Estos son negocios entre mafiosos, engañándose unos a otros a espaldas de ambos pueblos. Como es posible que Cuba con una escases y desabastecimiento crónico de medicamentos exporta al socio “bolivariano” productos farmacéuticos en número tal que supone un costo desproporcionado para Venezuela. Después tener que incinerarlos porque nunca llegaron a los servicios de Salud. (Foto EFE)
La información parte del Controlador general de Venezuela, controlador que parece que no controla nada. Dice entre otras cosas que:
Venezuela adquirió medicamentos procedentes de Cuba sin planificación alguna.
• Compró a Cuba medicamentos no requeridos por los centros de salud a nivel nacional.
• Adquirió medicamentos (a Cuba) pese a que las “existencias no justificaban nuevos pedidos”.
• No hubo supervisión respecto a la ejecución de contratos (firmados con Cuba), por parte del Servicio Autonómico de Elaboraciones Farmacéuticas de Venezuela (SEFAR).
• Entre 2008 y 2009 ese organismo (SEFAR) incineró 566.590 kilos de productos farmacéuticos cubanos caducados por una mala gestión en su manejo, generando además un costo 1,2 millones de bolívares .
• En los inventarios del SEFAR no consta referencia de lote ni el tipo de los medicamentos que fueron incinerados y se usa la palabra “varios” con la cantidad de kilos a quemar, además de no precisar su valor económico.
• Entre los medicamentos cubanos se encontró 27.000 “inyectadoras” con moho; malas condiciones de almacenamiento, demoras en la tramitación portuaria e irregularidades en la distribución de los productos cubanos .
• Hubo medicamentos cubanos que estuvieron almacenados “dos años y no fueron distribuidos” mientras que otros fármacos se perdieron porque no se mantuvo la cadena de frío.
• Llegaron desde la isla medicamentos que no se correspondían con los requerimientos y otros en mayores cantidades de lo solicitado
• Se recibieron productos cubanos a menos de nueves meses para su vencimiento cuando el margen exigido es de 18 meses, y retrasos en otros envíos.
Venezuela compra a un país donde la industria farmacéutica está colapsada como todo su sistema económico, medicamentos que no pasan un control de calidad. Paga por ellos en contratos que nadie ve ni examina, compra lo que no tiene que comprar y recibe lo que no tiene que recibir. Al final los medicamentos no llegan a los enfermos. En dinero va a parar a las arcas de Fidel Castro, los venezolanos de nuevo hacen el papel del bobo.
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