El tenebroso carnicero de San Martín.
Cerca de 3 mil 800 operaciones dice haber realizado al aire libre, sin
que al parecer se presentara allí un inspector
Por: José Hugo Fernández.*
Un pobre diablo, semianalfabeto e ignaro total en medicina (a juzgar
por el modo en que se expresa), interviene quirúrgicamente a miles de personas
usando como único instrumental un rústico cuchillo de cocina y, desde luego,
sin las más elementales condiciones sanitarias en el sitio en que lleva a cabo
su carnicería.
Escalofriante resulta verlo clavando el cuchillo en los ojos, el
cuello, el vientre o la columna vertebral de sus pacientes/víctimas, mientras
explica, con pedestre jerga, que el espíritu de un antiguo muerto es quien
dirige sus operaciones quirúrgicas, para las cuales utiliza como anestésico una
mezcla de perfume, ron, cebolla y alcohol, cuya fórmula, según él, también le
fue dictada por el muerto.
Preparandose para operar |
Se trata de un curandero de la oriental provincia cubana de Ciego de
Ávila, cuyos “milagros” ven boquiabiertos los habaneros por estos días, a
través del documental “El
‘médico’ de San Martín” (Fe y misterio o el misterio de la fe), filmado por
una productora independiente, subido a Youtube y que –debido a nuestra falta de
acceso a internet- circula en Cuba de mano en mano en soporte de memoria flash.
El carnicero en cuestión (no parece ser un estafador, pues asegura que
no cobra nada por sus servicios) se proyecta como una especie de chamán
criollo. La gente hace largas colas para ser atendida por él, y no sólo los
lugareños del batey San Martín, en el municipio Primero de Enero, que es donde
ejerce, sino de toda Cuba, e incluso del extranjero, de acuerdo con lo que se
asegura en el documental.
Cerca de 3 mil 800 operaciones dice haber realizado al aire libre, sin
que al parecer se presentara allí un inspector o cualquier otra autoridad para
exigirle que muestre sus credenciales como profesional de la medicina. Es algo
verdaderamente insólito, si tenemos en cuenta la implacable persecución y el
riguroso tratamiento que debe enfrentar cualquier cubano cuando apenas intenta
vender tamales o maní tostado o aguacates, sin la correspondiente licencia.
En plena operacion abdominal. |
¿Quién es realmente este hombre y qué misterio le rodea para que las
activas fuerzas represivas del régimen hayan pasado por alto durante largo
tiempo el grotesco espectáculo de sus “curaciones”? A juzgar por lo que afirma
una de las paciente/víctimas, hace 19 años que él la operó de un riñón. De modo
que el asunto tiene ya larga data. Y él mismo asevera que desde los hospitales
de las ciudades de Morón y de Ciego le remiten pacientes desahuciados por sus
médicos.
Al inicio del documental se advierte que éste no es apto para las
personas sin fe. Pero no creo que sea por falta de fe, o de tolerancia, o de
respeto ante el ejercicio del libre albedrío de las personas, por lo que uno se
escandaliza ante lo que está ocurriendo en el batey San Martín. Chamanes,
charlatanes, curanderos, espiritistas y fanáticos de toda laya nunca han
faltado en Cuba y en todos los rincones de la Tierra. Y por supuesto que tienen
su derecho a existir, del mismo modo que a sus seguidores les cabe el derecho
de no ser molestados.
En una operacion ocular. |
Pero las leyes de este mundo presuntamente civilizado establecieron
desde hace mucho que el derecho a ejercer la libre voluntad cesa para un ser
humano justo cuando viola los derechos de otro ser. Y no podríamos negar con
seriedad que, aun cuando ellos mismos lo ignoren, esos fanáticos
pacientes/víctimas del carnicero de San Martín tienen derecho a que sus
enfermedades sean atendidas por auténticos especialistas, con dominio de los
adelantos médicos que resultan propios de la época, y no por un gárrulo
ignorante, que –supongamos que con la mejor intención- les agrede salvajemente,
cuchillo en mano.
¿En esto tuvo que venir a parar el mito de la potencia médica cubana?
Hoy suele decirse que nuestra isla está tocando fondo dentro del espectro de
los peores países del llamado Tercer Mundo. Casos como el de San Martín lo
demuestran. Y hasta sugieren que inauguraremos el Cuarto Mundo, con
perspectivas para el Quinto.
*Escritor y periodista independiente. Edita el Blog personal El Vagón Amarillo. Fuente:
Cubanet. Las fotos fueron tomadas del documental.
A continuación incluimos aquí el documental, El medico de San Martin,
con la finalidad de completar toda la información.
Yo vi el documental, pero en ningún momento el cuchillo penetra o hace el más minimo corte en parte alguna del tejido, por lo tanto no brota la sangre y por lo tanto no podrán ver ningún pedazo de tela , algodón, turunda o similar manchado de sangre. Este supuesto Santero lo que hace es encubrir en su dedo la punta punta del cuchillo y hundirlo y moverlo en la parte blanda donde se encuentra el mal. Por tal razón cuando termina con ese show, no queda ni siquiera un corte del tejido o huella alguna. Lo que queda es la molestia del oprimir el cuerpo.
ResponderEliminarExactamente!
EliminarDonde se ubican Iván los santeros cubanos en el DF ?
ResponderEliminarO chamanes ,los babalao
ResponderEliminarNo penetra el cuchillo no corta, no hay sangre, lo tapa con el paño rojo. Lo que no se es como llegan estos pacientes a su médico de familia o especialista, o no van más, porque si alguien tenía un quiste en un riñón diagnosticado por ecografía, qué pasa que luego de que este señor le operen, en otra ecografía sale que ya no hay quiste? Eso no lo entendí bien
ResponderEliminarComo podemos hablar con el
ResponderEliminarComo me comunico desde Estados unidos para un familiar en cuba
ResponderEliminarQue paso con el. Medico estamos 2019 sigue operando o se retiro me. Llama. Mucho la. Atención este caso
ResponderEliminarEn Mecico operaba Pachita y después su hijo Enrrique ambos ya falleciero. El Dr Jacobo Grinberg Z. Psicologo de la UNAM escribió al respecto dos libros
ResponderEliminarEs dmirable
ResponderEliminarBuenos días mi gente como yo lo puedo contactar
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