Por: Eloy A González.*
Esta afirmación, así de sencilla encierra una decisión que renueva y desafía. Regreso a escribir mis habituales columnas de temas variados y lo hago después de un silencio que ocupa casi un año desde mi último artículo.
Es que llega el momento que uno entra en conflicto con uno mismo. De regreso de la muerte y sorprendido por la holganza, la desventura y la torpeza; nada mejor que sumergirse en el silencio sin esperar nada. Llegado lo que parece ser el justo tiempo, regreso a poner en apretado orden las palabras y los temores.
Ha sido eso sí, un silencio feraz del cual el único testigo es uno mismo. No hay espectadores en este drama, como no hay amigos..., ni enemigos. Ha sido un drama de silencios, deslealtades y complicidades muy difícil de interpretar.
Confieso que en los últimos meses he estado preocupado en la forma y los temas que debo de considerar a la hora de escribir. He tenido miedo y la consecuente aprensión a un exceso de cinismo que más que nada corroe y embrutece. No siempre es bueno hurgar en la carroña. El hedor por si solo paraliza. La escases de vida, la enfermedad y la precariedad conforman un escenario nada alentador.
Trataré de hacer dócil la palabra, para bien de los lectores. Usaré el mejor de los lenguajes para no asómbralos. En lo posible, haré uso de la información amable con que cuente. Dejaré a un lado, los lastres de los recelos, el encono, las deslealtades y la procacidad ruin. Siempre que me sea dable y éste pueda atenderme, consultaré con Dios.
Pondré a la consideración de mis lectores, el lenguaje neutro que alcance al entendimiento de muchos, dejando la vaguedad de las palabras y las expresiones enredadas que no todos llegan a comprender. En la medida de mis posibilidades trataré de que me entiendan.
Para aquellos que no faltan: los enemigos gratuitos; les aseguro que aún no he desarrollado completamente la capacidad del perdón. Ese perdón que no tiene sentido cuando la crueldad es perdurable y el ataque irracional. No voy a gastarme en escaramuzas pero tampoco esperaré tranquilo a que se viren y me despedacen. Presento batalla cuando lo crea y en el escenario que considere; entonces mi lenguaje se ajustara solo a los límites que imponga la decencia. Sepan que las lágrimas serán superadas por mi respuesta.
En este punto de inflexión, y como nada tengo. Me muestro compasivo y amable tanto como puedo ser iracundo e irreverente, siempre que lo crea conveniente. No tengo lealtades a quienes responder, ni alineaciones que me fuercen a pensar. No tengo esperanzas inmediatas, ni pasiones que me inhiban. Disfruto del sosiego de los días estériles y me sumerjo en las noches agradables del insomnio y los sueños. No cuento con la vida, así me resulta más fácil llevarla sin sobresaltos.
Aquí estoy de nuevo. La motivación a seguir colaborando y la certidumbre de que esta publicación periódica se verá enriquecida en los próximos días con una versión digital, crean una expectativa, - como siempre incierta-, pero interesante. Nada espero, nada admito y no asumo nada. Me apropio del deseo de escribir y eso hago.
Los lectores, que en nada han notado mi ausencia, encontraran de nuevo en ordenadas palabra de ser permisible, mis artículos sobre temas diferentes. También una serie de notas sobre temas de Salud y Medicina irán apareciendo siempre que se supere, el estereotipo de materiales que inundan las publicaciones periódicas y la Red; donde la Medicina basada en la evidencia y la charlatanería se dan la mano. Breves notas que digan a la gente en el mejor estilo coloquial algo de los cual están necesitado en los asuntos que conciernen a su Salud.
Estimados lectores, si son tan amables como lo han sido hasta ahora. No esperen nada novedoso, más allá de los habituales artículos que he venido escribiendo en los últimos años. Me dedicaré a ellos como bien conviene y estoy seguro que podrán encontrase con estos, - mis artículos de opinión-, y establecer la relación de conocimiento que ustedes consideren apropiadas.
A ustedes mis lectores, los de ayer y los de hoy, les dejo mis palabras.
©2009
* Médico Especialista de I Grado en Oncología, graduado de la Universidad de la Habana y del Instituto Nacional de Oncología respectivamente. Profesor Instructor de Farmacología de la Universidad de la Habana. Fue Asesor Nacional del Colegio Médico Independiente de Cuba. Columnista del Diario Digital Independiente cubano, NotiCubaInternacional .En la actualidad contribuye con artículos de opinión sobre Cuba en distintos sitios Web con temas de Salud y DDHH entre otros. Es columnista habitual del Periódico Panorama de Fort Worth, Texas, y sus artículos abarcan temas variados. En los últimos tiempos ha trabajado para la Secretaría de Salud del Estado de Tamaulipas en México y como Consultor para Gerson Lehrman Group. E-mail: eloy_gnzlz@yahoo.com
Esta afirmación, así de sencilla encierra una decisión que renueva y desafía. Regreso a escribir mis habituales columnas de temas variados y lo hago después de un silencio que ocupa casi un año desde mi último artículo.
Es que llega el momento que uno entra en conflicto con uno mismo. De regreso de la muerte y sorprendido por la holganza, la desventura y la torpeza; nada mejor que sumergirse en el silencio sin esperar nada. Llegado lo que parece ser el justo tiempo, regreso a poner en apretado orden las palabras y los temores.
Ha sido eso sí, un silencio feraz del cual el único testigo es uno mismo. No hay espectadores en este drama, como no hay amigos..., ni enemigos. Ha sido un drama de silencios, deslealtades y complicidades muy difícil de interpretar.
Confieso que en los últimos meses he estado preocupado en la forma y los temas que debo de considerar a la hora de escribir. He tenido miedo y la consecuente aprensión a un exceso de cinismo que más que nada corroe y embrutece. No siempre es bueno hurgar en la carroña. El hedor por si solo paraliza. La escases de vida, la enfermedad y la precariedad conforman un escenario nada alentador.
Trataré de hacer dócil la palabra, para bien de los lectores. Usaré el mejor de los lenguajes para no asómbralos. En lo posible, haré uso de la información amable con que cuente. Dejaré a un lado, los lastres de los recelos, el encono, las deslealtades y la procacidad ruin. Siempre que me sea dable y éste pueda atenderme, consultaré con Dios.
Pondré a la consideración de mis lectores, el lenguaje neutro que alcance al entendimiento de muchos, dejando la vaguedad de las palabras y las expresiones enredadas que no todos llegan a comprender. En la medida de mis posibilidades trataré de que me entiendan.
Para aquellos que no faltan: los enemigos gratuitos; les aseguro que aún no he desarrollado completamente la capacidad del perdón. Ese perdón que no tiene sentido cuando la crueldad es perdurable y el ataque irracional. No voy a gastarme en escaramuzas pero tampoco esperaré tranquilo a que se viren y me despedacen. Presento batalla cuando lo crea y en el escenario que considere; entonces mi lenguaje se ajustara solo a los límites que imponga la decencia. Sepan que las lágrimas serán superadas por mi respuesta.
En este punto de inflexión, y como nada tengo. Me muestro compasivo y amable tanto como puedo ser iracundo e irreverente, siempre que lo crea conveniente. No tengo lealtades a quienes responder, ni alineaciones que me fuercen a pensar. No tengo esperanzas inmediatas, ni pasiones que me inhiban. Disfruto del sosiego de los días estériles y me sumerjo en las noches agradables del insomnio y los sueños. No cuento con la vida, así me resulta más fácil llevarla sin sobresaltos.
Aquí estoy de nuevo. La motivación a seguir colaborando y la certidumbre de que esta publicación periódica se verá enriquecida en los próximos días con una versión digital, crean una expectativa, - como siempre incierta-, pero interesante. Nada espero, nada admito y no asumo nada. Me apropio del deseo de escribir y eso hago.
Los lectores, que en nada han notado mi ausencia, encontraran de nuevo en ordenadas palabra de ser permisible, mis artículos sobre temas diferentes. También una serie de notas sobre temas de Salud y Medicina irán apareciendo siempre que se supere, el estereotipo de materiales que inundan las publicaciones periódicas y la Red; donde la Medicina basada en la evidencia y la charlatanería se dan la mano. Breves notas que digan a la gente en el mejor estilo coloquial algo de los cual están necesitado en los asuntos que conciernen a su Salud.
Estimados lectores, si son tan amables como lo han sido hasta ahora. No esperen nada novedoso, más allá de los habituales artículos que he venido escribiendo en los últimos años. Me dedicaré a ellos como bien conviene y estoy seguro que podrán encontrase con estos, - mis artículos de opinión-, y establecer la relación de conocimiento que ustedes consideren apropiadas.
A ustedes mis lectores, los de ayer y los de hoy, les dejo mis palabras.
©2009
* Médico Especialista de I Grado en Oncología, graduado de la Universidad de la Habana y del Instituto Nacional de Oncología respectivamente. Profesor Instructor de Farmacología de la Universidad de la Habana. Fue Asesor Nacional del Colegio Médico Independiente de Cuba. Columnista del Diario Digital Independiente cubano, NotiCubaInternacional .En la actualidad contribuye con artículos de opinión sobre Cuba en distintos sitios Web con temas de Salud y DDHH entre otros. Es columnista habitual del Periódico Panorama de Fort Worth, Texas, y sus artículos abarcan temas variados. En los últimos tiempos ha trabajado para la Secretaría de Salud del Estado de Tamaulipas en México y como Consultor para Gerson Lehrman Group. E-mail: eloy_gnzlz@yahoo.com
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