martes, septiembre 23, 2008

Definición de la política Psiquiátrica de la Revolución.

Como hemos explicado, este valioso estudio del autor: Pedro Marqués de Armas, que con el título de: Psiquiatría para el nuevo Estado; algunos documentos; aparecieron publicados en el sitio Web: La Habana elegante. En esta parte del ensayo el autor nos presenta algunas consideraciones de cómo se fue diseñando una política psiquiátrica dentro de la Revolución, el texto es el siguiente:
Como es lógico, la política psiquiátrica de la Revolución no se definió de un día para otro. Los primeros proyectos nacionales eran de carácter liberal. En las "Proyecciones oficiales..." publicadas por la junta de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría en mayo de 1959, se plantea crear dispensarios y hospitales provinciales, convertir a Mazorra en asilo de enfermos crónicos y, siempre de acuerdo con Código de Defensa Social, que así lo establecía, construir una clínica de conducta para adolescentes y un manicomio judicial. Todas las propuestas incluidas en el documento, tanto las institucionales como otras de carácter docente, habían madurado en las últimas décadas, y eran bastante conocidas. Otro objetivo, llegar a una cama por cada 1000 habitantes, respondía a normativas recientes de la OMS.
Del mismo modo el "Plan…" publicado en septiembre en la Revista del Hospital Psiquiátrico, que tuvo más apoyo del Gobierno y del Ministerio de Salubridad, había sido elaborado años antes como parte de las funciones de su autor, Julio Reymondez, al frente de la Liga de Higiene Mental. Este pide la construcción de dos hospitales "semejantes, aunque más pequeños" (se refiere a Mazorra), clínicas para niños psicóticos, una red de dispensarios a extender por todo el país, y un centro de investigaciones del cerebro. Reymondez señala además la necesidad de incidir sobre el alcoholismo, la delincuencia juvenil, el divorcio, la prostitución y la homosexualidad.
En fin, ambos proyectos cifraban sus esperanzas en la "honestidad del nuevo gobierno", pero eran autónomos en sus demandas. Se menciona, por otra parte, la "paradoja" de que Cuba contase con una "promoción psiquiátrica comparable por su capacidad con la de cualquier país del mundo", mientras la asistencia "oficial era de las más pobres”. En esto había amplio consenso: Mazorra era sin duda, como en el famoso reportaje de Bohemia, una “vergüenza nacional”. Pero en lo adelante se exaltará únicamente lo segundo, y se desconocerá lo primero: que el nivel teórico tuvo en los cincuenta su mejor momento, aunque en general por debajo de Argentina y de México.
Fue en 1960 que comienzan a producirse cambios en la misma dirección de una política de Estado que se radicaliza. En enero, durante II Congreso Nacional de la disciplina, un nuevo modelo de asistencia psiquiátrica, propuesto por José A. Argaín Ros, es elevado al Gobierno. Se trata de promover, en correspondencia con “las transformaciones que la Revolución viene desarrollando” (…) “una higiene mental colectiva, popular y social” en la que propio pueblo participe (“línea de masas”). Argaín Ros, por entonces señalado como miembro del G-2, propone entre otras medidas reformar la legislación vigente sobre enfermedades mentales y llevar la asistencia a zonas rurales para erradicar el curanderismo, el espiritismo y la brujería. (Prácticas de largo arraigo en la cultura cubana y diferentes entre ellas, fueron en efecto metidas en el mismo saco y declaradas ilegales; por ejemplo en 1966 fue intervenida la Clínica del Alma, alternativa, durante décadas, tanto de la costosa asistencia privada como de la oficial.)
Otros cambios en este sentido son los que se muestran, también en enero de 1960, en la Junta de Gobierno de la Sociedad de Psiquiatría, donde los psiquiatras más comprometidos desplazan a los de tendencias liberales. Asimismo, los que tiene lugar en la Cátedra como resultado de las posiciones asumidas en torno a la reforma universitaria, en particular durante el cisma de julio, y que se traducen en la separación de sus cargos docentes de los profesores Rodolfo J. Guiral (titular) y Luis Viamonte Cuervo (auxiliar), así como del catedrático de medicina forense Esteban Valdés Castillo, por mucho tiempo ligado a la especialidad.
A ello se suma la designación al año siguiente del psiquiatra marxista Diego González Martín, reflexólogo destacado y crítico feroz del psicoanálisis, como Coordinador Nacional de Psiquiatría, esto es, responsable de la disciplina a nivel ministerial. Es entonces que se publica Psicología (de Smirnov, Leontiev, Rubinstein y Tieplov), traducido por el psiquiatra español Florencio Villa Landa, republicano que completó sus estudios en la URSS, donde se exiliara tras la llegada de Franco al poder, y ahora radicado en Cuba. Será el primero de una larga serie de títulos que divulgarán las teorías de Pavlov y Anojin y el consecuente enfoque materialista… Al mismo tiempo, se toma el acuerdo, entre el Ministerio de Salud y la dirección del Hospital Psiquiátrico, de solicitar que dos profesores soviéticos dicten un “curso de perfeccionamiento”, a fin de introducir la “concepción reflexológica” y para “contrarrestar” la formación de los psiquiatras cubanos, “basada en distintas escuelas idealistas”.
Estas conferencias, impartidas por I. T. Victorov y por D. W. Isaiev y más tarde recogidas en libros, no comenzaron hasta 1963. Entre tanto se efectúan otros cambios no menos radicales: clausura de Archivos de la Sociedad Cubana de Psiquiatría y Neurología, publicados con regularidad desde 1946; reaparición en enero de 1962 de la Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana (ahora de gran tirada), con un editorial que ensalza partidariamente el tratamiento por medios químicos; viaje a la URSS de una comisión integrada por Bernabé Ordaz, Leopoldo Araujo, Armando de Córdova, J. Abdo Canasí y José A. Bustamante para adquirir nuevas experiencias; ajustes en los planes de estudios que incluyen ahora a la psicología médica como asignatura, y a propósito de lo cual se orienta la traducción el manual de Semionov, etc.
Así que cuando se declare a mediados de 1963, en una mesa redonda celebrada en el Hospital Psiquiátrico, y en el curso de las conferencias dictadas por Victorov e Isaiev, a la reflexología pavloviana como doctrina oficial de la psiquiatría en Cuba (ver Anexo), ya había progresado notoriamente su sovietización.
Información relacionada: Prevención y asistencia psiquiátrica en Cuba.

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