Por:
Pablo Pascual Méndez Piña.*
LA
HABANA, Cuba, abril, 2012 -El pasado 26 de marzo, la directora general de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), doctora Margaret Chan, llegó a La
Habana procedente de Ginebra, Suiza.
Desde el
aeropuerto, sin visitar un sólo hospital o policlínico comunitario de La
Habana, la directiva declaró a la prensa oficialista que: “En Cuba hay una
salud gratuita y de calidad”.
En su
breve periplo por La Habana -que coincidió con la visita del Papa-, la
directora general de la OMS encabezó la reunión sobre políticas globales,
y visitó el centro de ingeniería
genética y biotecnología, donde: “Quedó asombrada y complacida”, según una nota
de Cubavisión.
Antes de
partir a Ginebra, Margaret Chan se reunió con el vicepresidente José Ramón
Machado Ventura, el director regional de su organización y el Ministro cubano
de Salud Pública.
Aunque
los servicios de la OMS son de carácter orientativo y técnico, también
contemplan la recogida y difusión de información sobre epidemias. Pero al
parecer, la señora Chan ignora que, en Cuba, los medios oficiales ocultan la
propagación del Dengue hemorrágico y las alarmantes condiciones
higiénicos-sanitarias de las comunidades.
La
prensa oficial sólo divulga la aplicación de algunas medidas profilácticas para
evitar la proliferación del mosquito Aedes-aegypti. Entretanto, las cifras de
enfermos y fallecidos permanecen censuradas.
La
directora general de la OMS salió del aeropuerto José Martí con un cuadro
original, obsequiado por la artista plástica Flora Font, con y la embriaguez
que le causaran las estadísticas oficiales, que colocan a Cuba -según la
opinión de esta importante funcionaria- entre los países más notables del mundo
en la rama de la salud.
En la
misma semana, se efectuó el VIII Congreso Nacional de Gerontología y Geriatría,
“Geronter 2012”, efectuado en el Palacio de las Convenciones, donde se
reunieron más de 300 delegados de 10 países, para debatir sobre el incremento
de la longevidad humana.
En el
encuentro se incluyó la III Reunión Internacional sobre Enfermería Geriátrica,
con el fin de garantizar y satisfacer el mejor cuidado de los adultos mayores,
así como sus necesidades humanas.
Foto a la izquierda, un paciente en Cuba ingresado. Primavera digital.
Según
apuntan las estadísticas oficiales, en Cuba más de 1500 personas sobrepasan los
cien años de vida. Pero Rebeca Mestre, una jubilada de 65 años, residente en el
Vedado, lamenta que su madre, Juanita Herrera, de 99 años, no llegó a los 100.
A principios de marzo, Juanita fue ingresada en el hospital Manuel Fajardo, del
municipio capitalino de Plaza.
Hubo
errores en los exámenes y demoras para diagnosticarle una bronconeumonía, que
requería el suministro de antibióticos vía intravenosa. Tampoco se le hizo un
ultrasonido, debido a trabas burocráticas. Algunos enfermeros fueron
despreocupados y violaron el horario establecido para proveer los medicamentos.
Finalmente, Rebeca considera que su madre murió por indolencia en los servicios
médicos.
Por otra
parte, Maritza León, un ama de casa de 50 años, también vecina del Vedado,
quien cuida a su abuelita Francisca, una parapléjica de 95 años, indica que el
médico de la familia sólo va reconocerla una vez al año.
Francisca
presentó escaras en la región lumbar, hace 11 meses. Acudieron al consultorio
de la familia, y allí soslayaron el caso. Solicitó el favor de una enfermera
(hermana cristiana) para que la asistiera, de lo contrario la anciana ya habría
muerto. Cuenta que hace un mes, aproximadamente, comenzó a venir la paramédica
del consultorio de la familia para curarle las lesiones. “Viene una vez por
semana” -dice- pero resulta insuficiente”.
En el
policlínico le suministran material antiséptico para curar sólo las escaras.
Tuvieron que esperar dos años para que le alquilaran una cama plegable. También
Maritza se queja de que no asignan pañales desechables a precios subsidiados, y
cuenta que en las shopping el paquete cuesta 10 dólares (equivalente al 60% del
salario medio cubano). El Estado únicamente se responsabiliza con asignarle un
jabón de lavar y otro de baño al mes. Para concluir alega: “Los viejos se han convertido
en una carga indeseable para éste gobierno”.
Sin
embargo, los funcionarios de la ONU siguen embriagados de estadísticas
oficiales, y haciendo juicios en los aeropuertos, pero sin acercarse a los
hospitales del pueblo.
*Pablo
Pascual Méndez Piña. La Habana, 14 de mayo de 1956. En el año 1976 se graduó de
técnico medio en sistemas eléctricos industriales. Comenzó a trabajar en el
Ministerio de Minería, y matriculó en el Instituto Superior Politécnico José
Antonio Echeverría donde estudió un año. Fue llamado a filas para cumplir con
el Servicio Militar General, transferido de inmediato al Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas, donde trabajó como electricista. En 2005 comenzó a escribir y
participó en un concurso de las bibliotecas independientes, donde obtuvo una
mención.
Fuente: Cubanet.
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