Así andan las cosas, en un arranque de internacionalismo proletario y de ayuda a los mas necesitados, el gobierno de Cuba, publicidad de por medio, entrega en el medio de un campo de maíz en la distante Bolivia una silla de ruedas para una persona que requería de esta. En cambio en La Habana, una cubana tiene que apelar a la Iglesia para solucionar una silla de ruedas y ahora apenas puede utilizarla porque le pide al gobierno solidario de Cuba que le procuren las gomas, esto es solo las gomas de las ruedas para que sea una silla de ruedas, “de verdad” como la que tiene la impedida física allá en Bolivia.
Aquí les dejo la información:
Por: Zoila Hernández Díaz, periodista independiente.
La Habana, 6 de abril de 2010 - Una vez más se demuestra al mundo la gran campaña política que lleva a cabo el poderío de los hermanos Castro, quienes mal gobiernan, engañan y militarizan la isla por más de medio siglo.
Todos los días en la emisión estelar del Noticiero Nacional de Televisión, presumen de hacer una gran proeza mediante las campañas de salud que llevan por todo el mundo. Específicamente en Bolivia, mostraron hace apenas dos semanas. La gran generosidad del gobierno y del pueblo cubano cuando en medio de un campo de maíz le entregaba una silla de ruedas a una impedida física. Tonterías, es solo eso, una campaña política para querer dar al mundo una imagen que no existe, para ganar un puesto en Ginebra, pero no se dan cuenta que ya nadie les cree, solo por eso temen a la Internet en Cuba.
Sin embargo aquí en plena calle 33 número 10438 interior entre 104 y 106 en el municipio capitalino de Marianao, vive Roraima Bello Batista, quien producto de una enfermedad perdió sus dos piernas a la altura de las rodillas, esta señora se mueve en una silla de ruedas que le consiguió un familiar suyo a través de una Iglesia y está agotada de pedir a las diferentes instancias del estado al menos las gomas a lo que le responden que no las poseen, que están en falta. Ahora Roraima se deambula por las calles con su silla vieja y deteriorada con su nieta en las piernas vendiendo javitas y lo que encuentra a manos para poder sobrevivir pues la chequera que percibe es solo de $ 147.00 y su hija está buscando trabajo y no lo encuentra en ningún lugar.
Nada, que por denunciar al mundo casos como este… nos quieren encarcelar. En resumen seguimos siendo candil de la calle y continúa el apagón en Cuba.
Foto: Roraima Bello en su silla de ruedas en La Habana.
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