Confesiones
de un médico cómplice
Dr Eduardo Herrera. |
Por:
Dr. Eduardo Herrera Durán.*
A
diario, los médicos en Cuba nos convertimos en cómplices del sistema que impera
en la Isla. En la mayoría de los hospitales y otras instituciones de salud, se
violan las normas establecidas en cuanto a atención a los pacientes.
Callamos,
a pesar de conocer las consecuencias de no contar con suficientes materiales y
equipos. Nos hacemos partícipes de la gran mentira en que se ha convertido el
Sistema de Salud, y lo hacemos a sabiendas de que no es correcto.
Las
dificultades más comunes que enfrentamos en nuestro bregar diario son (y para
enumerarlas me apoyo en mi experiencia como cirujano en el Hospital
Universitario Calixto García Íñiguez), la falta de una climatización adecuada,
instrumental médico, material de suturas y otros, lo cual impide que las
operaciones se realicen con la calidad requerida.
Asimismo,
no siempre se realizan los controles epidemiológicos necesarios, como son los
cultivos de bacterias, cuyas muestras deben tomarse en salas y salones para confeccionar
el mapa epidemiológico del Hospital y que el tratamiento con antibióticos sea
efectivo.
Los
galenos, tratamos de resolver todas estas situaciones, sin hacer reclamos
serios a la administración.
Otra
dificultad relevante se aprecia en la estructura constructiva de los edificios
(continuamos refiriéndonos al citado Hospital), pues a pesar de las
reparaciones realizadas, la calidad de las mismas resulta deficiente.
Hospital Universitario Calixto Garcia |
Existen
salas que cuentan con dos plantas y carecen de ascensores, obligando a pacientes
y otros impedidos a subir por las escaleras. Y aunque los camilleros hacen su
máximo esfuerzo, al trasladar a algunos de los afectados con sobrepeso, en
muchas ocasiones afectan su propia salud y la de los dolientes.
Según
referencia de otros colegas, en los hospitales donde laboran, la situación
higiénica y constructiva es aún más grave. Tal es el caso del Hospital
Clínico-Quirúrgico Joaquín Albarrán, (Calle 26 y Ave. Boyeros), así como el
Freyre Andrade (antiguo Emergencias, Carlos III, esquina a Hospital), están
recibiendo casos con síndromes febriles (Dengue, Chikungunya, Paludismo), y sus
salas están abarrotadas.
Estas
dificultades, y muchas otras que de enumerarlas harían demasiado extenso el
presente artículo, son observadas a diario por nosotros, que al callar nos
convertimos en cómplices.
El
temor o la apatía nos han convertido en observadores pasivos, a pesar de la
sensibilidad y los principios que reclama nuestro trabajo. Dejarse arrastrar
por campañas políticas, en detrimento del ser humano, es injustificable.
*Médico
especialista en Cirugía del Hospital Universitario Calixto García, radica en la
Ciudad de la Habana y sus notas pueden ser leídas en distintos sitios de
internet sobre temas cubanos.
Fuente:
Hablemos Press
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