Por: Eloy A Gonzalez.
Hace unos días
una noticia agitaba a la opinión colectiva en este estremecido y no poco paradójico
mundo. Ya estábamos sorprendidos por las
noticias que nos llegaban de Afganistán donde, al decir de un conocido
periodista español: “Nos ha echado de allí, a la carrera, una banda de cabreros malolientes
con fusiles kalashnikov”. Y no poco ha sido esto, los talibanes andan desenfrenados;
celebrando su victoria y comenzado los desmanes y ajustes de cuentas. Acarreando
el abundante equipamiento que les dejaron los militares norteamericanos a modo de donación y a cuenta
de los contribuyentes. Ya veremos cómo aprovechan estos recursos los
terroristas que se han cargado todo un país y se aprestan a gobernar con mano
de hierro.
El problema se va haciendo más trivial porque las gentes, confundida como
están, ya no piensan en lo que significa una miríada de barbaros que se han
hecho de un país; sino de alguna que otra anécdota que interesa a no pocos.
Veamos…,
Esto dice un periodista iraní porque decenas de perros
han sido abandonados en el corre- corre por salir lo más rápido
posible de Afganistán: “Acabo de
escuchar la triste noticia de que a decenas de perros del servicio de EE. UU.
que estaban bajo el cuidado de un centro de rescate de animales en Kabul no se
les permitió ser evacuados por las Fuerza Aérea estadounidense. Todos fueron
dejados en jaulas en el aeropuerto de Kabul para ser asesinados por los
talibanes ya que desde su punto de vista los perros son pecado”. Los
talibanes están muy atareados matando gente para dedicarse, al menos ahora, a
matar perros. Pero viene al cuento que, la preocupación de la mayoría en las
redes en las redes es este criminal abandono, que lo es, de perros. Esto en un
país en manos de criminales que pueden dar cuenta de las gentes sin
miramientos. Esta tropa de perros tenía
papeles, pero no podían entrar a los EE. UU..
¿Nos preocupan los perros? dicen en las redes muchos.
Les pregunto: ¿y los norteamericanos que quedaron detrás? , ¿y los afganos que colaboraron con las
tropas de la OTAN? , ¿y los afganos que
hicieron casos omisos de las draconianas regulaciones de los terroristas por
años?, ¿y las mujeres que comenzaban a liberarse de las ataduras de las
perversas leyes de la Shaira bajo los talibanes?, ¿y las jóvenes que decidieron estudiar y ser parte de un sistema de
educación más humano e inclusivo?. Los perros si son motivo de preocupación en
las redes sociales, pero ¿y los afganos y, sobre todo, las mujeres y niñas
afganas?.
El asunto anda entre perros y mascotas en general. Porque
cualquier cosa puede ocurrir cuando de decisiones apresuradas y erróneas se
trata; en este turbio suceso que ha sido la salida de Afganistán.
Aquí viene otra de perros.
En medio del caos, la muerte y la avalancha de personas
tratando de salir, a como diera lugar de Afganistán; un exsoldado británico
dedicado, eso sí, a la protección de los animales; ve el momento oportuno para
ocuparse, no de la gente que huía despavorida, sino de perros y gatos que no
podían quedarse atrás…, la gente sí como veremos.
Aunque muchos apoyaron el esfuerzo, que Farthing
bautizó como “Operación Arca de Noe”, otros se irritaron porque, a faltar
pocas horas para el final de la operación de evacuación del Reino Unido; se
estaba gastando tiempo y recursos en sacar a los animales, en lugar de las
personas del país.
La polémica estaba servida, los partidarios animalistas
terciaban en las redes mientras que otros se preguntaban si era vergonzoso
sacar a los animales y dejar atrás a las personas que quedaban a merced de los
talibanes. Al final, la operación Arca tuvo que sortear muchos obstáculos porque, la carga de 140 perros y
60 gatos era muy valiosa y contaba con recursos, protección y prensa…, mucha
prensa.
De manera que, los voluntarios pasaron los controles
de los talibanes que llegaron a disparar, pues dicen que a estos no les gustan
los perros y mascotas. Lograron entrar al aeropuerto que ya estaba cerrado para
miles de personas. Empleados y animales entraron hasta el perímetro del aeropuerto
donde, los soldados norteamericanos rechazaron los papeles, es decir pasaron a
ser indocumentados. Cuando parecía que todo estaba perdido muchas voces
se alzaron y grupos de presión actuaron.
El ministro de defensa del Reino Unido aprobó la evacuación
de perros y gatos, sin importar los miles de afganos y extranjeros que,
desesperados, aguardaban para salir. Gestiones privadas permitieron que se
fletara un Airbus y llegara a Kabul donde 160 perros, 60 gatos y 68 empleados
de la ONG aguardaban para abordarlo, y así lo hicieron. Finalmente llegaron al
Reino Unido, los perros, los gatos y el personal de apoyo de la ONG.
Los soldados ayudaron a Pen Farthing a cargar a sus
animales en el avión, además de 125 kilos de comida para mascotas, 72 latas,
270 litros de agua, 12 rollos de papel de tamaño industrial y 20 botellas de
desinfectante. El avión viajó sin los 24 empleados afganos y con "asientos vacíos".
También quedaron el Kabul: 150 británicos y 1100 colaboradores afganos …, pero
eso sí, los perros y gatos viajaron incluso con servicio de comidas incluido, y
en condiciones de seguridad mejores que los que intentaron sin éxito
subirse en los aviones que
despegaban o viajar en el tren de
aterrizaje.
Dicen que los animalistas están de plácemes por el
éxito de la operación “Arca de Noe”, enhorabuena. Hoy los perros tal vez
pasean por Londres, en tanto que, en Kabul los perros “americanos”
enjaulados no han corrido la misma suerte. Como tampoco miles de extranjeros y
colaborados afganos y sus familiares que no pudieron salir y tal vez nunca
salgan de Kabul.
8.31.2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario