Por: Ana Leonor Díaz.*
LA HABANA, Cuba, abril 2008 - Llegué rabiando de dolor a la clínica dental de 15 y 18 que, como las otras cuatro del Vedado, fueron reinauguradas hace apenas dos años después de un cierre de seis años por falta de recursos.
Mi visita fue un gran fiasco, pues la clínica dental, con sillones chinos, está prácticamente cerrada por falta de agua, guantes e incluso anestesia. La limpieza de los depósitos para escupir mientras se trabaja, deja mucho que desear, y son evidentes las huellas de anteriores pacientes que por allí pasaron.
La médica que me atendió parecía haber aterrizado de otra galaxia: lleva dos meses de trabajo allí y no sabía, por milagro de la burocracia, que el régimen ya no obliga a los ciudadanos a comprar los medicamentos en una farmacia determinada. Tampoco sabía que el calmante que me recetó, duralgina está ausente en todas las farmacias del Vedado, según me contó una empleada de la botica donde compro habitualmente.
Y eso, a pesar del programa televisivo Mesa redonda, donde altos funcionarios de la industria farmacéutica aseguraron que la producción y distribución para todo el país de todos los medicamentos básicos, más de 300, estaba garantizada. Es cierto que no especificaron cuándo ni qué país, pues es conocido que los más de 30 mil médicos cubanos que el gobierno manda a trabajar al exterior viajan con abundantes provisiones médicas para regalar.
No debe extrañar por tanto el cartel que una señora entrada en años colocó a la puerta de su vivienda hace unos años: "Me quiero mudar para Venezuela", pues en el país donde nació aún no se había podido beneficiar de la llamada "operación milagro" que el gobierno cubano aplica en toda América Latina y el Caribe, donde unas cien mil personas, dicen las cifras oficiales, fueron operadas de enfermedades de la vista como cataratas.
Ahora está ocurriendo el milagro nacional, pues la presión popular obligó al régimen, hace ya unos tres años, después de la protesta de la ocurrente anciana, a realizar una pesquisa para determinar cuántos eran los afectados.
Pero resulta que sólo en la provincia Granma, en la zona oriental del país, han sido operados más de un centenar de personas aquejadas no sólo de cataratas, sino de otra que también provoca ceguera, como el pterigium, que se distingue por una carnosidad en la parte exterior del ojo.
Recientemente, el Director del Hospital oftalmológico nacional Pando Ferrer, que la población sigue llamando Liga Contra la Ceguera, anunció que la operación milagro para los cubanos se extenderá en las próximas semanas a Matanzas, Pinar del Río y Cienfuegos, pues se abrieron centros especializados de operación. Ya en Bolivia, constructores cubanos habían ayudado a levantar, en pocos meses, 21 hospitales financiados por Cuba, la Potencia Médica del mundo, como dice la propaganda oficial.
*Periodista independiente cubana.
LA HABANA, Cuba, abril 2008 - Llegué rabiando de dolor a la clínica dental de 15 y 18 que, como las otras cuatro del Vedado, fueron reinauguradas hace apenas dos años después de un cierre de seis años por falta de recursos.
Mi visita fue un gran fiasco, pues la clínica dental, con sillones chinos, está prácticamente cerrada por falta de agua, guantes e incluso anestesia. La limpieza de los depósitos para escupir mientras se trabaja, deja mucho que desear, y son evidentes las huellas de anteriores pacientes que por allí pasaron.
La médica que me atendió parecía haber aterrizado de otra galaxia: lleva dos meses de trabajo allí y no sabía, por milagro de la burocracia, que el régimen ya no obliga a los ciudadanos a comprar los medicamentos en una farmacia determinada. Tampoco sabía que el calmante que me recetó, duralgina está ausente en todas las farmacias del Vedado, según me contó una empleada de la botica donde compro habitualmente.
Y eso, a pesar del programa televisivo Mesa redonda, donde altos funcionarios de la industria farmacéutica aseguraron que la producción y distribución para todo el país de todos los medicamentos básicos, más de 300, estaba garantizada. Es cierto que no especificaron cuándo ni qué país, pues es conocido que los más de 30 mil médicos cubanos que el gobierno manda a trabajar al exterior viajan con abundantes provisiones médicas para regalar.
No debe extrañar por tanto el cartel que una señora entrada en años colocó a la puerta de su vivienda hace unos años: "Me quiero mudar para Venezuela", pues en el país donde nació aún no se había podido beneficiar de la llamada "operación milagro" que el gobierno cubano aplica en toda América Latina y el Caribe, donde unas cien mil personas, dicen las cifras oficiales, fueron operadas de enfermedades de la vista como cataratas.
Ahora está ocurriendo el milagro nacional, pues la presión popular obligó al régimen, hace ya unos tres años, después de la protesta de la ocurrente anciana, a realizar una pesquisa para determinar cuántos eran los afectados.
Pero resulta que sólo en la provincia Granma, en la zona oriental del país, han sido operados más de un centenar de personas aquejadas no sólo de cataratas, sino de otra que también provoca ceguera, como el pterigium, que se distingue por una carnosidad en la parte exterior del ojo.
Recientemente, el Director del Hospital oftalmológico nacional Pando Ferrer, que la población sigue llamando Liga Contra la Ceguera, anunció que la operación milagro para los cubanos se extenderá en las próximas semanas a Matanzas, Pinar del Río y Cienfuegos, pues se abrieron centros especializados de operación. Ya en Bolivia, constructores cubanos habían ayudado a levantar, en pocos meses, 21 hospitales financiados por Cuba, la Potencia Médica del mundo, como dice la propaganda oficial.
*Periodista independiente cubana.
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