lunes, junio 03, 2013

Salud publica en Cuba…, el mito y la realidad.

La Habana, 2 de Junio.- Uno de los mitos más celosamente manipulados, a lo largo de los más de 50 años de tiranía es, sin lugar a dudas, el mito de la potencia médica; que junto a otras gratuidades infecundas conforman el patrimonio mezquino de la fracasada “revolución redentora”.
Durante casi 30 años, toda la vida social y económica del país estuvo sostenida  por el bolchevismo totalitario de los sóviets.
Los sepultureros de la democracia no fueron capaces de crear una sola fuente de riqueza, ni generar un ápice de desarrollo sostenible; la prueba de ello, salió a flote con su dedo acusador cuando se vino abajo la ideología ruinosa del poderoso imperio del socialismo mundial.
Los planes quinquenales –donde se insertaban como parásitos privilegiados la Salud Pública y la educación- quedaron arrinconados en la historia como una mueca burlona de la decadencia.
Lo que quedó del Hospital Lebredo despues del Periodo Especial.
El comunismo cubano, se quedó sin argumentos para convencer, y la única motivación de su existencia es tratar de no morir ajusticiado.
La atención médica siempre fue deficiente; los grandes espectáculos de la ciencia cubana, siempre han estado reservados para mantener en cartelera la imagen teatral de una salud pública benefactora.
Cuando el ciudadano común solicita los servicios médicos preventivos, se encuentra con el desgano de profesionales mal pagados que tienen que trabajar limitados por la falta de recursos. Los hospitales, más allá de los retoques cosméticos de sus fachadas, son auténticos tugurios medianamente dispuestos para ofrecer algunos deficientes primeros auxilios.
Un profesional, que estuvo vinculado al sector de la salud en el nivel central,  aceptó responder algunas preguntas, siempre que no se revelara su identidad.
Según nuestro entrevistado, la única prioridad del gobierno, respecto a la atención médica,  “es mantener activado un programa de emergencias para eventualidades extremas; el resto, es utilizar los hospitales y centros asistenciales como campos de entrenamiento y experimentación para estudiantes y graduados latinoamericanos”.
Es bochornoso” –continuó-; “bochornoso y lamentable, que un país como Cuba, que exporta miles de médicos hacia los lugares más distantes, y en condiciones -muchas veces- extremadamente difíciles, haya delegado más del 60% de la atención médica regular en manos de estudiantes y recién graduados extranjeros sin ninguna experiencia”.
Sin embargo” –aseguró-, “para no apartarnos ni un mínimo de la verdad, hay que reconocer que no todo está mal. A pesar de la incapacidad estatal para proveer los recursos necesarios para el buen desempeño del ejercicio médico, se debe destacar la calidad humana de una gran parte del personal cubano que labora en el sector de la salud; ellos, son los que soportan -con su fardo de miserias cotidianas- todo el peso de la escases y la ineficiencia generadas –sobre todo- por la indolencia y la corrupción de la dirigencia política”.
Uno de los ejemplos que mejor ilustra el contraste, son los (CMF), Consultorios del Médico de Familia (la mayoría en estado deplorable), un programa de atención primaria  para el cubano simple, que la falta de recursos y el burocratismo estatal han convertido en centros de control estadístico sin capacidad ni condiciones materiales para satisfacer la más elemental de las urgencias; sin embargo, el desempeño humano del personal profesional que labora en estos centros logran llenar el vacío que dejan la escases de recursos y medios, como consecuencia del enorme desamparo estatal.   
Ada Lidia, una enfermera con 15 años de experiencia, confesó estar obstinada, por tener que justificar constantemente los incumplimientos en la entrega de resultados de chequeos médicos, o los cierres temporales del consultorio por falta de agua, o la imposibilidad de aplicar simples inyecciones por carecer de fluido eléctrico y no poder esterilizar el instrumental necesario.
Imagínese” –nos comentó- “que grado de indigencia laboral estamos padeciendo, que este consultorio ha estado hasta 11 días sin energía eléctrica, por habernos pasado en el consumo que tenemos asignado.
Un auténtico desastre, digno de la incapacidad de quienes nos gobiernan -concluyó.
Tengamos fe que sea cierto -y se cumpla-, lo que postula el viejo proverbio: “Nunca es más oscura la noche que cuando está amaneciendo”.
*Ernesto Aquino Montes, Periodista Independiente. Poeta y Editor del Centro de Información Hablemos Press (CIHPRESS). Dirección: Calle Bella Vista No 753 Bajo, entre Vía Blanca y Santa Lutgarda, municipio Cerro, La Habana. Tel: 5 381 91 11. Email: aquino.liberyvid@gmail.com.

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