miércoles, febrero 27, 2008

La Medicina en Cuba: ¿Baluarte o renglón exportable?

Secuelas de un baluarte
Por: Odelín Alfonso Torna. *
LA HABANA, Cuba, febrero 2008 - Hanoi David Alfonso Cué no ha podido sentir el calor de su madre, Maite Cué González, quien permanece hospitalizada desde que dio a luz, el día 4 de enero, por el método quirúrgico conocido como cesárea. La operación se realizó en el Hospital Nacional, ubicado a quince kilómetros de su lugar de residencia, en el municipio capitalino Arroyo Naranjo.
Maite es una mujer recién parida de 33 años. Se complicó debido a un cuadro infeccioso. Su vientre no fue limpiado debidamente por el equipo médico a cargo del doctor Lozano.
Dunia Pavón llegó el 16 de octubre de 2007 al Hospital Materno Infantil Hijas de Galicia, en el municipio capitalino Diez de Octubre, con un fuerte dolor en su vientre.
Al no recibir los primeros auxilios, tomó el ascensor por sus propios medios. En la trayectoria hacia la sala de pre parto, nació la criatura. Dunia desconocía que horas antes de su llegada al hospital la criatura había fallecido por falta de oxígeno.
Se trata de dos casos que me tocaron de cerca en la extensa lista de mujeres víctimas del deficiente servicio que presta el sistema de salud cubano. Nadie puede imaginar lo que se esconde detrás de los índices de mortalidad infantil, baluarte de la Medicina cubana.
Primera negligencia: la irresponsabilidad del caso comienza cuando el 6 de enero Maite Cué fue dada de alta en estado febril.
El asunto tocó fondo el 10 de enero. Maite Cué presentó un cuadro hemorrágico, con coágulos de sangre que brotaban de su incisión abdominal. Es remitida con urgencia al salón de pre parto del hospital Nacional. El alarmante resultado de un hemograma realizado a la paciente condujo a una transfusión de sangre inmediata.
El día anterior (9 de enero), en el banco central del Hospital sólo existían 16 bolsas de sangre de 500 mililitros cada una, según una técnica de laboratorio que prefirió no revelar su nombre a este reportero. El director del centro convocó a una reunión urgente con el subdirector y algunos miembros de la provincia para dar solución al problema.
Segunda negligencia: el equipo médico que la recibió optó por controlar la hemorragia en lugar de otra intervención quirúrgica como corresponde en estos casos.
Familiares de la paciente y parte del personal que atendía el caso mostraron su inconformidad.
Diez días después, el 20 de enero, Maite Cué es intervenida quirúrgicamente por segunda ocasión, debido a varios accesos en la cavidad abdominal que le provocaron una sepsis generalizada profunda. Inmediatamente se le practicó una histerectomía total (extirpación de útero, trompas y ovarios), también a cargo del doctor Lozano y dos cirujanos de la provincia que se interesaron por el caso.
La joven fue trasladada a la sala de terapia intensiva del propio Hospital. Estuvo reportada en estado crítico desde el 20 hasta el 29 de enero.
Hasta la fecha, Maite Cué sigue presentando un cuadro febril agudo. Se especula sobre una posible septicemia. Lo cierto es que la infección no cede ante los antibióticos de amplio espectro. Los médicos no dan un veredicto sobre el caso, tratando de evadir las preguntas de los familiares.
Nadie sabe cuál será el destino de Maite Cué, ni quiénes son los responsables del caso. La medicina cubana dejó de ser un baluarte para convertirse en un renglón exportable con más de 37 000 colaboradores en el exterior.
Hanoi David Alfonso Cué cumplió un mes de nacido el 4 de enero. El pequeño permanece al cuidado de este reportero, quien junto a su esposa, Jacqueline Cutiño Leite, conservan la esperanza de un reencuentro con su madre.
*Periodista independiente cubano.

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