justicia y sus diligencias en Cuba.
Oficialmente, una nota aparecida el 17 de enero del corriente en el diario Granma, órgano del partido único, informó sobre el juicio que se celebraría a los ‘culpables’ de aquel horror. Las primeras vistas de este juicio, se anunciaron y celebraron en el Tribunal Provincial de La Habana. Luego como de costumbre, de forma sorpresiva, todo cambió. El juicio tuvo lugar en el Tribunal Municipal Diez de Octubre, a puertas cerradas y con una fuerte presencia policial para espantar ‘curiosos’. Se habló y se condenó a ‘desalmados’ especuladores y de toda una amplia gama de culpables.
Cocineros, pantristas, almaceneros, dietistas, enfermeros y hasta médicos, fueron condenados a penas que oscilaron entre los seis y los catorce años de reclusión. Hasta ahí se completó el elenco de presuntos implicados en este incidente. No se habló de exigir responsabilidad penal al ministro del ramo en el momento de los hechos, José Ramón Balaguer, o a su Viceministro a cargo del Hospital Psiquiátrico. Tampoco a los miembros del comité o núcleo del gobernante y único partido comunista en este hospital.
La depauperación producida por inanición progresiva y frío es posible que pase inadvertida a un profano. Esta nunca escapará al ojo entrenado del médico o el enfermero menos competentes. ¿Cómo es posible que un profesional entrenado de una “potencia médica” y en plantilla en este centro, no se haya percatado a tiempo que pacientes al cuidado de este hospital, morían lenta y cruelmente de hambre y frío?
Como en todas partes en Cuba, en Mazorra existe un núcleo o un comité del omnisciente y omnipresente Partido Comunista. En este núcleo o comité, existe presencia de profesionales de la Medicina, entonces, ¿se trata de que no se percataron o no pudieron hacer cosa alguna para salvar la vida de los infelices locos? La pregunta de orden es: ¿Por qué?
A la derecha, caricatura de Ilei Urrutia.
¿Cuáles son los mecanismos diabólicos impuestos para escamotear la responsabilidad de los intocables de siempre? En la actualidad, los internados en Mazorra reciben su medicación matutina con un poco de agua que les dan desde un balde (un cubo) de uso común. El desayuno, después, si hay. Los responsables médicos de esta institución debieron conocer esta situación. De todos modos, si no la conocieron, era su responsabilidad saberlo y lo principal, evitarlo o resolverlo.
En esto como en todo y todas las cosas, salta a la vista algo inocultable. El sistema impuesto en Cuba, no sirve, no servía y no servirá nunca. Es inútil seguir o insistir. Los mecanismos de auto conservación del sistema, diluyen cualquier responsabilidad personal. El Dr. José Ramón Balaguer y su séquito, no han sido oficialmente responsabilizados de la tragedia de Mazorra. En la misma proporcional y diabólica manera, Fidel, Raúl Castro y su séquito, del que también forma o formó parte Balaguer, tampoco son responsabilizados de la tragedia nacional cubana.
Lo que jamás dirán Granma y el resto de la comparsa mediática al servicio del Partido Comunista sobre la tragedia de Mazorra, son estas verdades evidentes e inocultables. Cada profesional, cada funcionario que pasó por alto lo que veía, para no buscarse problemas y por preservar la cadena de mandos, es más culpable que los cocineros, los almaceneros, los pantristas y el resto de los que fueron juzgados y sancionados, por esta tragedia.
Tenemos como de costumbre, de una parte, a un grupo de infelices locos muertos de hambre y de frío. Por la otra, a los que mandan. Esos a quienes mueve o no, la desidia, la crueldad, el egoísmo o la combinación ya conocida por todos, de una voluntad política responsable de todas nuestras regulares irregularidades. Es así, tanto en el manicomio chiquito de Mazorra como en el manicomio grande, llamado Cuba.
*Periodista independiente y Director de Primavera digital. Reside en Ciudad de la Habana, Cuba.
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