Viví y crecí en Cuba entre sobresaltos y Revolución.
Aquella desventurada década de los sesenta trajo a mi país una ideología que
prometía el paraíso en la tierra y apostaba por una vida plena para todos, en
tanto que; todos ya éramos iguales o aspirábamos a eso. Un viento de renuevo
nos alcanzó y una luz cegadora nos irradió de verdad , amor incondicional y esperanza en
un futuro que repetían ; era con todos y para el bien de todos. Era casi
seguro que teníamos que dar gracias a la Revolución que traía vida y vida en
abundancia.
Pero la gente moría y no aparecía lo que decían las
nuevas buenas; y el cielo se cerraba y la porfía nos ahogaba en un disparatado
escenario de solaz impiedad y un empachado entretenimiento de masas. Vivíamos
en una agitación de presunciones y falsedades ; pero sobre todo una ausencia de
vivir que nos aqueja hasta el presente.
Es así como me levanto en este país donde vivo porque
me dicen que “ha ganado la vida” y corro a enterarme que ha pasado. Leo
rápido.
Con una votación de cinco votos a favor y cuatro en contra, la Corte
Suprema de los Estados Unidos revocó el fallo Roe vs. Wade de 1973, el cual
garantizaba las protecciones constitucionales federales del derecho al aborto.
El fallo de la Corte se produce luego de que el pasado 2 de mayo se filtrara un
documento preliminar de la sentencia, el cual adelantaba la decisión de la
Corte para devolver la potestad a cada estado del país.
Mas abajo leo una opinión y entonces me dicen que el
país que me ha dado acogida es un ‘’país del fundamentalismo cristiano más
rancio y patriarcal, machista, racista y homófobo”.
Venían diciendo que la revocación de la Ley originaria
una “revolución civil” y los actos de repudio a los miembros de la Corte
Suprema de Justicia de los EE. UU. sucedían a diario. Hoy se esperan
manifestaciones multitudinarias y la sede de la Corte esta blindada previendo
un asalto.
Desde que llegué a este país vengo observando, entre
otras polémicas, la de los proabortistas y los provida. No es una simple
polémica amparada en la libertad de expresión, sino que es una dedicación a la
violencia y el ataque irracional.
He estado todo el día pensando , no en esta mi
realidad sino en otra.
Soy médico y cristiano (esto último así lo creo, pero
me lleva tiempo de oración y eventualmente hasta jornadas de ayunos), de lo
primero dan fe mis más de 30 años de práctica en Cuba , Nicaragua y México.
Pues bien, ¿saben que ha venido a mi mente en medio del fragor de la lucha de
hoy entre abortistas y próvidas? , lo que me dijo un médico residente de
ginecobstetricia en el Hospital V I Lenin de Holguín; cuando había terminado su jornada diaria en
la sala de legrados y apuraba una taza de café en mi consulta de Oncología: “Estoy
que hago los legrados (abortos) hasta con la patas de mis espejuelos”
Así de simple y perturbador es esta práctica en Cuba,
donde nunca ha ganado la vida.
Es en este punto donde concuerdo que, ese nunca fue
tema en Cuba dentro de los preceptos morales, religiosos e ideológicos. La
narrativa provida de los profesionales , los religiosos y los ideólogos estaba
ausente de todo análisis y de toda culpa; aun los que nunca participamos, en razón de nuestro trabajo, de tales
prácticas.
De mi parte solo les digo o les pido…, quien sabe : PERDON.
Dr. Eloy A
Gonzalez. junio 24, 2022
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