Por: Dr. Rafael Muci-Mendoza.*
El país adopta un sistema basado en la torcedura de la verdad y la propaganda
En la ciudad de Boston, y específicamente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tufts, el fin de semana pasado se armó la tramoya: "El cuidado de la salud como derecho humano. La experiencia venezolana". Allí, disertantes tarifados hablaron con desgano de las bondades de la Misión Milagro "que ha restaurado la visión a cerca de 700 mil personas en treinta países". Todos los ponentes, ilustres desconocidos para nosotros, todos autoengañados en su mentira o por virtud del buen dinero, pues en EEUU, según el Nobel Milton Friedman, "no existe almuerzo gratis". ! Qué cinismo!
Mientras nuestros pacientes hacen interminables colas para obtener mendrugos de salud y los hospitales públicos están en la más espantosa ruina, y nuestros bebés -los "niños de la patria"- malparidos y malnutridos, sin defensas, proclives a infecciones y sin ayuda especializada para su atención, estos perversos engañan al mundo en celestinazgo con el ministerio de salud cubano y algunos lunares de la Organización Panamericana de la Salud.
Tal ocurrió con el hambre en Cuba en los noventa; un grueso de la población encegueció y la nomenclatura forjó un virus que los gringos habrían sembrado en la isla. Descubierta la boñiga, se hicieron los locos, el cubano común nunca se enteró y ahora, nuestro país adopta un sistema similar basado en la torcedura de la verdad y la millonaria propaganda. Vayan a nuestros hospitales y vean los períodos de estada de pacientes traumatológicos o neuroquirúrgicos, vayan a ver los efectos de la pobreza y la exclusión: la tuberculosis y el sida campeando en las salas de medicina, apenas punta de un iceberg de vergüenza, vayan a las maternidades a ver embarazadas de 13 años que apenas vieron su primera regla para no verla más en 9 meses.
*Destacado Oftalmólogo venezolano.
Fuente: El Universal.
Foto de un área hospitalaria venezolana. Fuente: Arsene en Venezuela.
El país adopta un sistema basado en la torcedura de la verdad y la propaganda
En la ciudad de Boston, y específicamente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tufts, el fin de semana pasado se armó la tramoya: "El cuidado de la salud como derecho humano. La experiencia venezolana". Allí, disertantes tarifados hablaron con desgano de las bondades de la Misión Milagro "que ha restaurado la visión a cerca de 700 mil personas en treinta países". Todos los ponentes, ilustres desconocidos para nosotros, todos autoengañados en su mentira o por virtud del buen dinero, pues en EEUU, según el Nobel Milton Friedman, "no existe almuerzo gratis". ! Qué cinismo!
Mientras nuestros pacientes hacen interminables colas para obtener mendrugos de salud y los hospitales públicos están en la más espantosa ruina, y nuestros bebés -los "niños de la patria"- malparidos y malnutridos, sin defensas, proclives a infecciones y sin ayuda especializada para su atención, estos perversos engañan al mundo en celestinazgo con el ministerio de salud cubano y algunos lunares de la Organización Panamericana de la Salud.
Tal ocurrió con el hambre en Cuba en los noventa; un grueso de la población encegueció y la nomenclatura forjó un virus que los gringos habrían sembrado en la isla. Descubierta la boñiga, se hicieron los locos, el cubano común nunca se enteró y ahora, nuestro país adopta un sistema similar basado en la torcedura de la verdad y la millonaria propaganda. Vayan a nuestros hospitales y vean los períodos de estada de pacientes traumatológicos o neuroquirúrgicos, vayan a ver los efectos de la pobreza y la exclusión: la tuberculosis y el sida campeando en las salas de medicina, apenas punta de un iceberg de vergüenza, vayan a las maternidades a ver embarazadas de 13 años que apenas vieron su primera regla para no verla más en 9 meses.
*Destacado Oftalmólogo venezolano.
Fuente: El Universal.
Foto de un área hospitalaria venezolana. Fuente: Arsene en Venezuela.
2 comentarios:
Es trite y penoso ver que un país tan noble como el de ustedes se despedaze por culpa del rumbo que tomó la Revolución, si ustedes supieran acá en Ecuador se endiosa esto, algunas personas piensan que es le modelo que debemos adoptar, Yo se que mi opinión, no puede ser muy profunda por que no he vivido su realidad, aunque acá sin comunismo se ven también estos problemas, solo me resta decirles ánimo, después de la tormenta viene la calma, además cuentan con que la medicina cubana es reconocida como una de las mejores del mundo, saludos desde Ecuador, me ha gustado su blog.
Solo quisiera saber si el oftalmologo vive actualmente en venezuela y que quiere decir al referirse a los tuberculosos y enfermos de sida en salas de medicina acaso piensa que deberian estar en sala de traumatologìa? y las embarazadas de 13 años eso acaso no lo vio hace 50 años o esta viendo positivo que ahora tengan acceso a la maternidad y talvez antes no vio eso, es todo gracias.
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