El Dengue es un tema, y una endemia recurrente en Cuba. No hay año donde esta enfermedad infecto contagiosa no se haga presente en el quehacer del Cubano; una veces como advertencia de que debemos redoblar los esfuerzos de limpieza y otras porque en realidad se encuentra en curso una epidemia que en ocasiones se esconde y cuando no se puede esconder, porque las estadísticas como la realidad se niegan a ser negadas, pues la dan a conocer las autoridades políticas, no así las autoridades sanitarias que en estos asuntos pasan a un segundo plano.
En el Blog de Alberto Müller dice la información: Regresa la epidemia de dengue a Cuba. ¿Regresa?, el nivel de infestación siempre ha estado presente. Y agrega la nota:
Desde hace algunos días se conoce que en los hospitales de La Habana se han detectado casos de ‘dengue’.
Pero es el breve articulo del Blog Generación Y que toca el tema a partir de una picadura, que la bloguera sufrió, de manos o de agujón del mosquito Aedes Aegypti’; que es el vector que trasmite esta enfermedad y que nos ha acompañado en Cuba desde que el Morro era de palo. Dice la nota en cuestión:
Lo más llamativo de la presencia de esta enfermedad entre nosotros es la negativa oficial a informar del número de contagiados o a mencionar la palabra “dengue” en los medios informativos. Si vas al hospital con todos sus síntomas, recibes un tratamiento en el que no se pronuncian las seis letras que conforman la maldita palabra. En la tele, pasan anuncios de cómo contrarrestar al Aedes aegypti, pero nadie aclara que todo eso se debe a la existencia del dengue entre nosotros. Sin estadísticas ni datos, los ciudadanos vamos reconstruyendo el número de infectados a partir de los rumores que nos llegan de amigos y conocidos. La alarma crece, pues siempre se puede sospechar que hay una mayor incidencia de la que ha llegado hasta nuestros oídos.
El silencio alrededor del dengue responde a la permanente intención de no confesar algo que dañe la imagen del país. Decir que en nuestro “paraíso” tropical la enfermedad ya se ha hecho endémica de tanto repetirse y que los turistas deberían ser advertidos de sus brotes, excede los arranques de honestidad que se permiten nuestras autoridades. Ahora bien, no reconocerla no disminuye la fiebre ni calma la preocupación de los enfermos y sus familiares. Todo lo contrario. Pueden ponerle nombre al dengue o esconderlo en galimatías como “fiebre, dolores en las articulaciones y erupción en la piel”, pero eso no espanta el riesgo; no nos ayuda a olvidar que al llegar julio y agosto él es una presencia inseparable en nuestras vidas.
En el Blog de Alberto Müller dice la información: Regresa la epidemia de dengue a Cuba. ¿Regresa?, el nivel de infestación siempre ha estado presente. Y agrega la nota:
Desde hace algunos días se conoce que en los hospitales de La Habana se han detectado casos de ‘dengue’.
Pero es el breve articulo del Blog Generación Y que toca el tema a partir de una picadura, que la bloguera sufrió, de manos o de agujón del mosquito Aedes Aegypti’; que es el vector que trasmite esta enfermedad y que nos ha acompañado en Cuba desde que el Morro era de palo. Dice la nota en cuestión:
Lo más llamativo de la presencia de esta enfermedad entre nosotros es la negativa oficial a informar del número de contagiados o a mencionar la palabra “dengue” en los medios informativos. Si vas al hospital con todos sus síntomas, recibes un tratamiento en el que no se pronuncian las seis letras que conforman la maldita palabra. En la tele, pasan anuncios de cómo contrarrestar al Aedes aegypti, pero nadie aclara que todo eso se debe a la existencia del dengue entre nosotros. Sin estadísticas ni datos, los ciudadanos vamos reconstruyendo el número de infectados a partir de los rumores que nos llegan de amigos y conocidos. La alarma crece, pues siempre se puede sospechar que hay una mayor incidencia de la que ha llegado hasta nuestros oídos.
El silencio alrededor del dengue responde a la permanente intención de no confesar algo que dañe la imagen del país. Decir que en nuestro “paraíso” tropical la enfermedad ya se ha hecho endémica de tanto repetirse y que los turistas deberían ser advertidos de sus brotes, excede los arranques de honestidad que se permiten nuestras autoridades. Ahora bien, no reconocerla no disminuye la fiebre ni calma la preocupación de los enfermos y sus familiares. Todo lo contrario. Pueden ponerle nombre al dengue o esconderlo en galimatías como “fiebre, dolores en las articulaciones y erupción en la piel”, pero eso no espanta el riesgo; no nos ayuda a olvidar que al llegar julio y agosto él es una presencia inseparable en nuestras vidas.
Lo que es cierto es que siempre estaremos a la espera de confirmar estas informaciones con lo que deben y pueden decir las autoridades de salud cubana, que casi siempre son mudas y sordas, cuando les convienen.
Foto : Fumigando en La Habana.
Foto : Fumigando en La Habana.
En Septiembre 9, 2006, La Nuva Cuba me publicó el artículo ¨La Epidemia del Dengue en Cuba¨en español e ingles. Le proveo los enlaces por si les interes publicarlos.
ResponderEliminarEspañol: http://www.lanuevacuba.com/archivo/humberto-corzo-1.htm
Ingles: http://www.lanuevacuba.com/archivo/humberto-corzo-1eng.htm
Saludos